En 2017 los costos por inseguridad representaron 1.65% del PIB,

Los robos o asaltos en calle o transporte público representaron el 29% de los 33.6 millones de delitos estimados en México durante el 2017. De este tipo de delito, el Área Metropolitana del Valle de México estimó una tasa de 32 175 robos o asaltos en la calle o en el transporte público por cada 100 mil habitantes.

Fotografía: Milenio
Azael J. Mateo Mendoza
17 de abril del 2019

Costos del delito

En 2017, el costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 299.6 mil millones de pesos, es decir, 1.65% del PIB. Lo cual equivale a un promedio de 7,147 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito (ENVIPE 2018). De los casi 300 mmdp, las medidas preventivas representaron un gasto estimado para los hogares que asciende a 89.1 mil millones de pesos (29.7%), mientras que las pérdidas por victimización representaron los 210.5 mil millones de pesos restantes (70.3%).

1 de cada 3 son asaltos en calle o transporte público

Los robos o asaltos en calle o transporte público representaron el 29% de los 33.6 millones de delitos estimados en México durante el 2017. Este tipo de delito aumentó en 1,500 nuevos casos respecto al año anterior, el mayor incremento del que se tiene registro. En el 68% de los casos, lo robado fue dinero, tarjetas de crédito o cheques, mientras que en 51.2% de los casos fueron teléfonos celulares. El Área Metropolitana del Valle de México (incluye localidades de la CDMX y Edo de México) estimó una tasa de 32 175 robos o asaltos en la calle o en el transporte público por cada 100 mil habitantes. De manera específica, la distribución porcentual de los ciudadanos del área metropolitana del valle de México que fueron asaltados en la calle o en un lugar público fue de 39.7%, mientras que los que fueron asaltados en el transporte público representaron el 55.8%.

La cifra negra

La cifra negra, es decir el nivel de delitos no denunciados o que no derivaron en averiguación previa y carpeta de investigación fue de 93.2% a nivel nacional durante 2017, mientras que en 2016 fue de 93.6 por ciento. La ENVIPE 2018 estima que los principales motivos que llevan a la población víctima de un delito a no denunciar son circunstancias atribuibles a la autoridad, tales como considerar la denuncia como pérdida de tiempo con 34.2% y la desconfianza en la autoridad con 16.5 porciento.


Se mantiene percepción de inseguridad

En México, tres cuartas partes de la población del país considera que vivir en su ciudad es inseguro, percepción que se ha mantenido durante los últimos años (ENSU 2018). Son las mujeres, con 79.6% de percepción de inseguridad quienes se sienten más vulnerables a ser víctimas de un delito, mientras que para los hombres el grado de percepción de inseguridad fue de 79.6%.

De acuerdo al INEGI, los robos y asaltos, además del consumo de alcohol en las calles y el vandalismo en las viviendas y negocios son las conductas delictivas o antisociales más atestiguadas por los encuestadores en los alrededores de sus viviendas, al menos uno de cada dos ciudadanos confesaron haber visto o escuchado alguno de estos actos. Por otro lado, los espacios físicos en donde la gente se siente más insegura son en los cajeros automáticos localizados en la vía púbica, en el transporte público, en las calles que habitualmente usan y en los bancos. Los lugares donde se sienten más seguros son en la escuela, en el hogar y en el trabajo.

El temor y la vulnerabilidad que viven los ciudadanos ante la inseguridad en sus comunidades han provocado que 6 de cada 10 habitantes dejen de portar joyas, dinero, tarjetas de crédito y otros objetos de valor por temor a ser víctimas de la delincuencia, mientras que 6 de cada 10 han adoptado diferentes medidas de seguridad como restringir que sus hijos menores salgan de sus hogares durante el día o impedir que salgan a caminar después de las ocho de la noche. Los datos de la institución también muestran que los ciudadanos se sienten más seguros con las fuerzas armadas en las calles, tales sean la Marina y el Ejército para prevenir y confrontar los actos delictivos en sus ciudades. En contraste, la percepción sobre la efectividad de las policías estatales y municipales va en picada.