Melancólico
"La soledad voluntaria es la más común a la melancolía, y seduce suavemente como una sirena... Es un placer incomparable melancolizar así, y construir castillos en el aire, ir riéndose consigo mismo, interpretando una variedad infinita de papeles... Sus imaginaciones vanas son tan agradables que descuidan sus obligaciones habituales y negocios necesarios..."
Robert Burton. Anatomía de la melancolía.
Caspar David Friedrich. El caminante sobre el mar de nubes. Dominio público
POEMAS
IV
La Melancolía
Melancolía es verse retratado,
sumergido en la imagen que refleja
en el crepúsculo un sol que se aleja
y el Mundo de penumbras rodeado;
que entonces siente el hombre en el costado
un mal que de su natural le aqueja
al no hallar consuelo de su queja
en todos los saberes que ha heredado.
Así el Ángel de rostro pensativo
que con buril limpio pintó Durero
simboliza el Espíritu cautivo;
el ansia de saber lo verdadero,
de alcanzar con el Arte lo más vivo;
rozar la Eternidad con gesto fiero.
xv
Allí mismo se cayó, y se quedó durmiendo el sueño de bronce…
HOMERO, Iliada, XI, 241.
No despiertes de su sueño de bronce
a los Héroes dormidos del pasado
cuyos cuerpos sembraron de cenizas
los escarpados campos de batalla
o las simas marinas insondables…;
tan vivas pasiones se marchitaron
y cayeron sus ciudades más fuertes,
pero escritas quedaron sus hazañas.
No vuelvas a interrumpir su descanso
para adornar hechos y callar nombres
de tiempos oscuros que no perduran.
[JAR. Frottage obtenido a partir del reverso de una moneda de 5 rublos:
Leningrado (San Petersburgo), estatua de Pedro el Grande, por Etienne Falconnet.]
II
Jeune baigneuse jaune
Poco a poco tu piel fue clareando
quemada por la fiera luz de junio,
¡tan bella cuando fuiste colocada
en ese gran cartel anunciador!
Hiciste los atascos soportables
en el paso a nivel con tu sonrisa,
un gesto de papel hecho jirones
el día que se fueron los vencejos.
Ni por tus ojos deseos oscuros
ni envidia por tus curvas delicadas,
resuelta en amarillo, nadie siente.
[JAR. Bañista hallada en un paseo matinal, 2012]
Melancolía, dos
Ya te conozco bien, Melancolía,
porque te tuve dentro en el pasado:
mil versos escribí por tu mandado,
mil metros medí con tu melodía;
me convertí en vasallo de acedía,
en siervo de tristeza bien mandado;
por el río de Estigia fui arrastrado,
solo en la soledad hallé mi guía.
Y ahora estás de nuevo en mi camino
prometiendo placeres incontables
a cambio de amargura y desatino,
logros dudosos y humores mudables.
Eres tan rigurosa en mi destino
que no sé defenderme entre tus sables.
[Georges de La Tour. La Magdalena con la llama humeante. Domino público]
Empecé a vivir tarde
y ahora ando en fatigas,
las verdades ocultas son fulgurantes.
Las pieles me entregaron
su tacto cierto
y me robaron las certezas.
Empecé a medir tarde
y los versos fluyeron
como gotas de tormenta veraniega
obedeciendo a las nubes
ligeras, pero oscuras, del meridiano demonio.
Empecé acabando tarde
todas mis empresas
y el viento de los tiempos
las disipó enteras
con la firmeza fugaz
de un falaz principiante.
[JAR. Nubarrones sobre el Peni, 2020]