El cambio climático es el gran reto que enfrenta la humanidad, pues sus impactos en la vida de las personas, en los ecosistemas y en la economía de los países representan una fuerte amenaza para el desarrollo sostenible.
Emprender acciones hoy es una necesidad para garantizar el goce de los derechos humanos. Las consecuencias de continuar con el calentamiento global no sólo exacerbarán el deterioro del medio ambiente, sino que amenazan, en la actualidad y en el largo plazo, la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua, y la salud de las personas, entre otras. Todo lo anterior implica amplios riesgos para los medios de vida de la población, con efectos claros en detrimento del bienestar, y el reforzamiento de la tendencia al aumento de la situación de pobreza de amplios sectores, con especial énfasis en las poblaciones más vulnerables, las comunidades y pueblos indígenas, las comunidades locales, los migrantes, los niños, las personas con discapacidad y las personas en situaciones de vulnerabilidad.
Bajo estas consideraciones, México actualiza su Estrategia Nacional de Cambio Climático, con miras a alinear su acción climática con el Acuerdo de París y en sinergia con la Agenda 2030.
La ENCC guiará las acciones de los gobiernos, federal, estatal y municipal para implementar, en el mediano y largo plazos, y los periodos administrativos correspondientes, las acciones que permitan cumplir las metas establecidas en la NDC y potenciar la implementación de medidas de mitigación y de adaptación.
La ENCC plantea que la Política Nacional de Cambio Climático en el mediano y largo plazos, debe abordarse desde tres componentes:
Mitigación, plantea un cambio transformador de todos los sectores económicos y de la sociedad para transitar de manera costo-eficiente hacia una economía baja en emisiones;
Adaptación de los diferentes sistemas sociales, ecológicos, productivos y de infraestructura, para lograr una sociedad resiliente que tenga como centro el bienestar de las personas, especialmente las más vulnerables a los efectos del cambio climático; y,
Transversalidad, a través de elementos como la coordinación, financiamiento, tecnología, participación social y transparencia para la integralidad de la acción climática a nivel internacional y nacional, entre los diferentes sectores, órdenes de gobierno, la academia, la sociedad civil, comunidades y pueblos indígenas.
La acción global frente al cambio climático es ineludible e impostergable. De acuerdo con la comunidad científica internacional, es necesario que todos los países contribuyan a una reducción sustancial y sostenida de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero y que se lleven a cabo acciones para la protección y restauración de los ecosistemas naturales, por su papel en la regulación del clima, en el secuestro de carbono de la atmósfera y en la reducción de la vulnerabilidad al cambio climático; a fin de limitar los efectos que ocasiona el cambio climático y evitar que sean más graves.
Para México, este desafío se conjuga con problemas sociales, económicos y ambientales que ya afectan a su población, infraestructura, sistemas productivos y ecosistemas. Asimismo, se reconoce que estos problemas no son neutrales al género y que existen efectos diferenciados del cambio climático en mujeres y hombres. Como lo establece el IPCC los impactos del cambio climático se distribuyen de manera diferenciada entre las regiones, generaciones, edades, clases, ingresos, ocupaciones y sexos. 
El desarrollo de México contempla principios fundamentales en la relación del cambio climático con los derechos humanos, la no discriminación y la observancia de derechos colectivos y sociales, No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera hace referencia al respeto de los pueblos originarios, sus usos y costumbres, su derecho a la autodeterminación y a la preservación de sus territorios; a propiciar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, la dignidad de los adultos mayores y el derecho de los jóvenes a tener un lugar en el mundo; a rechazar toda forma de discriminación por características físicas, posición social, escolaridad, religión, idioma, cultura, lugar de origen, preferencia política e ideológica, identidad de género, orientación y preferencia sexual. Es importante destacar que la ENCC, en tanto política climática nacional de largo plazo, es sensible a las referidas cuestiones promoviendo la incorporación de perspectivas de género y socialmente incluyentes.
La actualización de la ENCC propone la definición, a manera de metas, de una visión a mediano y largo plazo que rige y orienta la política nacional estableciendo la ruta a seguir en apego a las prioridades nacionales establecidas en la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC) de México, mediante tres componentes: de Adaptación, de Mitigación y de Política Climática Transversal. Cada componente replantea Ejes Estratégicos y Líneas de Acción que, a su vez, responden a objetivos nacionales e internacionales de desarrollo, económicos, ambientales y sociales para el bienestar, en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo (PND 2019-2024) y con la Agenda para el desarrollo sostenible.
Una adicionalidad en la actualización de esta ENCC, además del robustecimiento de los componentes de mitigación y de adaptación, es la consolidación del componente de Política Climática Transversal que aborda la articulación entre sectores y órdenes de gobierno; el desarrollo de políticas fiscales e instrumentos económicos y financieros con enfoque climático; el fomento a la investigación; garantizar el acceso a la información, la participación ciudadana y la promoción de la cultura climática; el fortalecimiento al acceso a cooperación internacional; así como la instrumentación de mecanismos de Medición, Reporte y Verificación (MRV) en la implementación de la mitigación y de Monitoreo y Evaluación (M&E) en la ejecución de medidas y acciones de adaptación.
El éxito de la visión de la ENCC requiere de integración, continuidad de esfuerzos y participación de los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como de todos los sectores y actores de la sociedad. Debido a su carácter orientador es importante aclarar que éste no es un instrumento que defina acciones concretas, proyectos o responsables particulares. Los instrumentos que a ese detalle definen la acción climática son, desde la planeación sexenal, los Programa Especiales de Cambio Climático (PECC) y desde planeación subnacional, los Programas Estatales de Cambio Climático, ambos en alineación a la ENCC.
Para cumplimiento de todo lo anterior, México cuenta con la Ley General de Cambio Climático (LGCC), que entró en vigor en octubre de 2012 y cuya última reforma fue en 2022, y ha desarrollado ampliamente un marco regulatorio, instrumentos de política y de planeación climática, así como la institucionalidad para cumplir con ellos. A la luz de la ENCC, México convertirá el gran desafío que representa el cambio climático en la gran oportunidad para conservar y usar sosteniblemente el capital natural , aprovechar el potencial para desarrollar energías limpias, corregir ineficiencias en el uso de la energía, generar empleos con una economía verde, promover el desarrollo territorial sostenible, incrementar la competitividad, y mejorar la salud pública y la calidad de vida de la población.