Una de las dificultades que un profesor se encuentra en sus aulas es mantener la atención y el interés de los alumnos por la materia que imparte. Y es que los alumnos de hoy en día no son los de hace una década. La innovación en técnicas y metodologías educativas, como el aprendizaje experiencial, van ganando terreno progresivamente o acompañan de manera coordinada a las tradicionales.
Una de las técnicas que últimamente está en pleno auge en todo el mundo es el uso de los juegos de fuga (break out o escape room) . Muchos profesionales de la educación ya lo están haciendo con beneficios muy interesantes tanto para los alumnos como para los profesores.
Pero entremos en materia. Imaginemos una actividad que...
¿Crees que es demasiado ambicioso e incluso pretencioso? ¿Ciencia ficción? ¡Para nada! Estas son las 10 razones que Maria Galanis (Chicago) y Sylvia Duckworth (Toronto), consensuaron conjuntamente tras experimentar sus primeros breakouts como docentes. Tras su síntesis, las recogieron en una infografía que se usa a menudo para seguir difundiendo las virtudes de esta microgamificación que fomenta el aprendizaje significativo.
Un "breakout" es un juego inmersivo derivado de los populares Escape Rooms que están reproduciéndose como espacios de ocio en ciudades de todo el mundo. En un breakout no hay que salir de una habitación en la que un grupo está encerrado; aquí el objetivo consiste en abrir una caja cerrada con diferentes tipos de candados. Para conseguir los códigos que los abren es necesario resolver problemas, cuestionarios y enigmas. Una breve narrativa transforma a los participantes en agentes secretos, científicos, aventureros o cualquier personaje que imaginemos, ¡dispuesto a salvar al mundo entero!
Si todavía no estás muy convencido, aquí te dejamos una infografía que puede resultarte útil.
Compaginar este juego de fuga con otras técnicas educativas, permitirá que nuestros alumnos: