Terapias Holísticas

Reiki, con raíces en Japón, es una técnica natural para equilibrar la energía vital. Fue redescubierto en el siglo XIX por Mikao Usui, un monje budista, durante un retiro espiritual, aunque siempre sostuvo que solo estaba recuperando una antigua práctica curativa.

Esta técnica se basa en la creencia de que un flujo adecuado de energía vital a través de los chakras asegura una buena salud. En su práctica, se utiliza las manos para transferir la energía vital a otra persona, buscando armonizar su energía y restablecer el equilibrio físico y mental.

Una sesión de Reiki dura unos cuarenta y cinco minutos aproximadamente. Durante la sesión se utiliza música suave y aromas como incienso o esencias (aromaterapia). Se colocan las manos sobre unas serie de ubicaciones en el cuerpo para conseguir que la energía fluya.

Durante el tratamiento se consigue una inmensa sensación de paz. 

Se aumenta la energía y mejora el estado de ánimos, dándote un punto de vista más positivo sobre la vida.

Es una terapia inofensiva, sin efectos secundarios. Es práctica, segura y compatible con cualquier otro tipo de terapia. 

El Reiki no puede reemplazar el tratamiento médico, aunque sí se puede utilizar de forma complementaria.

El nombre genérico «flores de Bach» hace referencia a su creador, Edward Bach (1886-1936), un médico y homeópata inglés que inventó estos 38 preparados y desarrolló su utilización en una modalidad terapéutica conocida mayormente como flores de Bach.

Los remedios generalmente se toman por vía oral. Cada solución se usa sola o junto con otras soluciones y los defensores dicen que cada flor imparte cualidades específicas.

Bach creía que la enfermedad era el resultado de un conflicto entre los propósitos del alma y las acciones y la perspectivas de la personalidad. Esta guerra interna, según Bach, conduce a estados de ánimo negativos y al "bloqueo de energía", lo que él creía que causa una "falta de armonía",  que produce como resultado enfermedades físicas.

Es una terapia inofensiva, sin efectos secundarios, práctica, segura y compatible con cualquier otro tipo de terapia. 

Las Flores de Bach no pueden reemplazar el tratamiento médico, aunque sí se puede utilizar de forma complementaria.