los sueldos de los deportistas de élite

Daniel Galende

Desde que El Mundo desveló la astronómica cifra del contrato que Lionel Messi firmó en 2017, que rondaba los 555 millones de euros brutos, la polémica ha estallado en las redes. Es evidente que tienen razones para quejarse, pues cobrar unos 138 millones al año es algo absolutamente inadmisible para alguien que su mayor talento es jugar de maravilla al fútbol.

Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso de muchas personas, pues no es el único deportista que cobra sueldos apabullantes simplemente porque se le de muy bien la práctica de algún deporte. Es el caso del futbolista luso Cristiano Ronaldo (31 millones de euros al año), que hoy en día milita en la Juventus de Turín; el del jugador de baloncesto estadounidense LeBron James (casi 40 millones de dólares al año), de Los Ángeles Lakers; o del piloto británico heptacampeón de la Fórmula 1 Lewis Hamilton (55 millones de dólares al año), perteneciente al equipo Mercedes.

El problema es que esto no es culpa de los deportistas, sino de los medios de comunicación, que son los que les dan bola. Gracias a esos medios muchos deportistas producen todo lo que cobran e incluso más, por derechos televisivos o contratos publicitarios. Por desgracia, los medios prefieren dar más importancia a un golazo de chilena de Cristiano Ronaldo o un adelantamiento de Hamilton que a las heroicas acciones de bomberos y sanitarios, sobre todo en tiempos de pandemia.

Aunque yo soy el primero en celebrar los goles de mi equipo, a veces me pregunto, ¿quién hace más por la sociedad, un deportista o un sanitario? Es lógico que los deportistas cobren por realizar tan bien su trabajo, pero no es normal que haya tanta diferencia de sueldos con otro tipo de trabajos que, muchos de ellos, requieren más sacrificio.