EL SEVERO PROBLEMA 

DE  SALUD EN MEXICO


PERSPECTIVA 

DE LOS MEDICOS 

Y PROFESIONALES 

DE LA SALUD



COACH RAFAEL IÑIGUEZ

El cuerpo del ser humano está constituido por millones y millones de células. La célula, es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo. 

Y son las que mantienen el funcionamiento de todo nuestro organismo. 

Dichas células, conforman nuestros tejidos, los cuáles, a su vez conforman nuestros órganos (riñones, hígado, etc), y a su vez, estos órganos conforman a nuestros sistemas (sistema nervioso, sistema óseo, sistema linfático, etc.) Y estos sistemas, conforman los aparatos de nuestro cuerpo (aparato respiratorio, circulatorio, digestivo, etc.).

Nuestras células realizan sus propias funciones, como digestión, asimilación de nutrientes y desecho de sustancias no necesarias y/o tóxicas. 

Si las células no se encuentran en un estado óptimo de salud, por ende, tu cuerpo comenzará a sufrir diversas afecciones a nivel general.

Conozcamos un poco más sobre la inflamación celular. 

Debido a que la inflamación celular es un proceso bastante complejo, trataremos de simplificarlo.

El término inflamación celular silenciosa se refiere a la inflamación imperceptible de un órgano o tejido por un desequilibrio constante y está presente en el desarrollo de un gran número de enfermedades crónicas como la diabetes, el Alzheimer, el Parkinson, problemas cardiovasculares y ciertos cánceres como el de colon, pecho o garganta. También encontramos inflamación detrás de casos de obesidad y síndrome metabólico, que pueden derivar en patologías como la Diabetes de tipo 2.

El control de este proceso es vital para la longevidad de nuestros órganos y una buena salud tanto física como mental, por lo que es imprescindible conocer sus causas y cómo prevenir o revertir casos de inflamación silenciosa.

Esta alteración sucede cuando el organismo detecta una amenaza y pone en marcha mecanismos inflamatorios para acabar con el virus, las bacterias, el golpe o el deterioro de las células que ponen en riesgo nuestra salud. 

Se detecta la amenaza, se estimula la secreción de enzimas que atacarán y destruirán los tejidos sanos para deshacerse del problema, y se da paso a la regeneración.

Este proceso inflamatorio es bueno y necesario en los casos puntuales en los que aparece un agresor para nuestro organismo, pero si se vuelve crónico dañará el órgano o tejido en cuestión.

Las causas de una inflamación crónica van desde una mala alimentación al estrés, pasando por un descanso insuficiente, la contaminación, el tabaco, el exceso de sol y algunos químicos presentes en alimentos y cosméticos.

Se estima que 9 de cada 10 personas sufren inflamación silenciosa sin saberlo, y es que los síntomas no aparecen hasta que se desarrolla la enfermedad.

Los productos refinados como azúcar, harinas, aceites, margarinas, que se encuentran presentes en la repostería industrializada especialmente pero también en la mayoría de los alimentos procesados y artificiales, son los primeros en ser descartados de una dieta anti-inflamatoria.

Le siguen las grasas de mala calidad e industrializadas y las de origen animal, se recomienda descender el consumo de grasas animales y especialmente las de carnes rojas. 

Las grasas animales contienen ácido araquidónico, un ácido graso esencial que sólo obtenemos a través de los alimentos y que se sintetiza a partir del ácido linoleico u Omega 6. 

Lo que sucede con las grasas animales, es que contienen ambos ácidos grasos y las cantidades que se consumen habitualmente superan con mucho la dosis recomendada. 

Otras grasas vegetales como la del coco o la de la palma contienen grandes cantidades de Omega 6, por lo que su consumo debe ser medido con cautela.

Esto no sucedería en el caso de ciertos pescados grasos como el salmón que contienen ácidos Omega 3, su consumo estaría indicado pues si cuidamos que sea de origen ecológico, fresco y de pequeño tamaño. 

Ya que debido a la contaminación de los mares los pescados presentan una alta carga tóxica. De ahí el adecuado consumo de nuestro alfa dha.

Se descarta de igual modo el consumo de bebidas carbonatadas y todo tipo de refrescos, ya que suelen contener azúcar refinado o sustitutos incluso más peligrosos, dióxido de carbono y un gran número de conservantes, saborizantes y químicos altamente inflamatorios.

Además de las consideraciones dietéticas debemos tener muy presente la importancia de unos hábitos de vida saludables que incluyan la práctica moderada de ejercicio, un sueño profundo y reparador, el contacto con la naturaleza, el consumo moderado o nulo de alcohol (especialmente si no es de buena calidad), la ausencia de tabaco y otras drogas, y el control del estrés.

El estrés prolongado puede actuar como un potente inflamador celular, ya que sitúa a nuestro organismo en un constante modo de alerta que pone en marcha procesos inflamatorios ante la creencia de amenaza continua para nuestro organismo. 

Por ese motivo, es esencial controlar los niveles de estrés y ansiedad e incorporar prácticas como la meditación, el yoga o el mindfulness a nuestra rutina.

Si lo que deseamos es estar saludables y mantenernos con energía y vitalidad a lo largo del tiempo deberemos prestar especial atención a lo que comemos y, además de eliminar aquellos productos dañinos, incorporar otros que los sustituyan y eviten la inflamación celular y que están contenidos en los productos alfa de Enzacta.

Te invitamos a conocer las especificaciones y usos de los alfa bioready nutrientes asi como para diferentes padecimientos y enfermedades las diferentes alternativas a llevar a cabo.