...Yo me comportaba como alguien tratando de someter al burro. Sin embargo, el burro era yo. Una vez invertida la mecánica, puedo liberar a la escritura de mí, y yo liberarme de ella, y a partir de ahí, trabajar juntos. Y es que un fundamento de esta actividad es que las obras tienen vida propia. Y la labor del autor es proporcionar esa vida al lector en un formato - estilo - estructura - lenguaje adecuados y apetecibles.
Año 2020. Durante los días que he estado decidiendo compartir online mi condición de escritor, con la exposición pública que eso significa, una idea se me venía constantemente a la cabeza: la sensación grotesca para el lector contemporáneo ante la lectura de dedicatorias como la de Cervantes en El Quijote. Esa sumisión expresada como fortuna personal, ese mecenazgo de toque casi divino... No había otra, las obras tenían que estar respaldadas por un grande de España.
El escritor actual que no quiere o no le apetece estar enganchado a los ambientes literarios para ampliar sus contactos, conseguir el favor de una editorial o ganar algún premio que le sirva de catapulta tiene este camino. Y me decidí.