LA ESPAÑA VACIADA

Javier Crespo Aguilar

El término España vaciada hace referencia a aquellas partes del país que por distintos motivos se están despoblando, ya sea por emigración de las personas o por una baja natalidad y una alta mortalidad de la población, pero de estos temas hablaremos más adelante.

La España Vaciada la constituyen sobre todo las zonas rurales de las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla La Mancha y Extremadura. En estas zonas, la población ha disminuido a partir de 1950, ya que se dieron bastantes emigraciones a otras partes de España u otros países, más industrializados.

La gente que habita estas zonas, y en esto me incluyo, está bastante descontenta con la mayoría de las soluciones que dan desde el gobierno central y regional, gobierne quien gobierne. Después de las elecciones, nadie se acuerda de crear industria aquí o de mejorar la red de transportes que nos conecten con el resto del mundo.

Según la asociación Greenpeace, necesitamos fortalecer la España vaciada para hacer frente a lo que está por venir. La importancia de los pueblos va a ser crucial, pues contribuyen un 34 por ciento menos al cambio climático que las ciudades y hasta 20 veces más a la conservación de la biodiversidad.

El fenómeno de la despoblación rural que sufre nuestro territorio desde hace bastante tiempo tiene impactos sociales, culturales y económicos, pero también medioambientales. Una de las consecuencias más importantes que sufren las zonas despobladas es la perdida de actividades agrícolas, ganaderas y forestales tradicionales, respetuosas con la naturaleza y que suponen una forma sostenible de producir alimentos y otros bienes. En lugar de apoyar las anteriores actividades, se apoya la aparición de proyectos megaindustriales, como las macrogranjas, con miles de animales mal cuidados y toneladas de purines o las enormes extensiones de cultivos y sus fertilizantes químicos. Además, el abandono de ciertas actividades como el pastoreo, hace que los matorrales inunden nuestros montes, haciéndolos mucho más vulnerables a los incendios, cada vez más intensos y difíciles de controlar, debido al cambio climático.

Solo se acuerdan de nosotros para las vacaciones. Para ellos es más importante que toda la gente urbanita esté bien cómoda y que no tengan problema alguno, pero que los habitantes de zonas rurales se busquen la vida. Los habitantes de estas tierras despobladas debemos proteger nuestros propios intereses, y conservar lo mejor posible la zona que nos ha visto crecer, este territorio tan hermoso y necesario para todos directa o indirectamente.

Como decía Epicuro, no es lo que tenemos, si no lo que disfrutamos, lo que constituye nuestra abundancia.