¿Estamos a la vuelta de la esquina de una nueva crisis económica global?

Desde el último cuarto del siglo pasado el mundo emprendió una importante transformación globalizadora del orden económico internacional que hasta el día de hoy sigue ocasionando profundas inestabilidades socioeconómicas.

Azael J. Mateo Mendoza
18 de octubre del 2018

En el último cuarto del Siglo XX el mundo emprendió una importante transformación globalizadora del orden económico internacional. Ayer como hoy, los cambios, sin descontar sus efectos positivos, han causado profundas inestabilidades socioeconómicas. La apertura de fronteras ha llevado a la disolución o empobrecimiento de muchos acuerdos que habían comprometido a control social el comportamiento de las economías del Siglo XXI entre democracias y capitalismos. El Estado Benefactor perdió ante el Libre Comercio. El crecimiento, el empleo y las metas distributivas fueron reemplazados por el logro de la estabilidad de precios y el equilibrio de las finanzas públicas, ambas metas congruentes con el libre mercado. El sector financiero de las zonas desarrolladas fue el precursor del movimiento hacia la integración de mercados. Grandes flujos de dinero se trasladan de economías solidas con moneda clase A a países emergentes con moneda clase B donde presuntamente pueden encontrar mayores ganancias, aunque en momentos de crisis estos capitales salen del país en vías de desarrollo, poniendo en riesgo la estabilidad económica de los países emergentes. En las últimas semanas grandes turbulencias han sacudido a este sector en el sitio más grande de los mercados financieros en el mundo: Nueva York.

El pasado miércoles 10 de octubre fue de terror para los mercados con una jornada “sangrienta” que registró la mayor caída desde febrero, a lo que el presidente Donald Trump reaccionó con dos respuestas: asegurando que la liquidación del miércoles en Wall Street era una corrección que se esperaba hace tiempo y arremetiendo en contra de la Reserva Federal por aumentar las tasas de interés. Las políticas de Trump serían las que están detrás de estos cambios en los mercados. Medidas como los recortes de impuestos y el aumento del gasto nutren a la economía y añaden argumentos en favor de la política de endurecimiento monetario que ha estado aplicando la Fed. Además, en los mercados estadounidenses pesa la presión comercial que ejerce la guerra entre Estados Unidos y China. Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional, y Agustín Carstens, gobernador del Banco Internacional de Pagos, recomendaron a los países emergentes el uso de las de la política monetaria para combatir los efectos negativos en caso de que se profundizara una crisis global. Los mecanismos serían el uso de la tasa de interés y las reservas internacionales.

Muchos analistas internacionales preveen una crisis económica global en no más de 2 años y con una profundidad aun mucho mayor que la del 2008. No hay duda que los grandes flujos de capitales internacionales impulsados por los mercados abiertos han reducido el margen de intervención de los Estados sobre la economía de sus países. Ante esta situación, países con economías en vías de desarrollo quedan muy vulnerables ante especulaciones de inversionistas. Argentina es desafortunadamente nuestro ejemplo inmediato y debería ser nuestro parte aguas en la elaboración de políticas económicas en caso de crisis.