19 multimillonarios estadounidenses quieren que se les aumenten los impuestos

Reducir la desigualdad tributaria y distributiva, su argumento.

José Luis López
27 de junio de 2019

Al financiero y multimillonario Warren Buffet (accionista mayoritario de Berkshire Hathaway) suele atribuírsele la frase “es cierto que existe la lucha de clases, y es la mía, la de los ricos, la que está ganando”, la cual no es para nada descabellada si se toman en consideración algunos temas sensibles.

Uno de estos es la desigualdad, ya que en México y en el mundo este fenómeno persiste también en los impuestos, siendo los ricos quienes pagan una menor cantidad, mientras que los pobres no sólo soportan mayores tasas, sino también repercusiones más sensibles en su gasto corriente, al tener al tener ingresos varias veces más bajos que los del sector más acaudalado.

Cuando se habla de una reforma tributaria, los ricos son los que ponen presión al gobierno para que sean los menos afectados, al señalar que una medida de esta naturaleza desincentivaría sus inversiones y podrían preferir migrar sus capitales. Esta situación es natural en los seres humanos, ya que siempre suele verse primero por los intereses propios y mucho después por los ajenos, pero el problema es que los pobres no tienen un contrapeso económico real al negociar con el gobierno y son quienes sufren más cuando se ajustan o se crean nuevos impuestos.

De esta forma, aunque en la teoría económica heterodoxa se hable de que deben impulsarse reformas hacendarias progresivas (que los ricos paguen más) en lugar de regresivas (que los pobres paguen proporcionalmente una mayor cantidad), en la realidad suelen mantenerse estructuras tributarias del segundo tipo, es decir, regresivas.

Por esta razón, ha sorprendido que tanto el financiero George Soros (dueño de Soros Fund Management), como la heredera de Disney y otros 17 billonarios de Estados Unidos han hecho algo que para muchos resulta insólito: pedir un impuesto de 1% más a las grandes fortunas, para ubicar la carga tributaria en 3.2% de sus riquezas, respecto al 7.2% que pagan el resto de los hogares.

De acuerdo a la organización civil internacional Oxfam, si en todo el mundo se le cobrara tan sólo 0.5% más de impuestos a la clase más acaudalada, los gobiernos tendrían las herramientas para ampliar la escolarización y dar servicios de salud los 262 millones de niñas y niños de escasos recursos que no tienen acceso a estos servicios básicos, asegurando que las oportunidades de ellos de vivir mejor que sus padres sean más grandes.

De tal forma, si el gobierno de Estados Unidos toma en cuenta la opinión de Soros y los otros 18 multimillonarios, y se replica en el resto del mundo, se ampliarán las oportunidades de cerrar las brechas de desigualdad entre clases, así como combatir la crisis climática, mejoras sanitarias, beneficiar a la economía y crear oportunidades a un número más grande de personas.

Por su parte, Warren Buffet no forma parte del grupo que ha levantado la mano para hacer esta propuesta, pero si ha reconocido que la carga impositiva que tiene él es menor que la que tiene su secretaria, y sostiene que aumentar los impuestos a los ricos no necesariamente desalentaría a la inversión, ya que cuando hay potenciales ganancias, las inversiones no se apartan ante un incremento fiscal.

Pese a que al hacer estas declaraciones, este grupo de multimillonarios se vean bien de forma pública, hay un trasfondo con varias aristas, un plan con el que pretenden ganar. Por un lado, aunque se ubiquen en el grupo con más riqueza del mundo, el patrimonio de 8,300 millones de dólares de George Soros a inicios de 2019, es poco al compararse a los 124,700 millones de dólares de Jeff Bezos (Amazon) o los 93,500 millones de Bill Gates (Windows) e incluso los 84,000 millones de Warren Buffet (Berkshire Hathaway), por lo que el llamado de este grupo de “filántropos” implica aumentar mucho más la carga tributaria de Bezos, Buffet o Gates, que la de ellos mismos, teniendo mayor oportunidad de escalar en los peldaños de los más ricos. En pocas palabras, aumentan sus pérdidas, pero el daño al bolsillo de sus rivales es mayor y tendrán más herramientas para invertir y competir con los de “más arriba”.

Además, al tener en cuenta el ciclo económico, predicen que las condiciones serán mejores para los que se anticipen a una crisis o una reducción de la tasa de interés por debajo de la inflación, que incluso reduciría sus deudas.

Los ricos tienen herramientas que el resto de las personas no, por lo que sus declaraciones están cargadas en más de un sentido. En este caso, de aprobarse el aumento de impuestos a la clase más acaudalada, existe la posibilidad de que también los menos afortunados puedan beneficiarse por un tiempo de que sus intereses coincidan.