Expectativas de crecimiento económico a la baja: consecuencia de la incertidumbre global

En México y en el mundo existe incertidumbre, desaceleración del crecimiento económico, falta de instrumentos para fomentarlo y políticas públicas que no benefician al comercio mundial. México no progresará más allá de 2.8% hasta 2020, según la OCDE.

Foto: El Exprés
José Luis López
31 de diciembre de 2018

A propósito de las políticas del nuevo gobierno federal, en las que existe la percepción de que el poder político se concentra cada vez en menos personas y que hay tendencias al populismo, los analistas aún tienen dudas respecto a si estas políticas serán capaces de proporcionar o no certidumbre a los inversionistas en el largo plazo y modificar a bien las expectativas de crecimiento económico. Sin embargo, lejos de la percepción que proyectan algunos medios de comunicación, México no es el único país que tiene un futuro plagado de dudas.

Tanto en la Unión Europea ha implicado la salida del Reino Unido a su organización (BREXIT), como en América Latina y China han significado los actos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como las fallas en materia económica en Argentina (con la consecuente depreciación de su divisa y el traslado de esto al nivel de precios), y el complejo ambiente en México que ha ocasionado el acceso al ejecutivo federal de Andrés Manuel López Obrador, son ejemplos de que la incertidumbre está presente en todos los continentes y ha tenido efectos similares en todas las regiones, tales como la depreciación de sus respectivas monedas, inflación, aumento en las tasas de interés, reducción en los incentivos a invertir y a aumentar la tenencia de bonos, lo que conduce finalmente a un crecimiento económico en desaceleración, sin llegar aún a considerarse crisis.

Por tanto, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), señala que han hecho modificaciones a la baja en sus expectativas de crecimiento mundial para 2019 y 2020, pasando de 3.7% en 2019 a 3.5% y manteniendo en la misma ponderación de 3.5% en 2020, esto por el endurecimiento de las ya mencionadas condiciones financieras y por la escalada de tensiones comerciales.

En tanto, dado que en algunos países el desempleo se encuentra en mínimos históricos, la relación deuda-PIB es alta y sus tasas de interés son relativamente bajas, las autoridades no tienen los instrumentos suficientes (como una política fiscal o monetaria expansiva) para estimular el crecimiento, pues resulta inviable reducir aún más la tasa de interés o perpetuar los incentivos fiscales para fomentar la inversión, el comercio interregional y el crecimiento.

En el siguiente cuadro se muestran las expectativas de crecimiento de 2018 a 2020, en las que las flechas hacia arriba o hacia abajo demuestran las revisiones que ha tenido la OCDE respecto a sus previsiones originales.

Crecimiento real del PIB revisado a la baja

Fuente: OCDE

Como se mencionó, el crecimiento global hasta 2020 estará entre 3.5% y 3.7%, encabezado por el dinamismo de países como Indonesia y China (5.2% y 6.3%, respectivamente), el conjunto del G-20 (3.7%); en tanto, en naciones como Argentina y Turquía, el difícil panorama en 2019 se refleja por el deterioro en las perspectivas políticas, mientras que en 2020 la desaceleración se trasladará también a países con un mayor nivel de desarrollo, como Estados Unidos y los pertenecientes a la Unión Europea, pues se estima que el apoyo fiscal y monetario para las empresas podría concluir ese año, acompañado a la creciente dificultad en las relaciones comerciales. Por su lado, las expectativas para México no muestran una variación drástica respecto a lo que se ha visto en los últimos años, pues el crecimiento nacional se ubicará entre 2.2% y 2.8%, demostrando que la OCDE considera que México tendrá una estructura económica similar a la que ha persistido en los últimos sexenios.

Sin embargo, en cualquier momento la OCDE puede hacer revisiones respecto al crecimiento futuro estimado, por lo que este organismo señala que, de acentuarse las tensiones comerciales entre las potencias, específicamente entre Estados Unidos y China y aumentar los aranceles a 25% del primero sobre los productos del segundo, entonces el crecimiento global crecería tan solo a 3% (0.5% menos), ya que no influye solo la relación directa entre estos dos países, sino también las indirectas, que afectarían a naciones secundarias.

Por tanto, el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, señala que ante la incertidumbre global y en favor de incrementar el crecimiento global: “Los conflictos comerciales y la incertidumbre política se suman a las dificultades que los gobiernos enfrentan para velar por que el crecimiento económico se mantenga fuerte, sostenible e incluyente (…) (por lo que) instamos a los responsables de formular políticas públicas a ayudar a reconstruir la confianza en el sistema comercial internacional regulado y a poner en marcha reformas que impulsen el crecimiento y eleven el nivel de vida de las personas, en particular de los grupos más vulnerables.”

De esta forma, dado que el panorama próximo no es tan positivo como el que podría desearse, los gobiernos de todos los países, especialmente de las naciones hegemónicas, deben fomentar un ambiente en el que los negocios puedan desarrollarse sin dificultades, que aumenten las inversiones e innovaciones y que el comercio transcontinental, así como la competencia aumenten, para que los consumidores tengan acceso a mejores precios y que los trabajadores puedan incrementar su poder de negociación respecto al salario, el nivel de vida, las oportunidades y reducir la desigualdad.

OCDE. (2018). El crecimiento global se desacelera a medida que aumentan los riesgos comerciales y financieros, dice la OCDE. Obtenido de La OCDE en México: http://www.oecd.org/centrodemexico/medios/elcrecimientoglobalsedesaceleraamedidaqueaumentanlosriesgoscomercialesyfinancierosdicelaocde.htm