TEMA17. El bienio radical- cedista.

TEMA 17. EL BIENIO RADICAL-CEDISTA (1933-1936)

Las elecciones de 1933 suponen un giro político dentro de la Segunda República. Comienza un nuevo periodo conocido como bienio conservador o radical-cedísta por ser la CEDA y el Partido Radical las fuerzas políticas dominantes.

 

LAS ELECCIONES DE 1933

 

Los sucesos de Casas Viejas provocaron un fuerte desprestigio del gobierno de Azaña, que al sentirse cuestionado por la izquierda política presentó su dimisión ante el Presidente de la República. Alcalá-Zamora convocó elecciones para noviembre de 1933.


Éstas fueron las primeras elecciones generales en las que, cumpliendo con lo establecido en la Constitución, pudieron votar las mujeres. Los republicanos y los socialistas se presentaron por separado, mientras que el centro-derecha se agrupó. Esto, unido a la abstención de las zonas de tradición anarquista, provocó el triunfo de los partidos de centro-derecha y el hundimiento de la izquierda.


La CEDA fue el partido con más diputados, seguido del partido radical. Mientras, socialistas y republicanos de izquierda tuvieron que pasar a la oposición.


Con la nueva composición de las Cortes, Alcalá-Zamora encargó la formación de gobierno a Lerroux, que contó con el apoyo parlamentario de la CEDA, aunque este partido no formó parte del gobierno.


Lerroux se vio así obligado a iniciar lo que los grupos de derecha reclamaban, una política de rectificación de las reformas del bienio anterior. Esta nueva política se concretó en la paralización de las reformas iniciadas:


LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934

 

En octubre de 1934 Lerroux decide incluir en su gobierno a tres ministros de la CEDA.


Desde que se formó el primer gobierno de Lerroux, y ante el giro conservador de su política, algunos sectores del PSOE planteaban la idea de una insurrección popular contra el gobierno. Ahora, la entrada de la CEDA en el gobierno dio fuerza a estas tendencias, muy influídas además por el contexto internacional:


En 1933 Hitler se había hecho con el poder en Alemania y había iniciado la construcción del Estado nazi. En Austria, el canciller Dollfuss había desatado una dura represión contra el movimiento obrero. Para las organizaciones obreras españolas, la entrada de la CEDA en el gobierno significaba un paso más en el avance del fascismo, aunque la CEDA estaba lejos de ser un partido fascista.

En este contexto, el PSOE, con el apoyo de comunistas y anarquistas, convoca una huelga revolucionaria que debería desembocar en una insurrección popular. La convocatoria tuvo un seguimiento muy desigual y fue fácilmente controlada por el gobierno. Sin embargo, hubo dos territorios donde las jornadas de octubre tuvieron un especial significado:

a) Asturias.

Aquí socialistas, comunistas y anarquistas crearon un comité revolucionario, controlaron las principales ciudades de la cuenca minera, cercaron Oviedo y proclamaron la República Socialista. El gobierno tuvo que recurrir a la Legión, dirigida por el general Franco, que después de duros combates consiguió recuperar el control sobre la región.

 

b) Cataluña.

La Generalitat de Cataluña seguía controlada por la Esquerra, enfrentada al gobierno conservador que preside Lerroux. El parlamento catalán había aprobado una ley sobre contratos de cultivo que prácticamente convertía a los arrendatarios en propietarios de las tierras que cultivaban.


Los propietarios, apoyados por la Lliga, rechazaban esta ley y el gobierno central consiguió que el Tribunal de Garantías Constitucionales la anulase. Ante estos hechos, y como respuesta a la entrada de la CEDA en el gobierno, el presidente Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la Federación Española. El gobierno central respondió bombardeando el Palacio de la Generalitat y suspendiendo la autonomía catalana.

 

LAS CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE Y LAS ELECCIONES DE 1936

 

Tras la derrota de la revolución de octubre el gobierno desató una dura represión contra los participantes en aquellos hechos, que se saldó con varias ejecuciones, encarcelamiento y despido de los implicados. Esta política sirvió para unir a todas las fuerzas del centro-izquierda contra el gobierno. De aquí surgirá la idea de crear un Frente Popular, una vasta coalición de partidos que irían juntos a las próximas elecciones y que abarcaba desde los republicanos de izquierda hasta el partido comunista.

 

A finales de 1935 el gobierno se ve salpicado por el escándalo del estraperlo, que surge cuando se descubre que parientes de Lerroux han recibido comisiones por autorizar la introducción en los casinos de juego de una ruleta rusa trucada y diseñada por los austriacos Strauss y Perl. Ante el escándalo, Lerroux tiene que dimitir y Alcalá-Zamora convoca nuevas elecciones para febrero de 1936.


A las elecciones el centro-izquierda acude unido en el Frente Popular, incluso con el visto bueno del anarquismo que no preconiza la abstención. Por el contrario, los partidos de centro y de derechas acuden ahora separados. El resultado fue el triunfo por pocos votos del Frente Popular, que cuenta ahora con una amplia mayoría en las Cortes.