Como hemos visto, la redacción de los contenidos para la web se planifica pensando en su visibilidad, pero suele olvidarse el conjunto de parámetros que en los documentos tradicionales. Sus características espaciales con respecto a otras fuentes de información (falta de autoría explícita, mezcla de códigos, convivencia de contenidos informativos y publicitarios, ocultación del propósito y de los patrocinios, actualización imprevisible, etc.) conducen a una desconfianza general en su credibilidad. Esta desconfianza, la convicción de que los contenidos encontrados en la red, en general, no son creíbles (el término habitual es «fiabilidad»), obligan a un esfuerzo de análisis especial y a tener en cuenta un conjunto de parámetros de calidad y fiabilidad también a la hora de la redacción.
El resultado de la ejecución de una ecuación de búsqueda es un conjunto de documentos que cumplen las condiciones expresadas en la ecuación. Se trata, a su vez, de un subconjunto del conjunto total de documentos existentes en el recurso o fuente de información consultado. Sin embargo, puede darse el caso de que la respuesta sea un número excesivamente elevado de documentos (ruido documental), un número mínimo o incluso ninguno (silencio documental).
Una vez obtenido un conjunto de información, podemos manejar varios indicadores según su naturaleza para comprobar su fiabilidad. Además, existen otros criterios basados en la notoriedad y número de citas en la web, que permiten comprender su extensión y popularidad. Precisamente, en los actuales motores de búsqueda, el conjunto de hiperenlaces que conducen a una página sigue siendo uno de los sistemas más empleados a la hora de clasificar los resultados. A continuación, veremos los los sistemas más empleados: la medición de parámetras, el factor de impacto (fundamental en textos académicos y científicos) y el de notoriedad.
[Prácticas: Ejercicios de búsqueda]
2.5.1. ¿Cómo evaluar la información web?
2.5.2. Notoriedad y relevancia. Factor de impacto.