El ser humano es la única criatura que posee la capacidad de percibir lo sagrado, como una disposición de su espíritu para captar el fundamento de las cosas. Toda persona en su vida, busca la verdad que le dé sentido a su existencia para alcanzar la felicidad, de allí que la dimensión religiosa presenta el hecho religioso y espiritual como una realidad integrada en el conjunto de expresiones de lo real. En ese contexto, es fundamental que las personas descubran y asuman que existe una verdad trascendente, que nos da una identidad y una dignidad humana, y tomen conciencia de que son hijos de Dios creados a su imagen y semejanza, reconociendo la acción providente de Dios en su vida, en su comunidad y en la historia humana que le da sentido a los acontecimientos. Así mismo, aprende a explicar de modo comprensible y razonable su fe al hombre actual, y asumir un proyecto de vida trascendente como respuesta responsable al amor de Dios.