Un poco de historia

Algo de historia del Instituto

El “Juan del Enzina”, es un Instituto de Enseñanza Secundaria con mucha tradición.

Toda la historia comienza por el año 1843, en el que se aprueba la creación, en León, de un Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, cuyo primer curso se inauguró en 1846.

En 1901 los Institutos de Segunda Enseñanza pasan a denominarse Institutos Generales Técnicos. Hasta el curso 1907-1908 el instituto fue masculino, pero después se fueron matriculando alumnas en el centro, y pasó a ser un instituto mixto, hasta que en el año 1938 se aprobó un decreto-ley en el que se separaban ambos sexos. A causa de esto, el piso superior pasó a ser el instituto femenino.

En 1946 el Instituto Femenino fue trasladado al local abandonado por la Facultad de Veterinaria en la plaza de Santo Martino, adoptando en 1947 el nombre de “Juan del Enzina”

El Instituto de Bachillerato Femenino “Juan del Enzina” a partir de 1968, se trasladó al lugar actual, donde ya se había empezado a dar clase en el nuevo edificio, aún sin acabar.

En 1970 se inauguró el nuevo edificio del Instituto de Bachillerato Femenino “Juan del Enzina” que ocupó el lugar donde se encuentra actualmente.

En 1983 el instituto volvió a ser mixto.




DE SANTO MARTINO EN SAN MARCELO AL INSTITUTO JUAN DEL ENZINA:

CIENTOS DE AÑOS DE ENSEÑANZA EN LA CIUDAD DE LEÓN ALREDEDOR DE LA PLAZA DE SANTO DOMINGO (SIGLOS XII-XXI)

Lorenzo MARTÍNEZ ÁNGEL


Cuando escribimos las presentes páginas se va a conmemorar el octavo centenario de la Universidad que, en tiempos de Alfonso IX, se fundó en Salamanca. La ciudad de León no tiene una historia de instituciones educativas comparable a la citada localidad situada junto al río Tormes (baste recordar que la Universidad de León fue creada hace unas décadas), pero ello no implica que carezca de ella, y con hitos de gran interés.

En ocasiones anteriores ya nos hemos ocupado de la Historia de la educación leonesa[1]. En el presente trabajo nos fijaremos en un detalle que hasta ahora ha pasado desapercibido en la investigación histórica sobre la ciudad de León, y que refleja algo que ha sido, sencillamente, fruto de la casualidad, pero no exento de interés: desde el siglo XII hasta el presente ha habido (aunque no ininterrumpidamente) en la zona alrededor del espacio urbano que actualmente lleva el nombre de Plaza de Santo Domingo (durante la Segunda República denominada Plaza de la Libertad) varios centros en los que se ha desarrollado la noble tarea de la enseñanza-aprendizaje.

El primer eslabón de esta larga cadena se encuentra en la iglesia de San Marcelo, en la época en la que era monasterio de canónigos regulares de San Agustín. Allí entró el padre de Santo Martino al enviudar, y, junto a él, su hijo, siendo un niño[2]. Éste ya había recibido su primera formación antes del ingreso en la comunidad agustiniana[3], aunque se desconoce quién fue su profesor[4], pero en San Marcelo, en el siglo XII[5], completó su formación teológica y litúrgica[6]. Si bien cabe suponer que no sería la única persona que allí habría estudiado, es el único caso que las fuentes nos explicitan.

La siguiente etapa comienza no mucho después, en el siglo XIII, y perdura hasta comienzos del XIX. Nos referimos al convento de Santo Domingo, del que procede el nombre de la plaza actual. Entre los documentos de la decimotercera centuria, la de su fundación[7], que hacen referencia a la casa dominicana de León hay varias referencias a cuestiones culturales, como los libros. Por ejemplo, en el testamento de Martín Domínguez, canónigo de León y de Astorga, fechado el 10 de mayo de 1291, se contiene que lega sus libros de rezo “pequeños” a un componente de la Orden de los Predicadores[8]. Era costumbre que los libros se legasen a personas que tuviesen la formación o la capacidad suficiente para poder sacarles provecho[9], y por ello no extraña que se donasen a los dominicos, aunque, por un documento fechado el 27 de enero de 1297, que contiene el testamento de un canónigo de León y de otras iglesias llamado Isidro González, sabemos que los donados por el citado Martín Domínguez no se encontraban en manos de ellos en aquel momento[10].

Otro documento, fechado el 20 de diciembre de 1300, contiene una noticia muy interesante al respecto de los dominicos y la educación. Un canónigo de la Catedral de León llamado Pedro Rodríguez encarga en su testamento a sus sobrinos que “amuestren”, es decir, que le proporcionen educación, a su criado Pedro, para que se forme, con la finalidad de que ingrese en San Isidoro (en aquel entonces, y hasta mediados del siglo XX, habitado por canónigos regulares de San Agustín) o en Santo Domingo, donde prefiriese[11]. Este caso manifiesta un claro paralelismo con el de Santo Martino en el aspecto de que cuando entraban en las casas religiosas ya habían recibido una primera parte de su educación.

Mas todavía nos falta comprobar que los frailes del convento de Santo Domingo realizasen tareas educativas. Un interesante testimonio quizá se encuentre en el testamento de “don Yuanes”, datado en septiembre de 1270, en el que el testador hace referencia, tras mencionar lo que deja a la Orden de Predicadores, a “mío mestro, frey Pedro Alegre”[12]. Consideramos que la expresión mi maestro podría hacer referencia a la enseñanza y al estudio, en coherencia, además, con la tradición de los dominicos[13].

Estaríamos, pues, al comienzo de una línea educativa que prosiguió en la Edad Media (como mostraría la figura de fray Pedro de León[14]) y que se continuó, con gran brillantez, durante la Edad Moderna, con la fundación de un Colegio en 1518. Y la enseñanza en el convento de Santo Domingo, mediante el citado Colegio o la Escuela de Santo Tomás, llegó hasta los comienzos del siglo XIX[15].

El tercer hito se encuentra en el Instituto de León. Creado, como es bien sabido y notorio, en 1846, con carácter provincial, su primer director fue D. Francisco del Valle, que fue dominico y profesor en el convento de Santo Domingo[16], de modo que es el nexo entre la enseñanza conventual proveniente de siglos atrás y la del Instituto decimonónico. Mas no nos detendremos en este interesantísimo personaje de la historia cultural leonesa porque ya nos ocupamos de él en otra publicación (de la que esperamos que vea la luz en un futuro próximo), aunque sí diremos que, como es sobradamente sabido, el centro que dirigió tuvo diversas ubicaciones, mas el citado D. Francisco del Valle falleció décadas antes de que se inaugurase el edificio que todavía recuerdan no pocos leoneses, situado en la calle Ramón y Cajal, tan cerca de la Plaza de Santo Domingo, con lo que volvió la enseñanza a esa zona de la ciudad. Y allí, desde el curso 1917-1918[17], estuvo en funcionamiento el Instituto, siendo ya mixto hasta que la dictadura franquista determinó, absurdamente, la división por sexos, transformándose el Instituto en Instituto Masculino e Instituto Femenino, compartiendo ambos el mismo edificio[18] (durante varios años, hasta su traslado a las instalaciones que había dejado la Facultad de Veterinaria tras la inauguración de lo que actualmente es el rectorado de la Universidad de León[19]), continuando en él el primero de los mencionados, llamado Padre Isla. Tras el lamentable derribo de tan bella edificación[20] el lugar lo ocuparon las instalaciones del femenino, denominado Juan del Enzina, hasta el día de hoy (aunque hace ya décadas que se recuperó la coeducación). En la entrada del Instituto Padre Isla en la Avenida de la Facultad se hace constar, oportuna y acertadamente, que fue fundado en 1846, pero el Instituto Juan del Enzina también es continuador de la tarea educativa de aquel primer Instituto, pues nació de él y en él. Ambos centros son, sin lugar a dudas, institutos hermanos, por tener el mismo origen.

En la fachada del Instituto San Isidro de Madrid el Ayuntamiento de la capital de España colocó en 1990 una placa con el siguiente texto: “EN ESTE LUGAR ESTUVO EL COLEGIO IMPERIAL Y OTROS CENTROS DE ENSEÑANZA DONDE DESDE EL SIGLO XVI ESTUDIARON GRANDES FIGURAS E INGENIOS ESPAÑOLES”. No estaría de más que en León se pusiesen en valor algunos aspectos de su interesante historia educativa. Así, en alguna ocasión quien esto escribe expresó públicamente su deseo de que volviesen a figurar en el callejero leonés los nombres históricos de algunas calles (como la del Estudio, donde se encontraba la Escuela de Gramática de la Catedral). Ahora planteamos que quizá el Ayuntamiento de León podría colocar una inscripción en la Plaza de Santo Domingo recordando que en los alrededores de la misma ha habido actividades educativas desde el siglo XII.

Evelyn Waugh, en su famosa novela Retorno a Brideshead, hablaba de la “suave atmósfera de siglos de juventud” de Oxford[21]. Aunque, obviamente, a mucha menor escala, también podría decirse algo parecido de esta parte de la ciudad de León de la que nos ocupamos en las presentes páginas. Ocho siglos y medio largos separan el tiempo en que Santo Martino completó en San Marcelo su formación del presente, cuando en el Instituto Juan del Enzina (repetimos, nacido del -y en- el Instituto Provincial que fue fundado a mediados del siglo XIX, y del que su primer director fue nexo de continuidad con la tarea educativa del Colegio de Santo Tomás), prosigue su tarea, junto al espacio urbano que hoy llamamos Plaza de Santo Domingo. Aunque hubo interrupciones, como hemos visto, lo cierto es que, con todo, estamos ante cientos de años de enseñanza-aprendizaje en la misma zona de la ciudad, si bien, afortunadamente, en la actualidad, y a diferencia de tiempos pretéritos, la enseñanza no es “paraíso cercado para muchos” y los centros educativos no están sólo “abiertos para pocos”, citando el título de una obra poética del Barroco escrita por Pedro Soto de Rojas[22]. Cuando, cada mañana, los/as alumnos/as del Instituto Juan del Enzina entran a clase, podemos pensar, con razón, que la tradición educativa de esta parte de León en la que se encuentra no sólo es historia, sino presente que prosigue preparando el futuro.


*Trabajo dedicado al latinista D. Óscar Ramos, docente en el Instituto Juan del Enzina y cofundador y alma del Circulus Latinus Legionensis.

[1] Entre otros trabajos, citaremos los siguientes:

LORENZO MARTÍNEZ ÁNGEL, “Enseñanza parroquial y monástica en la Edad Media. La Universidad de Sahagún”: JESÚS PANIAGUA PÉREZ (COORD.), Hacia la Universidad de León. Estudios de Historia de la Educación en León, León 2004, pp. 23-60.

ÍD., “Escuelas episcopales y catedralicias medievales: León y Astorga”: JESÚS PANIAGUA PÉREZ (COORD.), Hacia la Universidad de León. Estudios de Historia de la Educación en León, pp. 61-87.

ÍD., “El Estudio de Gramática bajomedieval de la Catedral de León: aspectos materiales vistos a través de las visitas capitulares (ss. XV-XVI): El Reino de León en la Edad Media, León 2008, 403-427.

[2] En la Vida que Lucas de Tuy escribió de Santo Martino, traducida al castellano a comienzos del siglo XVI y publicada por el P. Risco en la España Sagrada, se dice: “E plugo à Dios de llevar de este siglo à su madre, quedando vivo el padre, el qual luego en ese punto, ansi como quien fuye de una gran tempestad, desamparó el siglo, è dio à los pobres la mayor parte de sus bienes, è con el resto de todo lo que poseía, è con su hijo se ofreció à la Iglesia de S. Marcial Martyr, que es situada dentro de la ciudad de Leon, para servir alli à Dios debajo de la Regla de S. Augustin…” (MANUEL RISCO, España Sagrada. XXXV, Madrid 1784 –facsímil: León 1980-, p. 381).

[3] ÍD., ibíd., p. 380-381: “Seyendo niño este bienaventurado Santo pusieronle sus padres à deprender las Sagradas letras. […] Enseñaba el Maestro al Sancto niño por defuera, è alumbrabalo dentro el Espiritu Sancto: ninguna tardanza facia en deprender lo que le enseñaban en comparacion de los otros muchachos sus compañeros; porque la Divina gracia era la enseñadora suya.”

[4] ANTONIO VIÑAYO, “Santo Martino de León y su noticia histórica: biografía, santidad, culto”: Santo Martino de León. Ponencias del I Congreso Internacional sobre Santo Martino en el VIII Centenario de su obra literaria. 1185-1985, León 1987, 337-361, concretamente p. 345: “Nada se nos dice ni del maestro ni de la escuela en donde él y sus condiscípulos estudiaban las sagradas letras.”

[5] Se desconoce la fecha exacta de nacimiento de Santo Martino: “Santo Martino nació en León o en su alfoz –territorio legionense- entre 1120 y 1130…” (ANTONIO VIÑAYO, o. c., l. c.). De ello cabe deducir que su etapa de formación comenzaría antes de mediados de siglo.

[6] MANUEL RISCO, o. c., pp. 381-382: “Pues como este Sancto bienaventurado fuese ya enteramente enseñado, e instruto en los Psalmos, e Hymnos, è canticos espirituales, y en el Antiphonario gradual de Sant Gregorio, è alabase à Dios cantando siempre los Oficios Eclesiasticos con voz clara, sonable, è dulce, pasados los años de su niñez, fue ordenado de Epistola, procurandolo el Abbad del dicho Monasterio de S. Marciel.”

ANTONIO VIÑAYO, ibíd., l. c.: “Se nos dice también que en San Marcelo perfeccionó sus estudios –plenius eruditus- sobre los salmos, himnos, cánticos espirituales y el antifonario gradual gregoriano…”

[7] Sobre el origen del convento de Santo Domingo vid. MANUEL RISCO, o. c., pp. 317-318.

[8] J. M. RUIZ ASENCIO – J. A. MARTÍN FUERTES, Colección documental del archivo de la Catedral de León. IX (1269-1300), León 1994, doc. 2557, p. 398: “Mando elos mío libros pequeños per que yo rezo las oras aquel que fuer prior de los Predicadores que ruegue por mí.”

[9] Citaremos sólo dos ejemplos:

ÍD, ibíd., doc. 2543 (fechado el 20 de abril de 1295), p. 450: el testador deja libros para los “fijos de María Yanes, mía hermana, al que entendieren que será más guisado para seer clérigo.”

ÍD., ibíd., doc. 2607 (fechado el 5 de septiembre de 1296), p. 482: “Alffonso, nepote meo scolari, filio Iohannis Petri scriptoris, XL morabetinos et Igrecismum et Doctrinale deum et Oracium et Pricianum minorem et alios libros gramaticales…”

[10] ÍD., ibíd., doc. 2612, p. 488: “Mando quantos libros yo he del ofiçio de la iglesia a esta capiella sobredicha [capilla de Sant Andés, que está en la calostra de Santa María de Regla] per que sirua, saluo elos que foron de Martín Domínguez, canónigo, que mandó dar a los Frades predicadores, de quien son el los tengo yo enprestados.”

[11] ÍD., ibíd., doc. 2644, p. 529: “Mando a Pedro, mío criado, el mío uaso e la mía taça de plata et el mío responsero e el salterio e una coçedra e un xumaço e hun lecho de sogas e un par de sáuanas. E que Alffonso Yáñez e Alffonso Pérez, míos sobrinos, que lo amuestren per que ualga más e que lo críen e después que lo metan en orden en Sancti Ysidro o en la Orden de los Predicadores, qual delas él mays quiser, todauía que lo fagan con consello de Johan Bonifaz, que lo conplan per esta que lle yo dexo.”

[12] ÍD., ibíd., doc. 2295, p. 19: “Mando a los frayres Predicadores de León çinco morauedís para la obra de los mismos predicadores e XXX allí onde sabe mío mestro, frey Pedro Alegre.”

[13] El dominico leonés Luis A. Getino escribió, en referencia a un capítulo celebrado en Peñafiel en 1504, lo siguiente: “… nos parece obligado copiar la disposición más importante que hallamos sobre ese particular en las Actas:

<<Quia studium est gloria Ordinis nostri, in quo alios praecellit, et ad salutem animarum est principaliter institutus (quae sine studio curare non potest); et propter ignorantiam fratrum Ordo venit in contemptum et etiam religio disolvitur, ideo quia circa studium diligentissima cura adhibenda est […]>>

¡Qué sonrojo nos causa leer hoy esta disposición que con tanta naturalidad ponían de cabecera los dominicos hace cuatro centurias: Porque el estudio es la gloria de nuestra Orden, en lo cual aventaja a las demás, etc.!”

(SEVERINO BOECIO, La consolación de la filosofía. Edición e introducción del P. Luis G. Getino, Buenos Aires 1943, pp. 29-30 de la introducción).

[14] GONZALO DÍAZ DÍAZ, Hombres y documentos de la filosofía española. IV, Madrid 1991, p. 681

[15] Mª. ISABEL VIFORCOS MARINAS, o. c., l. c.

[16] SECUNDINO SERRANO (dir.), Enciclopedia de León, León 1996, p. 936 (s. v. “VALLE, Francisco

del").

[17] JOSÉ ANTONIO SERRANO SERRANO – M.ª LUISA CABALLERO LÁIZ, Crónica del Instituto “Padre Isla” de León (1846-1991), Zamora 1992, p. 48.

[18] ÍD., ibíd., p. 76. Y no sólo el edificio, sino también el director (al principio fue el mismo para el Instituto Masculino y el Instituto Femenino), parte del profesorado y diversas actividades (ibíd., pp. 76-77 y 79-80).

[19] MIGUEL CORDERO DEL CAMPILLO, La Universidad de León. De la Escuela de Veterinaria a Universidad, León 1983, p. 70: “se inauguró el nuevo edificio el 15-V-1947”.

[20] Aunque la fachada era realmente destacable no hay que olvidar otros aspectos singulares, como, por ejemplo, la bella torre que estaba situada junto a la calle Ruiz de Salazar.

[21] EVELYN WAUGH, Retorno a Brideshead, Barcelona 1996, p. 31.

[22] Publicada en diversas ocasiones, como, por ejemplo:

-PEDRO SOTO DE ROJAS, Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos, Palencia 2003.



EL TRASLADO DEL INSTITUTO FEMENINO DE LEÓN DEL EDIFICIO DEL INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO A LA ANTIGUA FACULTAD DE VETERINARIA (EXCONVENTO DE FRANCISCANOS DESCALZOS)

Lorenzo MARTÍNEZ ÁNGEL

Departamento de Geografía HistoriaInstituto Juan del Enzina

Se conmemora en el presente curso 2018-2019 el medio siglo del actual edificio del Instituto Juan del Enzina. Pero este centro educativo tiene orígenes más antiguos, en concreto en la división del Instituto General y Técnico en masculino y femenino, proceso que comenzó, no sólo en León sino en España, a partir de 1936. Una Orden de 4 de septiembre de 1936, publicada en el Boletín Oficial del día 8 del mismo mes, estableció lo siguiente:

“En las poblaciones donde hubiere más de un Instituto, se dividirá la población escolar, suprimiendo, desde luego, la práctica de la coeducación y destinando un Centro a los alumnos y otro a las alumnas.

Donde no hubiere más que un Establecimiento, se procurará organizar las enseñanzas de manera que los alumnos acudan a las clases por la mañana y las alumnas por la tarde, o viceversa, según convenga.”

Partiendo de aquí, hubo posteriormente más normas que regularon esto. Desde entonces, los alumnos y las alumnas estudiaron separadamente.

Por lo que se refiere a León, sólo había “un Establecimiento” para la enseñanza media pública, de modo que los Institutos Femenino y Masculino compartieron el mismo edificio, el que poco hace más de un siglo se edificó para el Instituto General y Técnico de León. Así siguieron las cosas hasta que la Facultad de Veterinaria abandonó sus instalaciones, situadas en lo que fue antiguo convento de los Franciscanos Descalzos[1], en la Plaza de Santo Martino (entonces llamada, como veremos, Plaza de la Veterinaria). Esto ha quedado reflejado en el Libro de Actas de Claustro del Instituto Juan del Enzina de aquella época. Una de ellas comienza así:

“En la Sala de Profesores del Instituto Nacional Femenino de Enseñanza media de León, a las diez y seis horas y treinta y cinco minutos del día dos de octubre del año de mil novecientos cuarenta y seis, presidido por el Ilustrísimo Señor Director, Don Gerardo Rodríguez Salcedo, se reunió el Claustro de Profesores del mencionado Instituto con asistencia de los Señores que al margen se detallan.”

Antes de seguir cabe detenerse en el listado de los profesores de aquel momento, que aparece en el margen: “Gerardo Rodríguez Salcedo, Miguel Escudero, José Pérez Gómez, Waldo Merino, Jaime Rojas, Joaquín Echegaray, Antonio Roma, Eladio Sela, Antonio Valenciano, Eulogio López, Desiderio Gutiérrez.”

Llaman la atención algunos de estos nombres. Así, por ejemplo, Waldo Merino, que tuvo gran influencia en la vida cultural leonesa, tanto con sus enseñanzas en los Institutos Femenino y Masculino, y en las Escuelas de Magisterio y Comercio, como con sus publicaciones[2]. También, verbigracia, Jaime Rojas, de quien se conservan en nuestro centro libros con su ex libris y una colección de minerales, y José Pérez Gómez, de quien se guarda todavía un cuaderno con el listado de todas las alumnas que tuvo hasta su jubilación[3], con indicaciones, algunas muy curiosas, sobre las mismas.

Proseguimos con el acta de la fecha anteriormente citada, en la cual consta una información relevante:

“El Señor Director dio cuenta de las órdenes del Excelentísimo y Magnífico Señor Rector sobre el traslado del Instituto Femenino al local abandonado por la Facultad de Veterinaria. El traslado comenzará (Dios mediante) el próximo día diez.”

El acta siguiente proporciona todavía más noticias al respecto, informándonos de datos tan interesantes como que la parte del edificio del antiguo Instituto General y Técnico que utilizaba el Instituto Femenino era la planta superior, las obras de acondicionamiento del edificio abandonado por la Facultad de Veterinaria que se consideraban necesarias, la intervención del obispo Almarcha para el arreglo de la que fue iglesia conventual de los Franciscanos Descalzos[4] (se entiende que para capilla del Instituto, dado que en aquellos tiempos todos tenían la suya y, además, el acta indica “la antigua Iglesia de este Instituto”), o el listado de los docentes con la indicación de sus respectivas especialidades; a continuación la transcribimos, añadiendo al texto algunas notas explicativas a pie de página:

“En la Sala de Profesores del nuevo Instituto Nacional Femenino de Enseñanza Media de León –que antes fue edificio ocupado por la Escuela de Veterinaria- sito en la Plaza de la Veterinaria de esta Ciudad, a las diez y siete horas y treinta minutos del día (30) treinta de Enero del año de gracia de mil novecientos cuarenta y siete; bajo la presidencia del Ilustrísimo Señor Director del Instituto, Don Gerardo Rodríguez Salcedo, se reunió el Claustro de Profesores con asistencia de los Señores siguientes:

Don Gerardo Rodríguez Salcedo, Director y Catedrático de Latín.

Don Miguel Escudero Rodríguez, Catedrático de Filosofía.

Don José Pérez Gómez, Catedrático de Lengua y Literatura españolas.

Don Waldo Merino Rubio, Catedrático de Francés.

Don Antonio Roma Fábregas, Catedrático de Agricultura.

Don Jaime Rojas Gutiérrez, Catedrático de Ciencias Naturales.

Don Antonio Valenciano Garro, Catedrático de Física y Química.

Don Juan Manuel Echegaray Echegaray, Catedrático de Geografía e Historia.

Don Desiderio Gutiérrez de Castro, Profesor de Matemáticas.

Don Cesáreo Sánchez Álvarez, Profesor de Dibujo.

Leída y aprobada que fue el acta de la última sesión, celebrada en el antiguo local del Instituto, planta alta del edificio enclavado entre las calles de Ramón y Cajal y Ruiz de Salazar, se pasó al objeto de la presente reunión.

Dio cuenta el Señor Director de la autorización Ministerial para designar arquitecto que redacte proyectos y presupuestos para acondicionar el local que ocupamos a fin de que sea más apto para las necesidades del Instituto Femenino. El Señor Director explica cómo los arquitectos Señores Somolinos de Oviedo, interesados por el Magnífico Señor Rector, Don Sabino Álvarez Gendín[5], que parece se iban a redactar proyecto desistieron de su primer propósito. En vista de ello, fue visitado el arquitecto de la Excelentísima Diputación de León, Don Felipe Moreno Medrano, que inmediatamente y acompañado de su colega Señor Barrenechea (arquitecto de Regiones Devastadas[6]) ha visitado este local haciéndose cargo de las más urgentes necesidades en espera de las indicaciones del Claustro presente para comenzar su tarea de proyecto.

Por ello el Señor Director invita a todos los Catedráticos y Profesores para que manifiesten las necesidades de instalación necesarias a sus respectivas cátedras.[7]

Todos los reunidos hicieron presentes sus necesidades docentes que se resumieron de la siguiente manera:

Trece aulas independientes, una para dibujo.

Aula de Física con Laboratorio de Física y otro laboratorio de Química contiguos y comunicados con su aula.

Aula de Ciencias Naturales con laboratorio y sala de museo contiguos al aula y con ella comunicados.

Sala de actos con capacidad para quinientas alumnas.

Escuela del Hogar[8] con cocina, comedor y sala de labores.

Escuela preparatoria con tres grados.

Arreglo del patio para deportes.

Dirección: Despacho y antesala.

Secretaría: Despacho de Secretario, Oficina, y archivos independientes.

Sala de visitas pequeña y próxima a la Sala de Profesores, con biblioteca contigua.

Intervención – Despacho para el Señor Interventor.

A petición de Don Waldo Merino se convino en la necesidad de que las aulas tengan un pequeño despacho, o anteclase, para el catedrático de cada disciplina.

Hecho el anterior resumen el Sr. Director dio cuenta del apoyo prestado por el Ilustrísimo Señor Obispo de León, Doctor Almarcha, para restaurar la antigua Iglesia de este Instituto.

La sesión se levantó a las diez y nueve horas y cuarenta y cinco minutos del día antes citado.

Doy fe

[Firma]”

Al respecto de las informaciones recogidas en el acta cabe añadir algunas cuestiones, consignadas en otras posteriores. Así, en una fechada el 8 de mayo de 1947[9] se indican algunas datos más sobre la adaptación del edificio a su uso como Instituto Femenino:

“Se examinó el anteproyecto de reforma del Instituto conviniendo en que las aulas de la fachada sobre la calle y a partir de la Iglesia sean 1) Laboratorio de Física. – 2-Cátedra de Física y Química.- 3 Laboratorio de Química – 4 Aula de Ciencias Biógicas.- 5 Laboratorio y Museo de Ciencias Biológicas.

Se llegó a la conclusión de que la distancia de los balcones de la citada fachada a la pared paralela sea de siete metros en lugar de cinco como figura en el anteproyecto.”[10]

En cuanto al agradecimiento anteriormente citado al obispo Almarcha respecto a la restauración de la iglesia adyacente, el acta del claustro fechada el 3 de octubre de 1949 nos permiten ver su uso por el Instituto:

“Se acordó comenzar el curso, según órdenes recibidas, el próximo día seis con una misa en la Iglesia del Instituto.”

Sobre el mencionado templo, cabe indicar que se conservan todavía en nuestro Instituto, entre otros planos, los de confesionarios para la capilla, con el sello del arquitecto Miguel Martín Granizo.

Allí, donde previamente estuvieron el antiguo convento de los Franciscanos Descalzos y la Facultad de Veterinaria, tuvo su sede, con sucesivas reformas, el Instituto Femenino de León durante más de veinte años, hasta su traslado, hace ahora medio siglo, al edificio que actualmente ocupa, y que supuso la vuelta a la ubicación donde, en su día, como vimos, compartieron edificio los Institutos Masculino y Femenino durante parte de los años treinta y cuarenta del siglo pasado.


[1] De este convento escribió José María Quadrado en el siglo XIX: “No queda en pié mas convento que el de Descalzos franciscanos á espaldas de S. Isidoro, para cuya fundacion cedió dicho monasterio en 1601 el antiguo hospital de S. Froilán y la ciudad un pedazo de terreno, edificio pobre y sencillo como sus moradores.” (J. M. QUADRADO, Recuerdos y bellezas de España. Asturias y León, Madrid 1855 –facsímil Oviedo 1977-, p. 566).

Sobre este edificio vid. et. MIGUEL BRAVO GUARIDA, Rincones leoneses, Oviedo 1979, pp. 107-110.

[2] Sobre su vida y obra vid. JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ CARDO, Imágenes biográficas de Don Waldo, León 2000.

[3] El cuaderno tiene el siguiente título:

INSTITUTO “JUAN DEL ENZINA”.-LEÓN

Relaciones de alumnas oficiales (con sus calificaciones) de los cursos de LENGUA Y LITERATURA dirigidas por el catedrático JOSÉ PÉREZ GÓMEZ, desde la creación de este Instituto hasta la fecha de la jubilación de dicho profesor.

1939-1973

[4] Actualmente utilizada por el Archivo Histórico Provincial de León.

[5] Sabino Álvarez Gendín fue rector de la Universidad de Oviedo entre 1937 y 1951 (sobre su etapa de rectorado vid. LLUIS XABEL ÁLVAREZ, La Universidad de Asturias, Oviedo 1978, pp. 253-255).

[6] Recuérdese que estamos en plena posguerra, cuando se estaban reconstruyendo en la zona montañosa de la provincia de León algunas localidades destruidas durante la Guerra Civil.

[7] Estas cátedras eran lo que actualmente son los actuales departamentos didácticos.

[8] Esto correspondía a las enseñanzas de los Institutos Femeninos de la época.

[9] El comienzo del texto presenta una formulación diferente a otras actas, razón por la que lo transcribimos a continuación: “En la ciudad de León, el día ocho de mayo de mil novecientos cuarenta y siete, a las diez y siete horas y treinta minutos, se reunión –sic- los catedráticos numerarios de este Instituto presididos por el Magnífico Señor Director.”

[10] Respetamos en la transcripción algunas “peculiaridades” de la redacción original.





Convento de Santo Domingo

Convento de Santo Domingo (El viejo convento de Santo Domingo, CADENA SER)