Ética en el mejor tarot

Sub Rosa

Desde la edad media se usa el término "sub rosa" que significa confidencialidad, bajo secreto. En las reuniones en las que ha de haber discreción se suele poner una rosa roja en un lugar alto y visible, para recordar a los reunidos que de lo que ahí se va a discutir no debe ser divulgado bajo ningún concepto.

La rosa simboliza a Horus, dios del silencio de entre otros aspectos. En el antiguo Egipto se realizaban bajo rosa los distintos ritos religiosos, los cuales quedaban en el más absoluto secreto.

En los comedores romanos había rosas pintadas en el techo. Con ello se daba a entender que lo que se decía bajo el influjo del alcohol y la copiosa comida quedaba también "sub rosa" o en secreto.

En el catolicismo había la tradición de colocar una rosa de cinco pétalos en los confesionarios. Eso recordaba, al creyente, que la confesión que se estaba dando en ese lugar sagrado iba a permanecer secreta.

En el siglo XIX en las consultas de Tarot se colocaba encima de la mesa, donde se iba a desarrollar las tiradas de cartas, de una a tres rosas rojas en un pequeño florero blanco para asegurar al consultante que jamás iría a ser divulgado lo que se hablara durante la consulta.

Los cartománticos seguimos la tradición de la discreción y del secreto. Jamás será divulgado secreto alguno que nos sea confiado. Quedando dentro de la consulta todo aquello que se hable o se confie.

El mejor tarot Barcelona estamos seriamente comprometidos y trabajamos para que nuestra consulta sea un lugar seguro, sereno y en la que se pueda tener la absoluta certeza de secreto y lealtad, ya que tomamos como sagrado aquello que se nos confia. 

Todos los demás comportamientos éticos deseables y exigibles, a los cartománticos, se dan por supuesto: Lealtad, honradez, verdad, sinceridad, honestidad, la no manipulación, evitar el daño, buscar el bien...

Para terminar, en nuestra consulta hay lo que ves de manera clara, con nosotros vas a saber la duración de la consulta y lo que vas a pagar. No hay "letra pequeña"  ni ocultaciones. Sin sorpresas. 

Marc de la Osa