A un año del sismo hay personas que aún no reciben ayuda por parte del gobierno.

Un año después de un sismo devastador que afectó a la Ciudad de México, que alcanzó una magnitud de 7,1 grados y mató a más de 350 personas, varios sectores de la urbe presentan aún signos visibles de los destrozos que causó el fenómeno.

Fernanda Fragoso
19 de septiembre de 2018

Las autoridades prometieron ayuda a todos los damnificados afectados por el sismo, sin embargo, problemas burocráticos han demorado los trabajos de demolición de las estructuras que quedaron en desuso en la ciudad, debido a que no presentan los niveles de seguridad para seguir siendo utilizadas.

Cientos de familias que resultaron damnificadas y perdieron sus hogares siguen envueltas en interminables trámites burocráticos que rayan en lo absurdo y que se ven frenados por la falta de voluntad política de autoridades y legisladores de la capital.

Algunos funcionarios justificaron las demoras en el hecho de que los trabajos de derrumbe y reconstrucción a gran escala son difíciles de llevar a cabo, en una ciudad cuya población supera los 20 millones de habitantes en el conjunto del área metropolitana, con edificios históricos o simplemente antiguos diseminados por todo el territorio.

El retraso en la reconstrucción ha llevado a cantidad personas a vivir en condición precaria en plena capital del país. Numerosas personas que perdieron sus hogares esperan todavía la ayuda necesaria para conseguir un nuevo techo, al tiempo que otros habitantes se vieron obligados a permanecer en construcciones que fueron severamente afectadas por el sismo poniendo en riesgo su seguridad.

De las 411 construcciones calificadas para ser desmanteladas tras el temblor, hasta el momento sólo 62 fueron tiradas abajo, mientras que otras 1.000 esperan tareas de refuerzo, para evitar que se sigan deteriorando.

El México son numerosas las denuncias de corrupción en la industria de la construcción. Según algunas entidades, muchas edificaciones no respetan las normas establecidas en la materia, lo que hace que algunos edificios no resistan incluso temblores menores, poniendo en riesgo la vida de quienes los ocupan.

Una investigación del grupo Mexicanos Contra la Corrupción reveló un caso, en el que un ingeniero aprobó los diseños de tres edificios que colapsaron durante el terremoto, matando a decenas de personas. A pesar de eso, la organización corroboró que el profesional obtuvo la renovación de su licencia y que incluso fue contratado como consultor para mejorar las normas de seguridad de las construcciones.

A un año del temblor que sacudió a la ciudad el 19 de septiembre de 2017, numerosos vecinos realizan bloqueos de calles y otras protestas, en reclamo de ayuda oficial para reparar sus viviendas derruidas por la tragedia.