IMSS predomina en el norte y el Seguro Popular en el sur.
El panorama del país contrasta en el acceso, la calidad y efectividad de una atención medica equitativa y adecuada en los estados del norte del país respecto a los estados del sur.
Azael J. Mateo Mendoza
27 de diciembre del 2018
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presentaron la semana pasada la sexta edición de la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) 2017 con el propósito de generar información sobre la cobertura de las instituciones de seguridad social y de servicios de salud en México para el análisis de la protección social de la población y la planeación y evaluación de las políticas relacionadas con los sistemas de seguridad social y de pensiones.
De acuerdo a la ENESS 2017, el número de afiliados a servicios de salud se incrementó significativamente a partir de la política de universalización del acceso a la salud y el impulso dado al Seguro Popular. En el 2017, 8 de cada 10 mexicanos cuentan con cobertura de servicios de salud. A nivel estatal Chihuahua tiene el mayor porcentaje de población afiliada con 90.6%, le sigue San Luis Potosí con 90% y Colima con 88.9%; mientras que Michoacán, Veracruz y la Ciudad de México tienen los menores porcentajes de afiliación con 77.6%, 77% y 75.8 por ciento respectivamente.
Del total de la población mexicana 39.3% mencionó tener Seguro Popular y 36.3% IMSS, el resto de la población con cobertura se reparte entre el ISSSTE y otras instituciones privadas o públicas. La afiliación a servicios de salud muestra un contraste geográfico: el IMSS predomina en el norte de México y el Seguro Popular en el sur.
El panorama por entidad federativa para el caso de la cobertura de cotizaciones en la seguridad social también presenta un contraste similar al de los servicios de salud: es mayor en los estados del norte del país y menor en los estados del sur. Si consideramos que en el IMSS predomina el régimen de Seguridad Social Contributiva y que en el Seguro Popular lo hace el régimen de Seguridad Social No Contributiva, esta fragmentación entre norte y sur esconde una oferta de la calidad de atención y del acceso a los servicios de salud (consumo de bienes o servicios por parte de la población para prevenir enfermedades, conservar o recuperar su salud) incompleta y desigual a la población. Ejemplo de esto es que, con datos del CONEVAL, en 2016 el 96% de los partos a nivel nacional se atendió por personal calificado, sin embargo, Chiapas, Guerrero y Oaxaca mostraban niveles bajos de atención obstétrica profesional a la hora del parto con 75.8%, 85.4% y 88.9%, respectivamente. Otro caso es la existencia, en el Seguro Popular, de un Catálogo Universal de Servicios de Salud (CAUSES) y la limitación de su cobertura a 1,621 enfermedades.
La información histórica que presenta la ENESS 2017 reporta una tendencia a la baja del uso de servicios de salud en los últimos diez años. A pesar de que 4 de cada 5 mexicanos están afiliados, solamente 1 de cada 2 acudieron a algún servicio médico durante el último año. Este comportamiento puede reflejar el rechazo de la población a varios aspectos que conlleva una consulta en las instituciones médicas como son: el exagerado tiempo de espera, la precarización y la ausencia de instrumentos médicos, inconformidad con la atención recibida, etc. En 2017, del 54% de la población que acudió a algún servicio médico, el 35.1% prefirió atenderse en un servicio privado para evitar estas condiciones previas.
Promover un sistema de salud unificado con cobertura universal que garantice el acceso, la calidad y efectividad para de una atención equitativa y adecuada impulsa la movilidad social de los mexicanos. Igualar oportunidades disminuiría los contrastes significativos que existen entre regiones del país y entre instituciones de salud.