LEÓN TOLSTÓI

Víctor Fernández González

Lev Nikoláievich Tolstói, más conocido como León Tolstói, fue un novelista ruso; actualmente considerado el mejor de su país. Sus obras Guerra y Paz y Ana Karenina son la cúspide del realismo ruso. Fue varias veces nominado al Premio Nóbel de Literatura y de la Paz. ¿Cómo llegó a alcanzar semejante éxito?

La historia de este escritor comienza el 28 de agosto de 1828 en un latifundio llamado Yásnaya Poliana localizado en la región rusa de Tula. Hijo de los nobles Nikolái Ilich Tolstói y Maríya Tolstaya, estudió en primer lugar en la Facultad de letras de la Universidad de Kazán para posteriormente abandonarla y estudiar Derecho (carrera que también abandonaría). Tras un período “sabático” lleno de juegos de azar y excesos, decidió unirse al ejército. Fue nombrado oficial de artillería y junto con su hermano demostró su valía en el frente en la guerra de Crimea. En esta etapa escribió sus obras autobiográficas Infancia, Adolescencia y Juventud y obtuvo la inspiración para escribir la novela Los cosacos en 1863.

Cansado, y tras ser testigo del sangriento sitio de Sebastopol, Tolstói se resigna a la vida en su pueblo natal como escritor y funda una escuela en la que imparte clases gratuitas a los hijos de sus siervos. Pese a su éxito, la escuela fue cerrada por el gobierno debido a su postura en contra de la censura. También tuvo problemas con la Iglesia Ortodoxa, el ejército e incluso el zar, al criticar la superficialidad de la Iglesia y el uso de la violencia en contra de las enseñanzas de Jesucristo.

En 1860, Tolstói queda devastado por la muerte de su hermano y decide mudarse definitivamente a su pueblo natal en 1862 junto con Sofía Behers; su mujer. Juntos tuvieron 13 hijos y crearon un ambiente estable, en el que Tolstói redactó su obra maestra: Guerra y paz. Esta magnífica novela, relata las vidas de más de 500 personajes distintos durante la invasión de Napoleón a Rusia y fue publicada por entregas entre 1864 y 1869. En esta obra refleja la destrucción física y moral que ocasiona la guerra decidida por los poderosos en las gentes comunes. Su genio literario quedaría demostrado irrefutablemente con éxitos como Ana Karenina, La muerte de Iván Ilich y La Sonata a Kreutzer; consagrándose como uno de los mejores autores de la literatura rusa y universal.

La última etapa de su vida está llena de reflexiones religiosas y morales, como las plasmadas en Resurrección, obra que critica las instituciones religiosas. En sus años finales, Tolstoi también expresa su filosofía pacifista y compromiso con la clase baja. Incluso llegó a intercambiarse cartas con Gandhi, a quién transmitió sus ideas del uso de la “no resistencia” y el anarco-pacifismo contra la violencia. En cuanto a su relación con el pueblo, Tolstói renunció al lujo para dar ejemplo de su doctrina. Tomó el oficio de zapatero, se dedicó a la limosna y se abstuvo de la bebida y el tabaco, todo esto mientras dormía en un catre. También renegó de la carne, alimentándose de vegetales y afirmando que el consumo de esta era un innecesario para tener una vida sana.

Lev Nikoláievich Tolstói falleció en 1910 de una neumonía, dejando tras de sí un legado de grandes obras (no todas literarias) y enseñanzas sobre el pacifismo y la humildad tan necesarias hoy en día como olvidadas. De entre sus célebres frases destacan estas: “El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace”.