Las razones por el cual una persona acude a terapia psicológica son diversas, quien consulta o su familiar muchas veces transita por momentos que le generan afectos y a su vez algún tipo de malestar o incomodad que le dificultan vivir de modo pleno la vida diaria.

Algunos afectos que aparecen en la vida de la persona pueden ser; angustia, culpa, miedo, preocupación, melancolía, desesperanza, sentimientos de soledad, etc. o vivir experiencias en el entorno familiar, de pareja, educativo, laboral o comunitario que genera un deterioro en las relaciones y en la estabilidad de la vida anímica.  

Mientras algunas personas se centran en amortiguar afectos angustiantes, otros se enfocan en obtener beneficios terapéuticos al autoevaluarse, reflexionar y darle un giro a su modo de actuar sin estar presente un malestar psíquico particular. 

También la aparición de síntomas físicos puede ser un motivo suficiente para iniciar un tratamiento psicológico cuando la valoración médica no ha precisado un diagnóstico. 

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