Controversias sobre la gasolina en el país: huachicol, reducción de costo en la frontera y desabasto

Desabasto, huachicol y precios diferenciados de gasolina en el país representan en conjunto una crisis para el gobierno de López Obrador, a poco más de un mes de su toma de posesión.

Foto: AsíSucedeGuanajuato
José Luis López
7 de enero de 2019

En los primeros días del año, uno de los temas que ha estado en las conversaciones cotidianas ha sido el referente a la gasolina. Por un lado, la erradicación del cobro del IVA para la zona de la franja fronteriza norte, con el fin de homologar en algún momento el precio de este energético al de Estados Unidos; por otro, las acciones que ha emprendido el gobierno federal en contra del huachicoleo; finalmente, el desabasto de gasolina (y de gas natural) en ocho entidades del país: Puebla, Hidalgo, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, Michoacán y Colima. ¿Qué implicaciones tiene cada una?

La primera es la reducción del precio de la gasolina, a través de la eliminación del cobro del IVA como parte del Programa Zona Libre de Frontera Norte, dado que incluye incentivos fiscales a consumir en dicha zona en lugar de buscar mejores precios en Estados Unidos, y tiene la finalidad de aumentar la competitividad, que exista un mayor número de empresas que decidan producir en esta región, que crezca la competitividad, que se busque potenciar la capacidad exportadora del país (por la cercanía con el mayor mercado del mundo), que el crecimiento económico sea notable y que sus beneficios se trasladen a la población. Sin embargo, el sacrificio estará en la recaudación de impuestos, a la par de que los consumidores podrían decidir, al tener una mayor cantidad de recursos a su disposición, adquirir sus productos en el vecino del norte, donde ya están establecidos los beneficios que aquí apenas se buscarán. Por otro lado, en el resto del país se ha eliminado el subsidio del IEPS a la gasolina, resultando en una elevación del precio. Al momento, una de las primeras promesas de campaña del presidente se ha cumplido (solamente en la frontera norte).

El segundo rubro es el referente al huachicoleo, es decir, a la actividad criminal que consiste en robar hidrocarburos de los ductos de PEMEX o en cualquier etapa de distribución. En este aspecto, el gobierno del presidente López Obrador ha sido firme en declarar que es vital evitar este crimen, que se apoderó de 58 mil 200 barriles diarios en 2018, equivalente a 66 mil 300 millones de pesos a precios actuales, según la información del titular de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza. Ante este problema, en el que han llegado a participar funcionarios públicos, el gobierno de López Obrador ha encomendado la vigilancia del hidrocarburo al ejército mexicano, además de cerrar algunos de los principales ductos detectados como los más robados.

Del anterior aspecto, surge este, que ha sido el más llamativo: el desbasto de gasolina en Puebla, Hidalgo, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, Michoacán y Colima. Uno de los más afectados ha sido Querétaro, pues el 23% de sus gasolineras tienen problemas de abastecimiento de combustible, dejando de vender 8 mil litros cada día. En Guanajuato han sido los pobladores de 5 municipios del corredor industrial (León, Celaya, Jerécuaro, Acámbaro y Tarandacuao) los que han tenido que desplazarse a otras estaciones de servicio para conseguir el producto; en tanto, en Morelos la crisis no ha sido de gasolina, sino de gas LP, provocando el cierre de algunos negocios o el encarecimiento de los productos que venden.

Por varios días, no hubo dialogo entre las autoridades estatales y los periodistas con el gobierno federal, pues no quedaba claro a que se debía el desabasto. Fue hasta el 5 de enero que se declaró que el fenómeno ha sido causado por el ejército y las acciones emprendidas contra los huachicoleros, al cerrar los ductos e implementar investigaciones, así como para evitar pérdidas económicas por la extracción de ductos, aunque esto ha generado encarecimiento de gasolinas de hasta 70 centavos por litro, ocasionado por el transporte alterno (más costoso) para trasladar la gasolina a las estaciones, así como por la escasez del producto y por la especulación.

Sin duda, esta crisis conjunta del presidente López Obrador puede salirse de sus manos si no la sabe manejar; a su favor tiene el apoyo popular, que difícilmente desconfía de su líder y no lo tiene en el mismo concepto que al presidente Peña Nieto, a quien velozmente se le acusaría de buscar privatizar a PEMEX, al resaltar que la paraestatal no es capaz de surtir efectivamente la gasolina. En paralelo, a AMLO no se le suele culpar directamente de este evento y pocos afirman que el desabasto en Puebla, Hidalgo, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, Michoacán y Colima puede deberse a una especie de contraataque a algunas entidades que no son gobernadas por MORENA.

Hay resultados mixtos: el combate al huachicol es totalmente positivo para dotar al gobierno federal de recursos propios y desarticular una de las principales fuentes de financiamiento del narcotráfico; la reducción del precio de la gasolina solo para una zona en específico, cuando en campaña se afirmó que sería para todo el país a partir del 1 de diciembre, refleja que nunca existieron condiciones reales para decir que la gasolina bajaría su costo; el desabasto y la consecuente elevación de precio por acción de la especulación y de la ley de oferta y demanda responde a causa del combate al huachicol, por lo que es un sacrificio a cambio de eliminar esta acción criminal. Las acciones de AMLO no son perfectas; de este análisis se resalta que tiene una acción a su favor, una en contra y otra que tiene partes positivas y negativas.