Mujeres sin ingresos propios: dependencia económica y violencia económica

La dependencia económica puede ir mucho de la mano con la violencia económica, sobre todo en el ámbito marital

Mariana Galván
28 de Agosto del 2018

Con el pasar de los años, la mujer ha relegado el lugar en el hogar que se le impuso desde la evolución misma. El hacerse cargo de los hijos y del hogar de tiempo completo no solo ha dejado de representar un anhelo para las nuevas generaciones, también la necesidad creciente de un mejor nivel de vida, lleva a la integración de la mujer en el campo laboral.

Pero en nuestros días, ya sea por elección o por un entorno poco o nada privilegiado las mujeres siguen pasando menos tiempo trabajando y sí lo hacen el tiempo remunerado es mucho menor. Los usos y costumbres que dictan “el lugar de la mujer” cada vez se van quedando atrás, gracias a la lucha de las mujeres mismas, o por la necesidad del ingreso adicional al de un jefe del hogar.

La dependencia económica puede ir mucho de la mano con la violencia económica, sobre todo en el ámbito marital, aquel esposo o novio que niega a su pareja la actividad laboral o condiciona el ingreso necesario para vivir dignamente está violentando a su pareja.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe en el 2016 calculó que en México el 25.5% de las mujeres que están en edad de trabajar, no cuentan con ingresos propios, en cambio para el mismo año los hombres sin ingresos propios solamente se contabilizó en 5.8% de la población en edad para trabajar.

Las estadísticas anteriores muestran inicialmente que las mujeres que son dependientes económicos, pueden serlo de su pareja, padre, madre o tutor. EL punto central es el tipo de relación económica que se presenta en éste tipo de casos y si se ejerce abuso de poder en todas y cada una de ellas, aunque creemos que ésta situación no se generaliza para todas y cada una de las mujeres es preocupante que dicho problema exista.

Finalmente, el reconocimiento de éste tipo de problemas que aquejan a las mujeres no sólo de México sino de todo el mundo no permite dar un espacio de tolerancia a ningún tipo de violencia de género.