Equidad de género en las áreas laborales: participación femenina en el empleo.

“Se considera que la participación de la mujer en la economía se ve plagada de diferentes obstáculos para su desempeño eficiente y justo.”


Mariana Galván
07 de agosto del 2018

En pleno siglo XXI, las mujeres seguimos buscando condiciones equitativas en todas las áreas de nuestra vida, y más que nada buscamos el poder de la libre decisión sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos.

El evento más reciente que muestra la búsqueda de éstas condiciones, se llevó acabo en Argentina. Dónde miles de mujeres marcharon para exigir la despenalización del aborto.

Aunque el aborto no es el tema central de la publicación de éste día, hemos de tomar consciencia que la equidad de género en el panorama mexicano aún tiene muchos lugares que ocupar y muchas opiniones y acciones que deben llevarse a cabo para garantizar el pleno desarrollo y participación femenino en todos los rubros sociales, políticos y económicos.

Se considera que la participación de la mujer en la economía se ve plagada de diferentes obstáculos para su desempeño eficiente y justo. Las condiciones de trabajo para una mujer pueden ser totalmente diferentes en comparación a las condiciones de los hombres. Ciertamente los hombres desempeñan tareas que requieren fuerza física, las mujeres tienden a ser sexualizadas y acosadas dentro de las áreas de trabajo. Además de esto también existe una menor percepción del ingreso de hasta el 35%.

No sólo la diferencia salarial es la que permite la desigualdad laboral entre hombres y mujeres. Según estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en México las horas de trabajo semanal remunerado para una mujer son menos de la mitad que las horas de trabajo semanales para los hombres. Las horas remuneradas a la semana para las mujeres son tan solo 20.5 horas a la semana, mientras que para los hombres es de 44.9 horas a la semana.

Las horas semanales no remuneradas para las mujeres es de 53.9 horas semanales y para los hombres es de 19.4 horas a la semana.

Es de considerarse que las horas de trabajo no remuneradas contemplan los cuidados al hogar propio, las estadísticas nos muestran que las mujeres siguen ocupándose de las tareas del hogar u otras tareas no remuneradas por elección o imposibilidad de integrarse a la dinámica económica.

De manera concluyente se puede esperar que, con el correr de los años y la conciencia de los movimientos que se han generado que las condiciones laborales mejoren y que las mujeres puedan integrarse a la dinámica económica de una manera legal, justa y equitativa.