Acá podrás encontrar experiencias de personas VIH positivo, así como de personas cercanas a quienes viven con VIH, esto incluye;
Familiares
Pareja
Amigos
Personas del trabajo
Vecinos
Profesionales de salud ,entre otros.
Antes de iniciar quiero que observes las siguientes imágenes y te preguntes ¿Con cuál emoción te identificas en este momento?.
una vez identificado, pregúntate ¿Es así cómo deseas estar y sentir? tu respuesta es comprensible, pero recuerda no estas solo, por eso te invito a leer las siguientes experiencias que sin duda te harán cambiar esas emisiones
Te invito a desplegar cada uno de las anécdotas ancladas en las siguientes barras, la mayoría guarda la confidencialidad el expositor, esperemos sean de ayuda.
"Todo tiene un propósito"
Anónimo:
Cierto día un joven se detuvo a pensar por un momento, ¿cuál el propósito de mi existencia? Por su fé y principios inculcados en el seno familiar no se apresuró a dar respuesta, de igual forma, no la tenía; así que acudió a la experiencia humana: grandes filósofos y escritores al parecer concurrían en una sola cosa, “tanto saben del tema que no saben nada” esta respuesta deja al joven en el mismo lugar de donde partió, un poco intrigado pero aun sereno decide seguir viviendo su día a día: de momento, existe una esperanza de hallar una respuesta, una que promete cubrir toda expectativa y que siempre estuvo allí, la misma estaba en su fé, por largas noches debió ajustar su vista a las sagradas escrituras leyendo algo que su mente apenas alcanzada a graficar.
Es pues que la imagen de un Dios terrible que no era como se lo habían enseñado pero que en el trasfondo de todo determinaba una ley: el padre que ama a su hijo le corrige con vara de hierro, y por ella una gran variedad de versos algo peculiares como:
· Porque lo que hago no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
· Dios es un Dios de amor y de fuego consumidor.
· La sabiduría trae aflicción.
· Que el amor es sufrido y todo lo puede.
· Que el hijo del hombre, será la muerte de la muerte, y
· Que por muchos errores que cometa el impío, el día que haga el bien su reputación no le será estorbo para su reconocimiento por su buena obra.
Con una vana comprensión de las escrituras podía decir este joven que si creía en Dios, y aún más le conocía, era clara la naturaleza de este después de este recorrido por las escrituras. Sin embargo, ciertas experiencias pareciera hacerle vivir en carne propia ese primer verso que le llamo la atención. Hacia lo que no debía hacer sabiendo que tal cosa estaba mal. Sin poder obviar la compresión de lo que sucedía, se dedicó a brindar ayuda a personas que la cespitaban dando consejos y pudiendo ver que era muy bueno con ellos; Jóvenes, adultos, padres, novios, situaciones delicadas, espirituales, económicas, todos parecían tener un consejo en este joven.
Sin embargo, siempre había un sin sabor, una sensación de soledad y de depresión interpersonal, un ambiente que distaba mucho de las actitudes positiva de las cuales hablaba, y que al ser más experimentado con la comprensión de las realidades que vivían sus aconsejados, parecía que lo aislaban más y más y más en su interior a tal grado que llego a pensar que todo lo que lo rodeaba era falso, interesado, y fingido. Creo que la historia se repetía, ahora bajo este verso la sabiduría trae aflicción consigo.
La vida transcurre sin dejar espacio para tiempo de espera, un día una noticia lleva a este joven a llorar de verdad, un ser que para él era inestimable cae convaleciente de una enfermedad que desde sus inicios no dejaba esperanzas, en este capítulo de su vida entendería que el amor es sufrido, muchas noches sin lograr dormir, con un firme clamor, piedad para aquel ser querido que poco a poco se consumía en una cama y que como las muchas luces con cada segundo perdía su resplandor hasta que un muy mal día se apagó. El joven, hizo lo que pudo, busco consuelo en sus padres pero estos estaban inconsolables, fué abrazado por sus amistades pero estos eran fríos, pidió esmero de la ciencia pero para ellos no había que hacer incluso Dios, parecía estar en silencio, allí conocía este joven la impotencia, allí su vida murió .
Pasado los meses, era necesario levantarse, por los que estaban aún en vida, con esfuerzo y apoyo la vida sigue nuevamente su curso, esta vez con sonrisas sin peso, pero poco a poco retoma todo mas sensibilizado y capaz de hacer cosas; Una bonanza llega su vida y hasta el amor apareció, pero este fué fugaz, sin embargo, firme sigue su vida hasta que un buen día una noticia vuelve a ponerle todo de pies hacia arriba, un diagnóstico por una posible enfermedad que parecía haberle invadido no solo su cuerpo sino hasta los aspecto más simples de su vida, En aquel papel de laboratorio se lee, positivo para VIH-1, la reacción es de inmediato que es un error, días después se comprueba que en efecto tratamos con una infección por VIH.
Ahora por un momento la realidad impacta en un país que parece estar siendo comido por una situación sin precedentes donde un tema político es más importante que la salud de la persona, en un país donde la salud es una prioridad pero que a la práctica dista mucho de los estándares de los que se habla, un país en donde poco a poco se degradan los principios inalienables de lo que significa ser humano, sin embargo, se hacen las diligencias y este joven logra consolidarse en el medio de estigmas sociales presentes y logra avanzar en su situación. Por un instante y solo por un instante recordó la agonía y la firmeza de aquel ser amado que hacía tres año había perdido y siguió adelante, temblando pero firme.
Hoy, es un joven de 32 años que vive con VIH, aceptado por sus familiares y sus amigos, que no tiene límites más de los que se pone, adjunto a la toma de una pastilla diaria que le garantiza supresión del agente infeccioso, orientado a crear hábitos adecuados de comportamiento, alimentación, trabajo, descanso, mas sensibilizado con una ferviente necesidad de ayudar a mis pares, en el silencio de su habitación se dijo: con la muerte bailaré, y adquirió una determinación tal que pronto muy pronto fue más contagiosa que su misma enfermedad, en todo su entorno familiar ya no había tristeza sino una ferviente necesidad de llevarse la vida por el pecho, y es pues que allí la pregunta de muchos años atrás cobra sentido. Todo tiene un propósito, de no haber vivido todas esas experiencias este joven no fuese logrado consolidar su nueva realidad de vida, y pudo entender que ahora gracias a su fé como decisión personal, a su Dios como garante y fiel amigo, a sus familiares y amigos entendió: Que por muchos errores que cometa el impío, el día que haga el bien su reputación no le será estorbo para su reconocimiento por su buena obra.
"Chica de 45 años"
Anónimo:
Hola, desde hace 12 años me diagnosticaron VIH, actualmente tengo 45 años soy de Venezuela ... Tenía 6 meses de casada cuando recibí la noticia, no fué nada fácil, me tomó algún tiempo contárselo a mis hijos (1er matrimonio) gracias a Dios, recibí el apoyo de ellos, de mi familia, y psicológico. Tiempo después, me sometieron a una operación ovarios poliquisticos, en este momento recibí discriminación por la parte médica y enfermeros por padecer la condición de salud. Actualmente estoy indetectable, cumplo con mi medicamento, estoy divorciada pero feliz, adicionalmente cuento con el apoyo de Jesús, en su grupo Gente Positiva, es mi ángel terrenal... Gracias chus...
"Mi hija tiene VIH"
Soy madre de una joven de 23 años. Con tres años de diagnóstico de VIH, mi experiencia al inicio fué sumamente difícil, ya que, al recibir el resultado, lo primero que pensé fué en muerte, que los días de mi princesa estaban contados, al verla a ella destruida, con ganas de no seguir, ni de luchar, de hecho hasta síntomas le dieron, tuve que cambiar la actitud y llorar en silencio para darle fuerzas y poder ayudarla a salir de ese abismo.
Pero al ir al centro de atención y a empezar a interactuar con otras personas con la misma condición, y con la ayuda del médico tratante y la fundación que allí colabora, nos fuimos dando cuenta, que todo no terminaba aquí.
Aprendí que el VIH, es un cambio de estilo de vida, donde tienes que cuidarte y cumplir con las indicaciones de tú médico. De hecho en la actualidad colaboro en la sensibilización, pata evitar discriminación por VIH, y a las madres dándolo palabras de aliento y no vean que este es el final, al contrario pueden compartir esta experiencia juntos, donde cada,día sea aprende mas.
También debemos evitar todo miedo que puedas pasar por nuestra mente, no es fácil pero se puede, cuando empiezas a ver esto como otra oportunidad.
Es importante recomendarles que no deben de buscar tanta información en los medios. Ya que, te vuelves loca y no soluciones nada. Al contrario, apóyate en las fundaciones que colaboran con las personas que viven con VIH, me ha sido de gran ayuda.
Para finalizar, a estas alturas, ya no siento el miedo de hace tres años, aprendimos a convivir con esto. Claro siguiendo al pie de la letra las indicaciones del médico, que es una de mis recomendaciones más importantes, así como, también el apoyo como madre que tu puedas ofrecer.
"Afortunadamente agradecido"
HOLA!!! Espero esta lectura de MÍ experiencia, pueda sumar en algo.
Voy para 3 años Diagnosticado con VIH positivo, fué después de almuerzo, estaba laborando y me llamaron del laboratorio, sucede que había donado sangre a mi papá y en los exámenes arrojó eso como *DIAGNÓSTICO* No lloré, me sentí terrible sólo una tarde, esa tarde... Fué un antes y un después en mi vida, me hizo más humano, más sensible, esos 3 años para acá han sido chévere, fuí al médico, ese día tartamudeaba de los nervios, nunca tuve una manifestación clínica de VIH, pero la agonía de la posibilidad de ello, me quitó la tranquilidad por semanas, yo lo admito (EPA Y NO SE A LOS DEMAS, PERO A MÍ SÍ) tanto así ,que ni gripe me podía dar, de paso la agonía la vivía sólo, mi familia es muy prejuiciosa y no iban a digerir bien esa información, pero a todas estoy *INDETECTABLE* y todo eso pasó, hay días que ni recuerdo a mi inquilino (ASI LLAMO AL VIH). Ciertamente la vida te cambia, tomas medicamentos (EL DÍA QUE ME TOCÓ INICIAR, PENSÉ DURARÍA DÍAS EN CAMA, HASTA PLANIFIQUÉ INICIAR UN SÁBADO PARA DOMINGO, SI ME IBA A DAR UN YEYO O PATATUS QUE ME DIERA EN MI CASA JAJAJA, AGREGO A ESTE COMENTARIO QUE DEBEMOS VER EL LADO POSITIVO Y CÓMICO A LA CUESTIÓN... QUE SI ESTOY LOCO? POSIBLEMENTE SI, PERO ACA ESTOY Y ESTOY BIEN Y ES LO QUE CUENTA)
Los medicamentos hay que tomarlos tal cual los indica el médico.
A la final te das cuenta que no estás solo, Tienes a un Dios vivo, nos tenemos a nosotros mismos y ángeles como mi **SHOSHOMIO* (JESUS )
Todo pasa, siempre pasa... lo bueno pasa y lo malo también, habrán días malos y días buenos, pero esta circunstancia a MÍ me hizo poderoso, me hizo saber que *NADA* NI *NADIE* iba a poder afectarme... superamos algo que hacen años era sinónimo de muerte, nos vamos a dar mala vida por algo más? No verdad!
Dios nos bendiga grandemente.
"Soy colombiano y vivo con VIH"
Tengo 45 años, soy colombiano, médico, hace 5 años y medio, fuí diagnosticado como VIH positivo, exactamente un primero de diciembre que se celebra el día mundial del sida y vih. La noticia me la dió una compañera de trabajo, ya que, acostumbro cada año hacerme el chequeo ejecutivo y yo le pedía el favor a ella que me firmara las órdenes, del laboratorio la llamaron a ella y fué la primera persona en darme la noticia.
Le conté todo a mi compañera inicialmente de que era gay y como me había infectado, le pedí discreción con el gremio de trabajo y que guardara el secreto profesional. La persona con la cual me infecte, era un chico universitario con el que estaba saliendo en los últimos meses y el me contó que fueron a la universidad de la Cruz Roja para que donaran sangre y él lo hizo. A la semana lo contactaron de la Cruz Roja de que había salido positivo para VIH y él ya me contó sobre su situación y a raíz de esto tomé la decisión de hacerme el chequeo ejecutivo antes de tiempo; efectivamente salí positivo y a la semana me hicieron el western blot que arrojó confirmatorio para VIH.
Esa semana que me dieron la prueba del Elisa para VIH y la prueba confirmatoria fue muy duro primero porque albergue la esperanza de que la prueba confirmatoria saliera negativa y porque a pesar de ser médico y estar en contacto con la enfermedad por otros pacientes me invadió un temor a la muerte terrible que me quitó el sueño por muchos meses, sólo dormía una hora por espacio de 3 meses. Igualmente me sentía muy sólo porque a pesar de haberme independizado de mi familia hace 20 años, sentía una soledad y un desasosiego permanente. Esto hizo que empezara a frecuentar más a mi madre y estar mas en contacto con mi familia y con mis mejores amigos.
A la par mi compañera me pidió una cita con un compañero de ella de la universidad que era infectólogo y a la semana de haber sido diagnosticado nos contactamos, hablamos de mi situación y me mando otros exámenes como CD4, carga viral, anticuerpos para hepatitis, entre otros. Los exámenes me salieron bien con respecto a que tenía muy buenos niveles de CD4 y carga viral muy baja por lo que el doctor me tranquilizó mucho y como era ya diciembre me dijo que me podía tomar los aguardientes si quería. El mismo me contacto con otro infectólogo para que en enero del próximo año el me empezara a evaluar.
Fuí todo ese año con el infectólogo particular en tres ocasiones y en septiembre me dijo que debía empezar ya en la EPS tratamiento porque ya era momento y no había que esperar a que me bajara a menos de 300 los CD4. Por esos días estaba tomando una rama que mandé a traer de Brasil, tomando calostro, factor de transferencia, multivitaminas entre otros. También consulte con un inmunólogo psicosomaticista que me mandó a tomar unas vitaminas y aún lo hago.
Empecé el tratamiento en la EPS con ATRIPLA y aunque lo toleraba bien a excepción de que me daba oleadas de calor y los sueños vividos no presente más síntomas de intolerancia, pero al realizarme a los tres meses se dieron cuenta que los niveles de CD4 y carga viral no era para lo que se esperaba y decidieron darme otros tres meses y el resultado igual por lo que decidieron mirar haber si estaba haciendo resistencia algún medicamento y salí positivo para el efavirenz y decidieron cambiarme a TRIUMEQ y efectivamente ha sido un medicamento magnÍfico con el que nunca he presentado ningún síntoma de intolerancia y he manejado bien los niveles de colesterol y triglicéridos, glicemia y creatinina; a los 3 meses de haberla empezado a tomar ya era indetectable y los CD4 por encima de 1000.
Yo tomé la decisión de no contarlo a mi familia, ni compañeros. Solo mis mejores amigos y mis parejas han conocido de mi diagnóstico. Me siento bien así, trato de llevar una vida normal y hacer lo mismo que hacía antes con excepción de ser más moderado con el licor, comer más sano y tratar de llevar una vida más tranquila. La verdad también me sirvió mucho de apoyo los diferentes grupos que hay en Facebook y otras redes sociales como whatsapp, por donde he podido contactar personas valiosas como Jesús, que ha sido un guía y consejero que ha sabido resolver las dudas con respecto al tratamiento y cuidado que debemos de llevar con este diagnóstico, sino además ha sido un gran apoyo motivacional y espiritual y nos tiene informados de todo lo que acontece con lo último de VIH.sida.
Sigo en controles cada 6 meses ahora dando gracias a DIOS, los exámenes están dentro de los límites normales y puedo llevar una vida normal y se que si somos juiciosos podremos tener larga vida y con calidad que es lo más importante.
"Un año en negación"
Soy David, tengo 45 años y 11 viviendo con VIH, el día que recibí mi diagnóstico (06 de enero de 2009) no hice otra cosa que pensar en cómo iba a morir, por mucho tiempo creí que tenía la información necesaria pero ese día me dí cuenta que no era así, me sentí aterrado, con miedo y mucha culpa. Lamentablemente caí en un estado de negación que me hizo entrar en una fuerte depresión, dejé de trabajar, salía a la calle sólo para realizar tareas muy necesarias y en ese momento no quise atenderme médicamente. Así pasé aproximadamente un año hasta que una muy buena amiga me ayudó a salir de ese hoyo que yo mismo estaba cavando. Gracias a ella llegué a una asociación, en la que me brindaron ayuda emocional y psicológica, comencé con terapia psicológica y poco a poco fuí integrándome a un grupo de auto apoyo, todo esto provocó que comenzara a atender mi salud física, comencé a tomar tratamiento antirretroviral y a partir de estos eventos mi vida comenzó cuesta arriba.
Entendí que solo yo era responsable de mi bienestar, entendí que el miedo y la culpa no eran los mejores compañeros y comencé a informarme tanto como pude, me prometí a mi mismo que nunca me permitiría caer emocionalmente como lo hice y que nunca me permitiría ser juzgado, discriminado ni lastimado por nadie solo por vivir con este virus.
Una vez que logré aceptarme viviendo con VIH comencé a apoyar a todo aquel que se acercara a mi y que estuviera atravesando este camino, durante todo este tiempo he utilizado mucho las redes sociales para enviar mensajes de apoyo, para compartir información y sobre todo para hacerle saber a la sociedad que seguimos siendo personas, que tenemos una vida tan normal como la de cualquier otro, que tenemos el derecho de expresar y de vivir nuestra sexualidad de forma plena y sana. Me gusta hacerle ver a quienes lamentablemente están siendo nuevos diagnosticados, que no deben detener su vida ni sus planes, que habrá quien nos brinde apoyo pero nadie vendrá a solucionarnos la vida y que debemos tomar las riendas de esta, solo así lograremos terminar con la falsa idea que la sociedad ha creado sobre quienes vivimos y/o convivimos con el VIH. La información me ha hecho una persona diferente, segura y consciente de mi entorno, tengo la capacidad de realizar cualquier labor y tengo lo que cualquier otra persona tiene para poder relacionarme con los demás.
“La Fortaleza del hombre radica en el dominio de su mente”
Hola, soy J.A. soy Bioquímico clínico, vivo en Paraguay, hoy 10/05/2020 tengo 34 años (2 años 4 meses de diagnosticado) , un día 30 de diciembre del año 2017 estando de guardia en un hospital público de mi ciudad en el laboratorio tras obtener un falso positivo de una paciente parturienta, me hizo recordar que había tenido situaciones de riesgo que podrían comprometer mi estado serológico para VIH. Desde ese momento decidí que me haría un auto -test, aprovechando que mis compañeros de guardia en una madrugada tranquila se dispusieran a descansar. Si bien es cierto que en ese entonces no tenía la menor idea de cómo sería el tratamiento para una persona que vive con esta condición, era consciente que es mucho mejor el hecho de “saber” antes que el “no saber” ,ya que, eso nos permite empoderarnos de nuestra situación de salud. Por mi bien y la de mi familia tomó tal coraje, me realizo el test y desde ahí comienza mi duelo y calvario que te contaré en los siguientes párrafos.
El momento en el que me di cuenta que soy portador del VIH fué el momento más duro que pude haber atravesado en mi vida, sé que muchos dirán que por ser del área de la Salud tendría que estar informado y no debería ser tan fuerte el impacto en mi vida el hecho de conocer mi estado serológico, pués sepan que no es así, esto es más bien como prepararse para recibir a la muerte, por más que sepas que algún día todos tenemos que morir y aparentemente todos nos preparamos para ese momento, la cruda verdad es que nunca te esperas y no estás preparado para recibir un resultado como este, o en mi caso enterarte que eres positivo, en ese momento el mundo se me vino abajo, me sentí fatal, estaba desilusionado de mí mismo, era una mezcla de sentimientos negativos y el nerviosismo se apoderó de mí, la cara de preocupación no lo podía ocular(Gracias a Dios nadie me vio en ese momento), pero estaba en el trabajo y tenía que disimular lo más que podía para que nadie notara eso que me estaba consumiendo por dentro.
En ese momento sabía que había tratamiento, pero creía que los tratamientos solo funcionan por por un tiempo no muy largo, y en tanto tenía que hacer un esfuerzo en aceptar mi fatalidad, el cual es un concepto erróneo que tenía en aquel entonces (hoy día una persona con VIH puede vivir muchos años al igual que una persona que no tiene el virus) .
En fin llegue a casa esa mañana que por suerte y gracias a Dios nadie de mis compañeros noto en mi ninguna rareza o preocupación, o al menos eso creí, me dispuse a dormir para olvidar lo que me estaba pasado en ese momento, pero no pude conciliar el sueño, la preocupación cada vez se apoderaba más de mi, llego la noche del 31 de diciembre, tenía que salir a compartir con mi familia el último día del año, en mi casa esa fecha como en muchas partes del mundo se recibe al año nuevo con mucha comida y bebida para el brindis como es tradicional. Me bañe Salí de mi habitación con la intención de guardar en secreto mi diagnóstico ocultando mi tristeza, y creyendo que lo llevaría en secreto siempre, pero me equivoqué, ya que, no pasó mucho tiempo para que mirando a mi madre se descontrolara todo y mi cara cada vez más evidenciara que algo no estaba bien, mi madre se percató y me preguntó si me pasaba algo, ella salió y me dijo que le contara que me pasaba, luego de tanto insistir y no poder pronunciar una sola palabra le dije que soy VIH positivo, el dolor que causé a mi madre fue muy grande, ella no tardó mucho en comunicar a mis hermanas, y ese momento de festividad en poco tiempo se convirtió en una noche de mucho dolor y tristeza para toda mi familia así como para mí.
Mi familia y yo poco a poco fuimos tranquilizándonos a medida que nos íbamos informando y pasaban los días. Es muy cierto lo pase muy mal durante los primeros meses de mi diagnóstico, pensar en el que dirán los demás me hacía sentir mal y me di cuenta que solo me torturaba más a mí mismo con esos pensamientos, así que si estás pasando por esta situación trata de no pensar en eso y, verás que el tiempo todo lo cambia y no te quemes la cabeza con estas vanidades. Hoy tras 2 años y piquito de mi diagnóstico puedo decir con mayor certeza que el tiempo lo cura todo, y mi mayor deseo es que tú también lo superes este momento difícil, con el tiempo te darás cuenta que tu bienestar depende exclusivamente de vos, nadie más que tú controlas tus pensamientos, y si haces bien tu tratamiento con las visitas regulares a tu médico todo te ira muy bien. Deseándote lo mejor me despido de ti, muchas bendiciones, y vas a estar bien. ¡Hasta pronto!
"Positivo para VIH pero no tengo VIH"
Mi nombre es Jesús Ramírez de nacionalidad colombiana tengo actualmente 24 año mi historia comienza siendo el día 19 de enero del 2020, decidí realizarme mi prueba de VIH. Sentí miedo y angustia pero me llené de valentía y tomaron la muestra de sangre, al día siguiente me llaman del laboratorio pidiéndome una nueva muestra, yo dije claro. El día 22 de enero voy a reclamar mi examen, cuando me hacen varias preguntas ¿ POR QUÉ TE HACES ESTE EXAMEN? yo entre miedo contesté por saber, cuando la microbióloga me dice de una manera directa, sabes que tiene VIH? yo le contesté No, y ella bueno tu resultado fué positivo, de una manera fuerte y sin pensar en mi estado de ánimo, psicológico, en pocas palabras no fué agradable ni sutil como me comunicaron , la primera persona que busqué para sentir apoyo fué a mi pareja que tenía 6 meses de relación con él, pero siempre tuve relación con preservativos con esta persona salvo 2 a 3 ocasiones , después que le comente la situación, el me abrazo y me dijo puedes contar conmigo.
Al día siguiente vamos a un laboratorio nos realizamos pruebas de sangre para VIH, teniendo un resultado negativo el, y yo nuevamente positivo por el mismo método (Inmunocromatográfica) , yo me alegré por el pero, dije si tú eres negativo yo también lo soy, independiente lo que diga ese resultado, (les cuento que esos días había sufrido una intoxicación por camarones y había consumido alcohol) la peor etapa es la incertidumbre él me dijo no te bases en mi resultado ánimo y me dijo realízate otra prueba yo en mi negación le dije que no, en definitiva volví a realizármela, pero esta vez, un examen de VIH más costosa, el cual, fué VIH1 antígeno p24,por método de electroquimioluminiscencia el tiempo que tuve que esperar fueron 30 largos y angustioso días, buscaba información por internet, lo cual, agravaba mi situación puesto la información en relación con VIH en internet no es positiva, , llegué a tener depresión no dormía al saber la situación, más aun días después mis pareja lo noté distante, con ideas erróneas ha si a mí, al punto de terminarme y divulgar mis primeros resultado, fueron días duros pero duros.
Pasados todo esto busque asesoría información certera sobre VIH, el cual, dije si este último resultado llega ser positivo no es el fin, y me llené de valor y sobre todo de amor propio, tuve a una excelente persona que todo el tiempo me ayudaba, pasaban los días hasta que llegó mi resultado, fuí al laboratorio, me entregaron mi resultado tenía el corazón a millón, cuando miro resultado VIH1 antígeno p24, 0.40 siendo no reactivo les puedo decir que la alegría fué enorme, pero a pesar de tener ese examen especializado negativo me doy cuenta la importancia de conocer tu estado de salud, y que tener VIH no significa lo último, además logré tener más conocimiento y afinidad acerca de estos y hay muchas forma que puedes tener VIH tener una vida normal y plena,
Un abrazo y éxitos a todos.
"4 Personas, 4 diagnósticos, 4 recuerdos"
Me llamo Luis Magú, soy de Venezuela. Tengo 40 años de edad y en mi vida me he topado con varios casos cercanos al VIH.
Recuerdo la primera vez, hace 14 años aproximadamente, en Caracas... una mañana de domingo, saliendo de una famosa disco de ambiente, caminando por la Plaza Altamira, noto a ese muchacho alto, muy delgado, pálido y con manchas en la cara, amanerado, flamboyante, era difícil no verlo.
Uno de mis amigos percibe que lo veo mucho, algo me llamaba la atención, sus manchas en la piel (me hacían recordar películas gente enferma). Pero él se notaba alegre, también estuvo la noche en la disco, lo ví adentro. Mi amigo me dice en voz baja, él tiene sida, veo fijamente a mi amigo, ¿es en serio? - sí, me re confirma, él es reconocido en el ambiente gay de la capital, todo el mundo lo sabe y él no lo oculta. Por primera vez, había visto a alguien padeciendo esa "famosa" enfermedad, por primera vez sentí que era real, que podría pasarle a cualquiera.
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Mucho tiempo después, yo tenía 32 años, conocí a un hombre, a través, de Grindr, la conversación por la aplicación muy agradable, el un rubio de ojos verdes, muy bonito. Acordamos vernos en persona en mi casa, cuando él llega, percibo algo en él, su mirada era como que me decía algo, ahora entiendo que era miedo de parte de él.
El morbo, estaba allí, pero yo no soy de dar el primer paso, me cuesta. Él se inclina hacia mí, no para besarme, si no para abrazarme, yo sin entender bien, intento desabotonar su camisa, lo hago, y noto en su piel ciertas marcas.
A mi mente vino la imagen del chico en la plaza en Caracas, las imágenes de todas las películas que había visto acerca del VIH/SIDA.
Yo le pregunté, ¿y esa mancha? El se la ve y me ve, se la toca, tarda en responder.
- ¿Por qué lo preguntas?
Es rara, le respondo, me parece que la he visto.
- No sé, fui al médico, pero me mandaron a hacer unos exámenes, aun no sé qué es.
- OK, está bien, le respondo. Tal vez, tienes que aplicar antimicótico, parece un hongo.
- Sabes mucho, eres inteligente, me dice.
- Le respondo, no sé si se mucho, pero me gusta leer, investigar todo, soy muy curioso de saber y aprender.
- Me dice, eso está muy bien, te felicito. Sabes me caes muy bien, veo que eres muy agradable, buena persona. Te confieso que vine con mucho miedo.
- miedo por qué?, le replicó.
- Yo me prometí a mí mismo que tenía que ser honesto conmigo y con todo el mundo
- OK, eso está muy bien, y lo aprecio y lo agradezco, le digo.
- Yo soy VIH positivo, y me mira a los ojos, esperando mi reacción.
- Yo sigo viéndolo, y le respondo, gracias por la honestidad ya lo sospechaba.
- Y no tienes miedo? Me preguntó.
- No, no siento miedo, yo conozco ese virus, se cómo se transmite y como cuidarse.
- Me siento aliviado que reaccionas tranquilo, me siento sólo (sus ojos se enrojecen, es evidente su tristeza), siento miedo de la reacción de la gente. Mi familia me dió la espalda cuando les conté. Y sentía tantas ganas de un abrazo, yo lo que quiero es compañía. Mi vida se está acabando y me siento muy solo.
- Yo no lo interrumpí, lo escuché y le pregunté: ¿desde cuando sabes que tienes VIH? ¿Y sabes cómo lo contrajiste?
- Me diagnosticaron hace 6 años, me hicieron unos exámenes porque tenía unos síntomas muy raros, yo siempre hacia deporte, tenía buena salud, pero mis pulmones parecían estar mal y no me curaba, y bueno, optaron por hacer la prueba de VIH y resultó positivo. Fué mi pareja de muchos anos, resultó que me había sido infiel, el también resultó positivo. Imagínate enterarte de todo eso un día, mi vida cambio completamente, me deprimí mucho, y aun no supero la depresión. Entre la soledad y mi cuerpo perdiendo fuerzas, a veces he tenido ganas de no seguir viviendo.
- Yo no lo interrumpo, lo veo siempre a los ojos y lo escucho, le toco el hombro, las manos, yo sentía que eso era lo que el necesitaba. Sin embargo, le pregunto: ¿y que buscas en esa aplicación?
- Me responde: es complejo, me siento sólo, busco compañía como te dije, aunque también sexo, hay momentos en que siento muchos deseos sexuales, tengo mucho tiempo sin contacto sexual, porque temo que se me note, que me rechacen. Tú por ejemplo te diste cuenta, yo me moría de nervios que me botaras de tu casa. Pero te repito, me he armado de valor y te lo confesé, y así lo he hecho con otros que he conocido, pero no todos tienen tu madurez.
- Le comento, tú eres muy bonito, debes llamar mucho la atención en la aplicación. ¿has corrido el riesgo de quedarte callado y continuar adelante con el sexo con alguien?
- Me responde: no, de verdad no. Siento que no quiero que otras personas pasen porque que he pasado yo, prefiero decirlo y si llega a suceder, que los dos estemos conscientes de lo que hacemos.
- Eso me parece muy bien, te felicito por esa actitud. Le ofrezco agua, algo de comer, pero dice que solo le provoca agua.
- Me comenta: me siento más tranquilo, tú me transmites tranquilidad, te puedo abrazar?
- Sí, claro que sí, le respondo. Ven vamos a sentarnos, abrázame, háblame, vamos a ver algo en la TV.
- OK, me parece bien, dice. Él se sienta y me pide que me apoye sobre él, mi cabeza sobre sus piernas, yo estoy acostado, él está sentado. El TV encendido con bajo volumen. Con una mano toca mi cabello, con la otra mi pecho, mi abdomen, mis hombros… yo percibí que él tenía ganas de dar afecto sin ser rechazado. Y me pregunta: ¿tendrías sexo conmigo?
- Mi respuesta: no lo sé, en este momento no siento ganas, eres atractivo, pero no siento ganas, y aunque no te rechazo por tu condición, dentro de mí, estoy en estado de alerta, eres lo más cercano que he esta con alguien portador de VIH.
- Yo te entiendo y te respeto, tranquilo, déjame tocarte al menos, me dijo él.
- Eso no me parecía problema, era más bien agradable sentir sus manos, me hacía sentir relajado, sin importar la información que había escuchado hacia unos minutos.
- El comenta, sin dejar de tocarme: eres muy atractivo, y tocaba mis nalgas.
- Yo erectándome, era muy sensual su forma de tocarme.
- Me gustaría masturbarte, me dice.
- Yo le dije, si, hazlo. Me abrió el pantalón, aun estando en la misma posición. Mi cabeza sobre sus piernas. Me empezó a masturbar, yo veía sus manos, re confirmando que no tenía heridas, yo aún estaba consciente de lo que estaba haciendo y que había riesgo del que me tenía que cuidar.
- Él se da cuenta que estoy detallándolo y me dice, tranquilo, mira mis manos, están bien y no te voy a besar.
- Lo miro, le sonrío y cierro los ojos.
- Él se levanta con cuidado, y cambia de posición, el prefiere estar de rodillas (yo aun acostado y extendido boca arriba), continúa masturbándome y oliéndome, por eso quería cambiar de posición, el olor le da morbo. Mientras, él se masturbaba a sí mismo. Bien, llegué al orgasmo, el amablemente buscó algo para limpiarme y limpiarse el. Nos arreglamos, seguimos hablando, el me pidió que lo abrazara otra vez y lo hice. Al rato yo tenía que salir, el ofreció acompañarme hasta ese lugar, acordamos seguir en contacto. Yo le escribí varias veces en los siguientes días, el respondía, pero luego ya no respondió más, perdimos contacto.
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Ese mismo año en 2013, uno de mis mejores amigos venía sintiendo malestar y una hinchazón y dolor en el cuello. Fué al médico y lo mandaron a hacerse la prueba de VIH, por inflamación del ganglio. El me lo comentó, estaba asombrado y nervioso a la vez. Llegó el día de los resultados, nos vimos después del trabajo (compartimos el apartamento). Su palidez y sus nervios aún más fuertes, le costó decirme: el resultado es positivo, dice que tengo VIH positivo.
- Lo veo fijamente, tratando de ser neutral, ¿de verdad? Y qué tienes que hacer ahora?
- Eh! No sé, tengo que repetirlo, para re confirmar. Eso me dijeron en el laboratorio. Le dije a la doctora y me dijo lo mismo, tengo que ir a otro laboratorio y que hagan la prueba con otro método para re confirmar, el método ELISA.
- OK, le respondo, hazlo y mantente tranquilo, sigue las instrucciones de la doctora, yo voy contigo a la siguiente cita.
- Me dice: ¿Qué hago? ¿Me tengo que ir de aquí?, con la voz quebrada.
- No, ¿qué te pasa? Quédate tranquilo, no tienes que irte, yo no te voy a pedir eso, yo te voy a acompañar, voy a estar contigo, y voy a hacer lo que a mí me corresponda para que los dos estemos bien.
- Él me dice, gracias su voz es casi de llanto, no sé qué hacer, esta noticia me puso mal. Me duele la cabeza.
- A la mañana siguiente, veo que esta trasnochado, le pregunto: ¿cómo se siente?.
- Me comenta: no dormí nada, solo pensar y pensar, me duele la cabeza, no siento hambre, me siento como en un limbo. Estoy marcado, ¿qué va a decir la gente?, y me pregunta tienes pastillas para dormir?
- Si, le respondo, tengo las pastillas para dormir cuando viajo. Toma una, pero no te acostumbres a ellas. Lo que tienes es ansiedad, la noticia que recibiste es muy fuerte, te han diagnosticado como positivo VIH, pero no han declarado tu muerte, sigues vivo y puedes estar sano, si sigues las instrucciones del médico de ahora en adelante, cuando tengas tu próxima cita, yo voy contigo.
Así continuamos viviendo, normal los mejores amigos compartiendo el departamento, aprendiendo a convivir con esta condición, el cómo portador, y yo como su amigo, su apoyo más cercano. En la medida que él fue agarrando confianza, se lo contó a las personas que él consideró necesitaban saberlo, todo lo apoyamos ese momento, hasta el día de hoy. Sigue su tratamiento, está muy bien de salud. Han pasado más o menos 7 años desde que él recibió el diagnóstico. Hoy en día, estamos viviendo separados por diferentes circunstancias, nuestra amistad es exactamente la misma.
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Una vez por 2016, viajado por los llanos, en los meses de verano, abro la aplicación con la curiosidad de ver si gente de esa región usaba la aplicación y ver qué tipo de gente se conectaba por esa zona. Sí, es un pensamiento frívolo típico de un citadino, tal vez, pero lo digo con honestidad.
Resulta que no había nadie cercano, sino un chico rubio de ojos verdes muy guapo a 80Km, o sea muy lejos. Estaba en la capital del estado y yo en el monte, en un pueblito jajaja…aun así, entablámos conversación, muy agradable, recuerdo que él me confesó de una vez que era portador del VIH, y yo le hacía preguntas como:
¿Te estás cuidando?, ¿Estás comiendo sano?, ¿Estás en control con antiretrovirales? ¿Cómo está tu conteo de CD4?
El me respondía todo con honestidad, simplicidad y me decía que ¿Por qué sabía tanto yo?, que si yo era portador del virus también.
Yo le comenté que no era portador, pero que unos de mis mejores amigos si, y con el he aprendido bastante, porque le he acompañado en su proceso.
El chico me responde, con razón no te espantas, todo el mundo deja de hablarme cuando les digo mi condición, me bloquean.
Yo comento, si te entiendo y no me sorprende esa actitud de las personas, eso es ignorancia y tabú al mismo tiempo.
Así continuamos hablando, y nos caímos muy bien, intercambiamos números de teléfonos, continuamos en contacto. Recuerdo que él necesitaba hacerse unos exámenes más profundos, en mi ciudad era posible y yo me puse a la orden a recibirlo y llevarlo a donde el necesitara ir.
Así fué, unos 7 u 8 meses después el llegó hasta mi ciudad, yo lo busque en el terminal de autobús, fuimos a la casa para que se pusiera cómodo, revisamos los lugares a donde él tenía que ir al siguiente día y eso, para planificar el recorrido y el tiempo.
Hablamos mucho, de todo, de religión (vaya que él es interesante en el tema religioso, con circuncisión y todo) en persona era aún más agradable. Él es muy buena gente, muy noble, físicamente bonito y su acento me gusta mucho. Siempre me fijo en el acento de la gente.
En mi casa solo había una cama, a pesar de haber varios cuartos, yo vivía solo. Entonces teníamos que compartir la cama, eso no era nada de problema. Yo siempre duermo en bóxer, no se dormir con ropa. El llevaba franela y short para dormir, que calor pensé yo, dentro de mí.
Conversando en la cama, él me dice que le gusta dar masajes, y ofreció hacerme masajes, y a mí me gusta que me toquen, así que claro que sí, yo quiero masajes.
Sus manos lo hacían muy bien yo estaba boca abajo y entre sus roses yo podía sentir su erección en sobre mis nalgas, no me sorprende, más bien lo veo algo natural. Era agradable sentirlo mientras me tocaba son sus manos.
Al rato me pide que me voltee para darme masajes de frente, y lo hago. No podía oculta mi erección, no sentía pena, y yo podía ver su erección tratando de salir de su short, pero cerré los ojos para relajarme más, mientras él seguía por mi pecho, mis brazos, mi abdomen, mis piernas…
Eso llevo a que el me masturbara, genial me gustó mucho, tuve un excelente orgasmo, el se masturbó, acabo sobre mi abdomen. Fue súper! Nos metimos a la ducha lavarnos y hablábamos con confianza, madurez y comodidad.
Dormimos, al despertar, no recuerdo si desayunamos, pero si recuerdo que salimos a hacer las diligencias de salud pautadas, ese mismo día él se regresó a su ciudad y mantuvimos el mismo contacto de siempre.
Al año siguiente el volvió a visitarme, venia de regreso de buscar unas medicinas que le habían enviado de algún lugar. Esa vez recuerdo que me llevó arepas andinas, café, azúcar, harina.
Nuestra amistad era igual, siempre tenemos algo de qué hablar, igual dormimos juntos, se repitió el encuentro sexual, igual al anterior, nos hemos masturbado juntos, pero han sido muy buenas pajas, eso sí!
Esa fué la última vez que nos vimos en persona. En 2018 acordamos vernos, pero por una razón u otra, no se dió. Básicamente, por la situación del país, se hacía complicado trasladarse de un lugar a otro en transporte público.
A pesar de ello, hasta el día de hoy, somos los mismos, tenemos una historia en común, somos amigos, nos hablamos con mucha franqueza y sin tabú. Él sabe que estoy aquí para él y él está allí para mí. Yo sé que estás leyendo esto y tienes una sonrisa en la cara, amigo.
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En el año 2017 conocí a un chamo por Grindr otra vez, de bonito cuerpo, no se puede negar su atractivo, medico, recién graduado, viviendo en un pueblo más o menos cercano a mi ciudad. Nos conocimos, tuvimos buen sexo varias veces, pero era solo eso, sexo los hablamos y acordamos que no había más nada entre nosotros.
Conocí a su mejor amigo Key, él me lo presentó, por circunstancias, porque salimos juntos a una fiesta de él, del mejor amigo.
También nos caímos bien, y eso, los tres hicimos cenas en mi casa, otro día vimos películas.
Un día, el mejor amigo Key, me invitó a una fiesta, solo los dos, porque mi amigo no podía ir.
La pasamos bien, yo no bebo licor, él sí, y se emborrachó. Me lo llevé a mi casa, porque su casa es muy lejos y de madrugada no era conveniente ir a llevarlo. Entonces, dormimos juntos, tuvimos sexo con protección, muy bueno todo, pero en la mañana mientras él se arreglaba en el baño, veo su bolso abierto en la cama y era visible un envase de medicinas, y era un antiretroviral. Yo me sentí molesto, porque no sabía si era de él, o si era portador del virus, o que se yo.
Mi molestia mayor era porque si es portador, ¿ Por qué no me lo dijo?
Salimos de la casa y en el camino, le pregunté: ¿Tú eres VIH positivo?
Me respondió, no, de dónde sacas eso?
Le digo, sin querer ví un envase de antiretrovirales en tu bolso.
Me responde: eso nos lo dan en el hospital a todos los estudiantes de medicina, y al personal de salud en general, es por seguridad, nosotros estamos expuestos y si llegáramos a estar en contacto con el fluído de alguna persona infectada, tenemos que hacer el tratamiento para evitar que el virus prospere en nuestro cuerpo. A pesar de que su explicación era lógica, porque conozco ese protocolo del que me habló, porque otro de mis mejores amigos trabaja en el área de salud pública, me lo había mencionado tiempo antes.
Lo cierto, es que ese episodio me hizo sentir vulnerable, a pesar de lo que había vivido en años antes. Yo decidí no relacionarme más con él, sexualmente. Entre Key y su amigo, hubo cierto rose por el trío que se formó entre nosotros, yo perdí el contacto con ellos.
Esa situación me puso un poco nervioso, hablé con un amigo médico para pedirle consejos y con mi amigo de los llanos también, a pesar de que hace 3 meses antes me había hecho la prueba de VIH, porque lo hago con frecuencia anual, 15 días después de último encuentro sexual con Key (el chamo de los antiretrovirales), me hice la prueba, resulto negativa, y meses después otra prueba y resulto negativa.
Hasta ahora las siguientes pruebas han resultado negativas.
"Por andar creyendo en pajaritos preñados"
Pudiese resultar utópico el pensar o recordar esa maravilloso objetivo que todos tenemos en mente al salir de nuestra casa con un par de maletas a cuestas y con rumbo desconocido. Lo que si me quedaba claro era verme sair de mi país en busca de una “NUEVA VIDA”. Unos años más tarde, todo me ha hecho creer que la realidad y el destino ya tenían clara la idea de complacerme pero de un muy extraño modo.
La historia comienza con mi llegada a Lima justo el día de mi cumpleaños número 36, la soledad, la tristeza, el desarraigo no resultaba motivo muy lógico como para pensar en celebrar. Tres días después y con el silencio como compañero decidí salir, quizá para conocer algo o alguien que me ayudara a despejar mi mente, si se daba una amistad seria de muy buen augurio y era realmente necesario y fué así como me abrí paso al “destino”
Ese día y de forma muy extraña conocí a ese “ser especial” o al menos el destino lo iba a convertir en un ser inolvidable (regalo de cumpleaños) que venía a alegrar todo mi proceso de adaptación. Iniciamos una amistad, nos empezamos a conocer, nos gustamos mucho, la química fué total. A los meses, ese chico de 24 años y yo, ya éramos pareja (con todo lo que ello implica). Fué una muy buena relación (la ideal) hasta que el chico de 24 años en su más profunda fantasía de desarrollar su instinto maternal me pidió confiar en él y hacerlo a la más viva piel (cosa de probar a ver si la naturaleza lo bendecía) y previa conversación decidimos no dar más uso al condón.
Nunca germinó la semilla en aquel “Vientre paralelo” pero un año después, mi cuerpo si empezó a presentar síntomas muy extraños, mi salud no era la misma, ya no era el “Tipo” maduro vigoroso que satisfacía las ganas de un chico de 24 mi debilidad era evidente, el maravilloso joven encontró en esta situación una excusa perfecta para desaparecer y terminar la relación y dentro de mí, el miedo y la preocupación empezaba a crecer, no era normal sentirme así. Hasta que un día un resultado positivo en una prueba rápida parecía desmoronar con mayor rapidez mi mundo.
Tras varias pruebas se ratificaba el diagnóstico. Ya había encontrado mi “NUEVA VIDA”. La depresión que me invadió fué más rápida que el resultado de la prueba que la originó. Las caras del equipo de salud que daba la noticia parecían no dar crédito a una situación tan deprimente, debo reconocer que mi reacción podría deprimir hasta al mismo “PUTIN”. El diagnóstico dió paso a 15 días de eterno silencio, lágrimas incesantes y caminatas que iniciaban a las 9 de la mañana y podían terminar a las 7 de la noche cuando muy temprano. Había días que no podía regresar caminando a casa porque ni sabía dónde estaba. Tomaba taxi y seguía dentro de mi infinito mental.
Dos semanas, muchos kilos menos, una imagen demacrada, mis pies adoloridos y el recuerdo constante de mis seres queridos me hicieron reaccionar y retomar el plan inicial una “NUEVA VIDA”. Cerrado el capítulo depresivo, no sería de ayuda, lo que conscientemente empezó a ocurrir en ese mismo momento fué totalmente lo opuesto: full hidratación, full mejor alimentación, full comprensión de mi nueva condición de salud, muy buen descanso y lo más importante de todo, mente y actitud positiva para asumir esta nueva condición. Una semana de cambios positivos que reflejo alegría en el rostro de mi equipo de salud en la siguiente visita.
Y si te preguntas: ¿Qué paso con el chico? Bueno lo busqué, no quería verme, no quería hablarme, al final lleno de el valor que nutre a los cobardes, me llamó y le comenté el motivo de mi búsqueda e insistencia. Me dijo que lo que me pasara no era su problema, que yo simplemente había sido parte de un juego y que lo mejor que podía hacer era regresar a morir a Venezuela. No era la respuesta que esperaba de él, no podía entender cómo se podía ser tan bajo e indolente. Pero su respuesta ratificaba la necesidad de cambio.
En lo sucesivo decidí no pensar en VIH, de hecho me alejó de la gente tóxica que solo vive en un nocivo análisis de las interacciones de nuestra condición de SEROPOSITIVO hasta con el aire que respiramos o con la esencia del perfume que usa. He logrado entender algo muy importante y que aunque suene repetitivo o tediosamente vacío, resulta ser muy cierto, desde mi experiencia propia nuestra actitud y los pensamientos positivos que dejemos anidar en nuestra mente, resultan ser la más maravillosa herramienta que podemos usar a nuestro favor.
Un mes después de mi diagnóstico, inicié mi tratamiento con Efavirenz. Emtricitabine y Tenofovir Disoproxil Fumararate. Les comento que hasta para los resultados de la toma de medicamentos y para las reacciones que tengamos podemos hacer uso de nuestra mente. En lo particular nunca he tenido efectos adversos, y hasta en ese tema procuro alejarme de la gente que te llena de sus experiencias negativas sin dar mayor peso al beneficio que los mismos le han traído al prolongar su vida. Tres meses después ya estaba totalmente intectable, con muy buen peso, muy buena imagen muy buena actitud y alejado de todo aspecto negativo del diagnóstico, no le doy fuerza en mi mente. De hecho solo pienso en ello e la hora de tomar mi pastilla.
Al final creo que si he logrado el objetivo una “NUEVA VIDA” y en ella he logrado comprender la importancia y el valor de nuestro pensamiento consciente en la materialización de lo que día a día querramos hacer presente en nuestra vidas, he aprendido a reconocer el valor real de las cosas, he entendido que muchas veces y por error perdemos valor propio por dárselo a lo que nada vale. He entendido y he aprendido a cuidar más de mi tiempo para compartirlo conmigo mismo. El VIH no es tema recurrente en mi mente pues La mantengo ocupada con la conciencia y la importancia del pensamiento positivo.
"Yo embaraza con VIH pero mi bebé es Negativo"
Esto comienza cuando recibo la maravillosa noticia después de 13 años de mi hijo mayor que sería mamá nuevamente, era inmensamente feliz con la llegada de mi nuevo bebé, mi relación no empezó a pasar por un buen momento y a los 3 meses de mi embarazo pasé por una ruptura, mis hormonas estaban a mil, era una locura; pero tuve un enfoque que era mi bebé.
En mis 4 meses tuve mi control prenatal exámenes y demás, nunca esperas escuchar lo que dicen cuando tu examen para VIH da positivo, todo se terminó de derrumbar para mí, la muerte te invade el cuerpo, me sentí aterrada desconsolada, crecía un ser dentro de mí, el cual, había condenado a morir antes de nacer, la depresión fué el doble, mi ruptura, el miedo todo me invadía, pero no todo estaba perdido según el infectólogo y el pscicólogo, había una posibilidad que él bebé naciera sin VIH, siempre y cuando pusiera de mi parte al 200%, y así fué: desde ese momento fué mi meta y mi plan con Dios.
Fué muy difícil adaptarse a una medicación tan fuerte estando con los síntomas de la gestación, era una locura mi cuerpo, llegaron a ser 12 y más pastillas diarias, pero valió totalmente la pena. -Hoy Yo doy Fé de eso-, el camino no fué fácil, las condiciones que implicaba los riesgos de no hacer las cosas como medicamente son correctas, el enfrentarte a no sentir la conexión de no poder amamantar a tu bebé, en fin todo eso a la final fué siendo superado en el proceso de adaptación, nada sería como antes, por el contrario sería mucho mejor, porque detrás de esa "mala" noticia llegaría mi segunda bendición, el mi Ángel el que llegó a avisarme que algo no andaba bien en mi cuerpo, El que hizo que hoy por hoy siga de la mano de Dios en la lucha por la Vida. Aunque el miedo te invade ante una noticia de esas puedo asegurarte que con tus controles, tu medicación puedes llegar a tener un BEBÉ NEGATIVO porque a mi Dios me lo regalo.
"sin pensarlo mucho"
Mi nombre es Francisco de Medellin Colombia, 37 años, viviendo 5 años y 10 meses con VIH.
Mi experiencia al principio un poco dura, la vida es un duelo que es difícil asimilarlo y enfrentar tu familia para contarles de tanto darle vuelta al asunto, puedes generar ansiedad un poco de estrés y querer renunciar a tu trabajo, pero luego, que poco a poco te vas liberando de la carga sigue el proceso de resilencia y es donde empiezas a subir poco a poco logrando surgir del fondo en que estabas como una persona nueva llena de optimismo y buena vibra empiezas a estructurar tu personalidad y hacer mejor persona.
Continúas y cada día vas logrando el éxito, resurgistes entre las cenizas ya no quieres volver allá, porque tuviste mal experiencia que fué duro ahora continúa adelante y lucha por tus sueños que puedes llegar muy lejos como una persona normal.
"Desde México a New York"
Me llamo Ernesto Hernández, soy un hombre mexicano de 46 años. Vivo desde hace 15 años en Nueva York.
Hace muchos años encontré unas reuniones en organizaciones de lucha contra el VIH. Asistí a ellas más por el interés de conocer a otros chicos que de informarme, pero aprendí mucho sobre el tema. Las estadísticas me llevaron a concluir que un día me interesaría en alguien que viviera con el virus. Cuando ese momento llegó me di cuenta de lo importante que es la información, pues gracias a ella pude manejar la situación sin miedo.
Nuestra mente es curiosa. Yo probablemente viví con el virus por unos pocos meses y nunca sentí que algo hubiese cambiado. Sin embargo, sentí que mi mundo cambio radicalmente ese 12 de junio de 2012 cuando me informaron que yo tenía VIH.
Pase por lo mismo que muchos. A pesar de mis conocimientos no pude evitar evocar imágenes de personas moribundas y pensar “me voy a morir”. Me invadió una avalancha de emociones y pensamientos negativos. “¿Por qué yo?”, “ya era difícil encontrar pareja”, “se acabó mi vida sentimental”. Descubrí que el VIH afecta la salud física, pero lo que nos hace sufrir es lo que he llamado la “VIH-fobia internalizada”, el estigma. Tan solo pensar “soy VIH positivo” me daba náusea y ganas de llorar.
Afortunadamente había realizado un intenso trabajo psicológico y espiritual donde fuí obteniendo muchas herramientas con las que pude hacer frente a la situación. Uno de mis maestros de vida decía “todo lo que te pasa es una bendición o regalo de la vida, aún cuando venga envuelto en una caja muy extraña”. Si de verdad yo creía esto, entonces el VIH también tenía que ser una bendición.
Decidí hacer mi condición pública para que otros fuesen testigos de lo que estaba viviendo. Tal vez, así buscarían protegerse más. Eso llevo a que personas viviendo con el virus me contactaran para agradecerme por darle a su sufrimiento una voz. No era mi intensión, pero poco a poco me fuí convirtiendo en un activista para la comunidad gay latina y para la comunidad VIH positiva.
Me di cuenta de algo muy importante. Siempre sentí que yo no era “suficientemente bueno”. Por esto, trataba de ser lo que yo creía que otros querían que yo fuera. Mas flaco, más gay, menos gay, más serio, menos serio, entre otros. El VIH me vino a enseñar que yo tenía que amarme a mi mismo tal y como soy, pues esto era un hecho que no podría cambiar. Además, si yo no lo hacía ¿cómo podría creer que alguien más si lo pudiera hacer? Por primera vez a mis 38 años empecé a hacerlo.
Llegado el momento de cambiar de trabajo decidí utilizar toda esa experiencia. Encontré un trabajo en el departamento de VIH de una organización. Aquí puedo realmente hacer una diferencia en la vida de las personas. Nada da tanta realización personal como ser de servicio para quienes lo necesitan. También, llegó el amor de la mano de un maravilloso hombre VIH negativo. Nunca imaginé que llegaría a decir esto, pero el VIH en verdad que, para mí, ha sido una bendición.
"Yo mismo me diagnostiqué"
Soy A. Trabajo como personal de salud la mayor parte del tiempo, aunque hago otras cosas.
Hace tres años di positivo para VIH. Yo mismo me diagnostiqué cuando decidí hacerme revisiones de rutina. Sabía que existía la posibilidad, pero nunca la llegué a contemplar como algo real porque pensaba, bajo mi propio prejuicio, que al ser sanitario no estaba en riesgo “¿Cómo iba a existir un riesgo real?” Yo tenía ojo clínico, las parejas con las que había estado se veían “sanas” y prometían que solamente se jugaba el momento de pasión y entrega conmigo, yo generalmente tomaba precauciones y a veces me relajaba porque creía que podía dejar en manos de otros mi salud, cuando ni ellos mismos estaban completamente conscientes de la suya. No los culpo en lo absoluto, y hace tiempo dejé de culparme a mí mismo.
A esta situación no sé cómo llamarla, mis amigos y amigas le ponen nombres a las cepas de virus que circulan por su sangre, otros le dicen cariñosamente “el bicho” o “la bicha”, algunos hacemos chistes sobre ello entre nosotros (porque creemos que reírse de algunas situaciones puede desarticular la violencia y el estigma, aunque hay que tener mucho cuidado). Tras unos pocos meses de buena adherencia al tratamiento soy indetectable y me siento muy bien físicamente, tras un par de años de psicoterapia mi salud mental y mi forma de gestionar las cosas ha mejorado sustancialmente, tras mucha charla, sesiones, reuniones con mi familia, amigos y amantes, he logrado llevar una vida relativamente igual a la del resto.
Con el apoyo de mis padres, he entendido tantas cosas, he pasado por un proceso de introspección intenso que me han permitido madurar y crecer de una forma que nunca me hubiese imaginado. Me ha llevado a conocer lugares y a personas que se han convertido en una parte casi esencial de mi vida. Me he hecho responsable por mi propia salud, he aprendido a ser compasivo conmigo mismo, he aprendido a sacarle lo positivo (aunque suene irónico) a toda esta situación.
El VIH no ha sido un regalo. Nada más alejado de la realidad. Pero hace tiempo decidí que esta situación, como cualquier otra, forma parte de nuestro desarrollo vital, una consecuencia más, que se toma con sus aciertos y desaciertos, aun teniendo en cuenta los grandes privilegios que he tenido en cuanto al apoyo de mi entorno y de poder ser resilente, creo que debemos darnos la oportunidad de permitirnos vivir, aunque sea una vez más, sin pensar en el que dirán, solo por y para nosotros.
Ahora soy plenamente consciente de que yo puedo elegir que hacer o no con mi vida y cuando las circunstancias se me escapen de las manos, entenderé que las limitaciones son humanas, porque si algo tiene el VIH es la H de humano. Antes que cualquier calificativo, adjetivo o juicio que se haga, soy una persona y me quiero con todo lo que eso implique, imperfecto y sin remordimientos.
"Imposiblemente vivo"
Fui diagnosticado a mediados del año 2007, mi salud estaba deteriorada, ya no aguantaba el frio del aire acondicionado estando en mi trabajo, mientras que el resto de mis compañeros decían sentir calor.
Había estado sexualmente con un chico más joven que yo, el cual, me enloqueció al punto de considerar abandonar mi matrimonio por él, me gustaba mucho ese chico, pero luego de dos encuentros sexuales no me respondió ni contestó más a mis llamadas y mensajes… Ese evento alimentó mi idea de realizarme la prueba de VIH por si este chico tal vez me hubiese contagiado el virus y luego ya no quería saber nada más de mí.
Di positivo una tarde, y en la noche tenía que trabajar. Mi mejor amiga me llevó a todas partes ese día pues no podía conducir y mi mundo en realidad se estaba desmoronando.
A la mañana siguiente platique con mi esposa y la llevé a realizarse la prueba con mucha vergüenza, pero rogando a Dios que ella fuese negativo, así fué, ella no tenía el virus.
La serodiscordancia me hizo recorrer un espacio de tiempo en negación y en búsqueda de un error, tiempo que me codujo a plantearme seriamente la posibilidad de abordar la enfermedad desde otro punto de vista; pero siempre resulte positivo al VIH, incluso en el presente.
Buscando una cura o una esperanza de vida sin tantos efectos secundarios, encontré en la medicina tradicional indostana o medicina ayurveda un planteamiento diferente de la salud y decidí que ese sería mi camino, me convertí en médico ayurveda, cambié totalmente mi mundo, estudié medicina y me convertí en mi propio médico y paciente.
Me tocó navegar entre personas muy amadas que me discutían sobre mi distanciamiento de los protocolos convencionales, fuí tratado de suicida, loco, irresponsable, pero luego de 13 años de vida saludable, los mismos que me pronosticaban una muerte prematura, me preguntan y desean escuchar con atención como he pasado tanto tiempo sin tratamientos ARV.
En lo personal, pienso que aún no todo está dicho en materia de inmunología y por supuesto de VIH, la ciencia acostumbra a imponer su razón y pedir disculpas posteriores si se han equivocado… Me divorcié al poco tiempo del diagnóstico, lleno de miedo por contagiar a mi esposa, aún contra su voluntad pues ella estaba dispuesta a estar conmigo todo el tiempo que fuese necesario y contra todo pronóstico; yo no soporte el temor y me separé, pero una década después la ciencia concluye que si eres indetectable no transfieres la condición y para mí ya no hay vuelta atrás.
Tal vez en un par de años más el VIH resulte ser un virus no tan letal, no tan mortal, con un tratamiento más amigable y pues escuchemos las escasas disculpas a todo el sufrimiento y estigma social que hemos padecido, y entre aplausos se diluyan todos los efectos secundarios que han tenido que experimentar desde la ingesta del AZT hasta los grandes avances del presente.
A nadie recomiendo saltarse el protocolo establecido por la OMS, faltaba más, mi vida no puede servir de referencia, mi carácter, mi voluntad y mi corazón son inigualables, tardé mucho en aceptarlo, en manifestarlo, en atreverme a decirlo y estar orgulloso de quien soy. Es más de una década sobreviviendo al estigma y la condena de muerte que mata no solo el cuerpo sino el alma y se necesita mucho más que una receta de remedios caseros para encarar la salud desde un punto de vista natural y sobre todo con absoluta responsabilidad sobre uno mismo, sin tener a nadie más a quien culpar en el desenlace.
Para el momento que escribo estas líneas corre el año 2020, y he aceptado lo finito de la vida, estoy agradecido por todo lo vivido y sin aspirar la eternidad, podría partir mañana de este mundo sin culpar a nadie más que a la razón misma de estar vivo.
Confieso, mi noble lector que has llegado al final de mi relato, que me encantaría tropezar con alguien que en sus conclusiones personales, decidiese vivir apostándole a la salud y no a la cura de la enfermedad, pero no conozco otro que pudiese superar el terror a morir sin caer en una medicina que no cura pero que ofrece prolongar la vida.
Desconozco si hay otros como yo, pero sería maravilloso descubrir que existe alguien más en el mundo con una historia similar a la mía.
anécdota 15
APRENDÍ A VIVIR EN PAZ
Recuerdo ese noviembre de 2018, cuando una sensación extraña venía a mi mente por haber tenido una conducta de riesgo, me realicé un examen de VIH, recuerdo a la lic del laboratorio diciéndome hay que confirmarlo en el hospital civil saliste positivo para VIH, de repente sentí que la sangre me bajó a los pies, una sensación de descompensación, no hallaba que hacer, más que por mí en ese momento era por mi esposa, agarré el auto y solo manejé, sé que pasaba por mi mente chocar con algo pensaba muchas cosas que me hacían estar en una tortura constante.
Llegué esa noche a mi casa y solo traté de no demostrar que estaba mal, dormía en otra habitación con mi hijo al verlo solo me venía una tristeza que me hacía llorar, dejé de comer de dormir bien fue una lucha fuerte para afrontar lo que debía hacer, gracias al apoyo del personal de orientación del hospital logré afrontar y llevar a mi esposa a realizar dicho exámen, aun cuando teníamos relaciones sexuales muy esporádicas, probabilidad es probabilidad, salió negativo pero el protocolo estipulaba 6 meses apenas habían pasado 3, fue una tortura ver el miedo de ella y de la espera tan lenta que vivía. Lamentablemente el temor de ella y su reproche me hacían daño quería desaparecer pero algo me decía afronta se fuerte tu fuiste responsable en gran parte de esto piensa en los niños….
La separación era inminente, a los 6 meses otro examen dió el resultado negativo, pedí a Dios el milagro y así fue por fin el alivio que necesitaba, aun cuando vivíamos juntos venía la separación física de mi esposa y de mis dos hijos, sólo esperábamos que terminara el año escolar pero una situación hizo que mi esposa explotara y al llegar a casa me dijo que le había contado a toda mi familia que era un sidoso y que era un enfermo, papá acababa de fallecer y esa forma de afrontarme me dejó como en shock recuerdo que agarré un cuchillo y quise cortarme no se ni que iba a hacer ahora entiendo que cuando se pasa por un momento muy fuerte se puede llegar a estar ciego, aun así algo de cordura vino a mí y logré salir de aquel momento.
Para muchos es difícil que las personas sepan tu condición ya que existe mucho estigma y rechazo, pienso que fue una decisión en hacerlo saber solo mía y no de ella, lo que me dijo en la discusión me tenía mal, a las horas me escribió que no le dijo a toda mi familia sino a mi hermana. Igual creo que no fue correcto pero ya estaba hecho, toda su familia lo sabía sus hermanos papa y mama aún no se quien más lo sabe, su rabia para conmigo fue tan fuerte que llegó a decirme eres un manipulador porque no usaste el cuchillo pasé momentos fuertes e intuyo que muchos habrán pasado peores cosas… seguir contando sería muy largo… en conclusión alejé a mi esposa de mí hasta que consideré que ella lograría estar bien, supe que si seguía cerca haría daño para mi salud y tranquilidad, agradezco hoy día lo vivido, me valoro y entiendo más el sentido de la vida, hoy estamos quizás mañana no, no depende de una condición el tiempo que dure viviendo.. hay algo más genuino y divino!! No permitan que su paz sea perturbada.. Vivir no es llegar a viejo por llegar, sino amar, hacer intenso, puro, pleno y sincero cada segundo… ¡!
Anécdota 16
"relato de mi vida"
5 de agosto de 2012. "Estoy a pocos meses de cumplir un año de ser diagnosticado con vih (lo escribo en minúsculas porque en verdad no representa para mi mayor énfasis y papel principal), cada día es una lucha, mi vida son altos y bajos. Cuando me encuentro desanimado, soy consciente de mi estado emocional, reconozco lo que siento y trato de buscar soluciones o caminos que me ayuden a encontrar un equilibrio entre mi mundo interior y exterior. Me doy cuenta en las conversaciones privadas conmigo mismo que el vih no es la peor tragedia que le puede suceder a mi vida, ahora quizás valoro y tengo consciencia total de esta única vida que tengo, y sobre todo aferrarme a las cosas buenas que me proporciona. Antes tenía la creencia y temor que el vih/sida podía matarme en cuestión de segundos, cuando en realidad puedo morir aquí sentado mientras escribo estas líneas o mientras cruzo la autopista, no porque tenga vih significa que mi vida esté totalmente a su disposición. El vih no es el centro de mi vida, mi felicidad no está o depende exclusivamente de él. Puedo llegar a tener una relación como cualquier otra persona, experimentar problemáticas comunes y saberlas afrontar en su momento, el vih no debe ser una causa que determine el presente y futuro de dos personas que se quieren, aman, desean y respetan.
Vivir positivamente mejor cada día, la frase que uso y aplico como una filosofía de vida. Cada día es un logro, y miremos el lado positivo, donde tomemos las riendas de nuestro destino, de quienes somos, y elegir lo que más nos favorezca, disfrutando de lo que hacemos y enfocando nuestro camino en la conquista de este mundo.
La depresión es una enfermedad real, y que acompaña a muchas otras, afectando considerablemente la salud, es necesario buscar las herramientas necesarias para estar bien. Acudamos a terapias individuales o grupales, paseos, ejercicios, música, cualquier otra actividad o pasatiempo que nos permita ir progresivamente saliendo de este estado, y con ayuda de nuestros seres queridos o algún agente de soporte. El tiempo ayuda a redescubrir de qué estás hecho.
Han pasado 9 meses desde que fui diagnosticado, todavía es inestable todo,empiezo a caminar por la vida y cada día mis pasos se hacen más firmes.
No me rendiré, aún queda mucho por vivir, reír, también llorar jajaja, disfrutar, dar todo de mi, ayudar a personas que pasan por la misma condición, aunque en estos momentos siendo realista necesito seguir trabajando en mi mismo y mi proyecto de vida".
Un pequeño extracto de mi diario de aquellos momentos, han pasado casi casi 9 años
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