UN FINAL DE PELÍCULA PARA UNA TEMPORADA DE INFARTO


Daniel Galende Verdes, 2º de bachiilerato

Faltaban apenas seis vueltas para el final de la temporada y Max Verstappen estaba a once segundos de Lewis Hamilton, por lo que la remontada parecía casi imposible. Sin embargo, Nicholas Latifi, casi invisible durante todo el campeonato, tuvo un accidente que provocó la salida del coche de seguridad, juntando, a falta de muy pocas vueltas, a los dos aspirantes al título.

Todo empezó en el mes de marzo en Baréin, con la primera carrera. Algo había cambiado, el monopolio de Mercedes se veía amenazado por la escudería Red Bull y su joven superestrella Max Verstappen. En esta primera carrera el holandés fue muy superior a Hamilton, aunque una estrategia arriesgada y una rigurosa decisión de la FIA (cuando Verstappen adelantó a Hamilton fue obligado a devolverle la posición por ganar ventaja utilizando el exterior de la pista, pese a que el piloto británico había hecho lo mismo, sin consecuencias, durante treinta vueltas) le dieron la victoria al heptacampeón del mundo.

Las siguientes carreras se desarrollaron sin mayores sobresaltos, destacando la de Bakú donde ambos acabaron fuera (Max por un pinchazo y Lewis por pasarse de frenada), hasta que llegó Silverstone. Verstappen tenía una cómoda ventaja en el mundial de 33 puntos y, además, salía primero. La batalla entre ambos en la vuelta inicial fue lo mejor que se ha visto en años, hasta que Hamilton envió a Verstappen contra las barreras a 300km/h. La insignificante sanción de diez segundos no le impidió llevarse la victoria y celebrarla con efusividad mientras su máximo rival estaba en el hospital. La siguiente carrera tuvo lugar en Hungría, donde una mala frenada del compañero de Hamilton, Bottas, acabó con los dos pilotos de Red Bull fuera de carrera. De este modo, la ventaja pasó de 33 puntos a favor de Verstappen a 8 en su contra.

Varias carreras después del parón del verano, ocurrió lo que todo el mundo esperaba. En el autódromo de Monza, tras una mala parada de ambos en boxes, se encontraron en paralelo en la llegada a la primera curva. Hamilton alargó la frenada tratando de echar a Verstappen fuera de la pista. Este último no cedió y ambos acabaron colisionando, aumentando la tensión del campeonato hasta límites insospechados. Sin embargo, por varias razones, no se encontraron en pista hasta la carrera en Brasil, donde Hamilton ganó en una dura batalla a pesar de que salió último. En la penúltima carrera, en Arabia Saudí, Max le intentó frenar por lo civil o por lo criminal, pero no lo consiguió. Esto hizo que llegaran empatados a puntos a falta solamente de Abu Dabi. Verstappen se llevó la pole tras una espectacular vuelta, pero una mala salida hizo que perdiera la posición. Unas curvas más adelante, le devolvió el adelantamiento a Hamilton, quien se saltó la curva para recuperar el liderato sin recibir sanción, aunque parezca increíble. A partir de aquí, la superioridad del Mercedes era evidente y el piloto neerlandés no podía hacer nada a pesar del gran trabajo de equipo de su compañero Checo Pérez, hasta que llegó el accidente de Latifi. Durante el coche de seguridad, Max entró a cambiar ruedas para tener una mayor ventaja en la resalida. En la penúltima vuelta, dirección de carrera anunció el final del período del coche de seguridad. Veintidós carreras para que todo se acabe decidiendo en una vuelta. Verstappen hizo valer sus mejores ruedas y su gran calidad de pilotaje para adelantar a Hamilton y proclamarse campeón del mundo de la Fórmula 1 por primera vez, y, seguramente, no sea la última. Mercedes, en vez de aceptar la derrota, fue a “llorar” a los comisarios hablando de manipulación, pero la resolución era firme.

Sin duda, ha sido la mejor temporada en muchísimo tiempo. En 2022, la nueva reglamentación, que favorecerá los adelantamientos, ya que se podrá seguir a los coches mucho más de cerca, hace pensar que lo mejor aún está por llegar.