Lecciones para comprender economía: Política económica

El uso de la palabra política económica la solemos escuchar un sinfín de veces en los medios de comunicación, por las instituciones gubernamentales, financieras, en el ámbito académico, en conversaciones o incluso la vemos en periódicos y libros. Algunas veces se puede pensar que política económica puede ser una serie de medidas que implementa un Estado para resolver un problema o conflicto de índole económico (inclusive social). Sin embargo, no se logra una profundización crítica, haciendo superficial el uso de estos conceptos.

Para ir más allá de esta definición tenemos que preguntarnos ¿Quién la decide y a quién va a beneficiar y a perjudicar? Con esta pregunta podremos saber que hay alguien quien toma la decisión (autoridades, instituciones gubernamentales, el congreso, Estado, etc.), dicho agente tiene que tener mecanismos (instrumentos, medios, acciones, etc.) para poder llevarla a cabo, además de que es obligatorio que dicha decisión tiene que tener un propósito (objetivo, meta, fin, etc.), es decir, tiene que haber un sector o grupo social a quien vaya dirigido todo lo anterior, pudiendo ser benéfico para algunos y dañino para otros.

No siempre se cumplen los objetivos de la política económica, esto dependerá de los análisis y estudios del agente que la quiera implementar, si fueron los correctos o no se tomaron en cuenta todos los factores, además del conflicto de intereses que suele ocasionar, ya que como se mencionó antes, unos pierden y otros ganan. Incluso el funcionamiento de la política económica puede depender de la estabilidad política, económica y social que tenga un país. Es decir, si este sufre de alguna inestabilidad en alguno de estos ámbitos, difícilmente podrá llevarse a cabo, sino tiene ningún desequilibrio, podrá ser más factible de que se cumpla el objetivo.

Basándonos en la información anterior, podemos decir que la política económica son un conjunto de decisiones que toma el Estado, utilizando diversos instrumentos o mecanismos (como impuestos o la tasa de referencia) para un determinado fin, terminando por beneficiar a un sector de la población y perjudicando a otro.

La política económica dependerá del sistema y de las estructuras de poder que no se sientan amenazadas. O como bien diría Samuel Lichtensztejn:

“El objeto de la política económica, su singularidad como disciplina radica en entenderla como un conjunto de prácticas sociales de poder cuyos propósitos explícitos son económicos y cuya finalidad implícita consiste en proteger una determinada hegemonía y estructura de poder”.