Lecciones para comprender la economía: El feudalismo.

No toda la historia humana ha sido regida por el capitalismo. La humanidad ha transitado por diferentes modos de producción, cada uno con sus características y especificaciones únicas. Esta vez hablaremos sobre el feudalismo de forma breve.


Haziel Ángeles Juárez
17 de septiembre de 2019

La servidumbre dependiente

La servidumbre, -generalmente constituida por el campesinado conocido como siervos-, incapaz de satisfacer sus necesidades al estar desposeídos de todos los medios necesarios para la reproducción de su vida, se encontraban atados a una relación tributaria con el señor feudal. Los siervos eran Glebae Adscripti, o sea, personas atadas a la tierra; el noble, dueño de la tierra, se apropiaba una parte de la producción llevada a cabo por el siervo, pues “mientras con el sistema esclavista todo el producto pertenecía al dueño del esclavo, que le daba a este lo suficiente para mantenerlo con vida, durante el feudalismo, si se exceptúa su período de decadencia, todo el producto va al siervo, que debe entregar una parte en productos naturales o en dinero al señor feudal” (Kuczynsky, 1985, pág. 119)

La riqueza feudal estaba basada, por lo tanto, en el trabajo convertido en tributo. La satisfacción de necesidades básicas y de lujo de la nobleza podía sólo ser posible bajo este trabajo subordinado, “El señor, por su parte, no tiene como única ambición el dominar a las personas: a través de ellas, con frecuencia se esforzaba en llegar a los bienes.” (Bloch, 1986, pág. 161)

El vasallaje

Los vasallos, integrados por el clero y algunos nobles, mantenían una relación basada en la protección que pudiese otorgar el señor feudal al clero y a los nobles a cambio de apoyo político y militar. La relación existente entre señor feudal y vasallos (al igual que la servidumbre) era una relación de subordinación y dependencia, en la cual el vasallo se entregaba por completo a su señor feudal; entrega consumada por una ceremonia que recuerda al matrimonio por las promesas, juramentos y hasta actos de índole sexual hechos por el vasallo a su protector:

“He aquí, frente a frente, a dos hombres: uno quiere servir, el otro acepta o desea ser jefe. El primero, junta las manos y las coloca, así unidas, en las manos del segundo: claro símbolo de sumisión, cuyo sentido se acentuaba, a veces, con una genuflexión. Al propio tiempo, el personaje de las manos cerradas pronuncia algunas palabras, muy breves, por las que se reconoce el hombre del que tiene enfrente. Después, jefe y subordinado se besan en la boca: símbolo de conciliación y de amistad” (Bloch, 1986, pág. 146)

Los señores feudales.

Los protagonistas y conductores del modo de producción feudal eran, naturalmente, la nobleza feudal. Como ya se dijo, tal clase recibía dicho nombre por el hecho de ser poseedores del medio de producción más importante -en un contexto medieval, en el que el desarrollo tecnológico no era tal y como lo conocemos actualmente-, la tierra, que a su vez recibía el nombre de feudo. Los señores feudales, sin embargo, no sólo eran poseedores de la tierra. Eran los poseedores de la servidumbre y de los vasallos. Este atributo automáticamente los colocaba en la cúspide de la pirámide

Bibliografía:

Bloch, M. (1986). La sociedad feudal. Madrid: Ediciones AKAL.

Kuczynsky, J. (1985). Breve historia de la economía. México: Quinto sol, S.A.