Propuesta inspirada en:
Miller, M. (2024). AI in the classroom: What’s cheating? What’s OK? Ditch That Textbook.
Perkins, M., Furze, L., Roe, J., MacVaugh, J.(2024). The Artificial Intelligence Assessment Scale (AIAS): A Framework for Ethical Integration of Generative AI in Educational Assessment. Journal of University Teaching and Learning Practice, 21(6). https://doi.org/10.53761/q3azde36
La escala consta de 6 niveles. El primer nivel, que se añade por coherencia, es la ausencia de IA, motivo por el que se le ha numerado como 0.
No hay uso de IA en ninguna etapa. Todo el contenido, ideas y estructura son generados exclusivamente por el humano utilizando recursos tradicionales.
La IA se utiliza solo para tareas mecánicas como corrección ortográfica, formateo o reorganización de información existente. No genera contenido nuevo ni influye en las ideas.
La IA ayuda en la generación inicial de ideas y en la estructuración del trabajo, pero todo el contenido final es desarrollado por el humano. La IA no produce contenidos para el producto final, pero sí influye en las ideas.
La IA genera parte del contenido. El humano revisa, adapta y mejora este contenido. La interacción es principalmente unidireccional: la IA produce, el humano revisa y modifica. El humano integra el contenido de la IA en un todo coherente. La extensión del contenido final generado por la IA no supera al del humano.
Hay un diálogo continuo y bidireccional entre humano y IA, con iteraciones frecuentes. El humano guía activamente a la IA durante todo el proceso, refinando su contenido a través de la conversación continuada. El resultado es una fusión estrecha del trabajo de ambos. La extensión del contenido final generado por la IA puede superar a la del humano.
La IA genera el contenido de forma autónoma, con el humano actuando como supervisor. El humano establece los parámetros iniciales, pero la IA desarrolla el trabajo con mínima o nula intervención durante el proceso. El contenido generado se utiliza posteriormente como material de referencia o punto de partida para realizar otras tareas educativas, sin que sea necesario modificarlo.