Hermanas
de la Inmaculada de Génova
lo que somos...
Nuestra historia... nuestra vida...
Somos las Hermanas de la Inmaculada de Génova.
Nacimos a la vida de la Iglesia en Génova, Italia, el año 1876.
En Argentina la primera semilla brotó en el año 1914, en San Jorge de Santa Fe y la siembra se expandió por las provincias de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Mendoza, San Juan, hasta cruzar la cordillera y echar raíces también en Chile.
Somos consagradas. Estamos desposadas con Jesús, el Hijo de Dios y unidas a Él por la profesión de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia.
Contemplamos a su madre Inmaculada, la toda pura, toda bella, queriendo expresar el bello rostro de Dios.
En la oración cotidiana y prolongada ante la Eucaristía alimentamos la intimidad amorosa con quien sabemos que nos ama hasta la locura de la Cruz.
Constituimos comunidades pequeñas que cultivan su pasión apostólica sembrando la semilla del Reino de Dios en el corazón de niños y adolescentes, jóvenes y adultos, en escuelas y en las más diversas actividades apostólicas, en colaboración con laicos que asumen nuestro carisma.
Vocación
Una palabra que inquieta…
Un llamado...
¿De quién? ¿A qué? ¿Para qué?
Llamados…
y llamada por Dios que me mira con amor y me invita a la aventura del amor.
Dejarme mirar y responder a su mirada de amor es el secreto de mi felicidad y de la felicidad de muchas personas.
El lenguaje que Dios utiliza, como en toda aventura de amor es la mirada, pero una mirada que abarca mi carácter, mis talentos, mis debilidades, mis anhelos y mis miedos.
Reconociéndolo puedo decir: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado… Habla que tu siervo escucha” (1 Sam 3,8.10).
Y trato de cultivar la amistad con el Señor en la oración, la escucha de su mensaje, en el cumplimiento de su voluntad, en el compartir la fe con otros, porque Él viene a mi encuentro en el prójimo y de este modo me habilito para decir un “sí” eterno a una comunidad de amor.
Teniendo la mirada fija en Cristo y en su Madre Inmaculada mi corazón amará como el de ellos y podré comprometerme sin reservas.
"El Escudo del Instituto de las Hermanas de la Inmaculada es simple y elocuente. Está dominado por la Cruz, símbolo universal de vida cristiana. El nombre de María Inmaculada y la luz que emana de la estrella de la fe, da vida a la mística flor de la Vida Religiosa. Del Monte Santo de Dios, desciende la gracia que fecundiza el apostolado de la Congregación en el mismo campo de la Iglesia."
Congregación: