El dólar fuerte llega a su fin: buenas noticias para la economía de México

En muchos sectores de las economías emergentes ha resultado caótica la racha de fortaleza del dólar, por lo que los gobiernos de estos países han tomado medidas para hacerle frente, incluso sacrificando parte de su crecimiento económico; sin embargo, hay buenas noticias, ya que algunos expertos aseguran que el dólar está cerca de su punto máximo, siguiendo una racha en caída.

Foto: La Verdad Noticias
José Luis López
19 de noviembre de 2018

En los últimos meses, el mundo ha resentido la fortaleza del dólar, teniendo como resultado que algunos sectores sean beneficiados y otros pierdan, por lo que las opiniones resultan divididas entre si es mejor o no que la divisa hegemónica haya adquirido tanto poder. Esta condición ha surgido gracias a que los precios del petróleo se habían mantenido estables, a la fortaleza en el crecimiento de Estados Unidos y especialmente al alza en sus tasas de interés para contener la inflación (lo que promueve un mayor ingreso de inversiones y aumenta la demanda de dólares); claramente, esto tiene efectos opuestos en diversos sectores del mundo: mientras el ego del presidente Trump se eleva al adjudicarse personalmente la fortaleza de su divisa, en otro sentido sus exportaciones resultan más costosas y se reduce la demanda de estas en otros países, a la par de que aumentan las importaciones de Estados Unidos y la balanza comercial resulta afectada, siendo justamente lo que Trump busca evitar.

Para otros países integrados fuertemente a Estados Unidos, como México, un dólar fuerte implica que las importaciones son más costosas y, aunque las exportaciones son favorecidas al ser más baratas en los mercados internacionales, el crecimiento del nivel de precios (inflación) escala a niveles peligrosos, por lo que el Banco de México anunció el jueves pasado que su tasa de interés se ubicará en 8% (manteniendo la tendencia al alza de los últimos meses), buscando que este nuevo incentivo promueva el acceso de inversiones y, a la par, las personas decidan retirar dinero del mercado, obteniendo que la inflación deje de crecer; mientras, la deuda del gobierno crece inevitablemente, sea por que fue contratada en dólares o porque su tasa de interés se ajusta a la del mercado y deba pagarse más en intereses. Por otro lado, lo positivo es que, de aplicarse el efecto sustitución y el efecto renta, los consumidores nacionales preferirán demandar bienes nacionales más baratos y reducir sus compras de los extranjeros, beneficiando a la balanza comercial y a la producción interna; además, sectores con contacto permanente con mercados internacionales, como el turismo, reciben mayores cantidades de dinero provenientes del exterior.

De esta forma, si el dólar se mueve al alza o a la baja, pondrá nerviosos a aquellos agentes que tengan intereses en esta divisa, pues unos ganarán y los otros perderán. Sin embargo, el consenso del país, encabezado por el Banco de México, es que es indispensable que el peso se fortalezca y que el dólar pierda valor, pues el crecimiento económico y la inflación están en juego.

Para los que están a favor de lo anterior, hay buenas noticias: a través del incremento de la tasa de interés del Banco de México a 8% el jueves pasado, el peso ha tenido un mejor desempeño y se espera que siga esta tendencia por algunos días, mientras que hay cada vez más entidades financieras internacionales, como Morgan Stanley y Goldman Sachs, que señalan que la racha alcista del dólar está concluyendo, pues su ciclo de crecimiento está cerca de alcanzar su punto máximo, siguiendo un periodo de pérdida de valor, a medida que caigan los precios de los acciones (que también se ubican a un nivel muy alto), que se amplíen los diferenciales de crédito y que caigan los rendimientos de los bonos soberanos ante la poca inflación, la desaceleración de la economía estadounidense, estabilidad en la divisa china y la caída de los precios del petróleo; por tanto, la tendencia puede revertirse en cualquier momento, dado que los flujos de inversión extranjera son de corto plazo y se considera que son propensos a revertirse.

Por esto, se espera que las naciones emergentes tengan menores dificultades y un mayor crecimiento, ya que las presiones sobre la salida de capitales a causa del mayor atractivo a invertir en Estados Unidos, así como sobre el nivel de precios, por el encarecimiento de las importaciones, estaría cerca de acabarse o de reducirse sustancialmente, lo que para la mayoría de los agentes económicos de México, así como para el sector exportador de Estados Unidos, resultan excelentes noticias.