El nuevo aeropuerto internacional en México

Es un hecho que la idea de tener un nuevo aeropuerto en México podría hacer que a nivel internacional nos vieran como un país de primer mundo, es importante como primera fase hacer una evaluación eficaz y oportuna del proyecto más allá de escoger en el lugar donde se hará Texcoco o Santa lucia. El gobierno de México debe tener claro, que la zona en donde se ubicará el nuevo Aeropuerto es de vital importancia, debido a que, si fracasa por este aspecto, la economía mexicana tendría que cubrir los costos.

Aportación especial de:
Karina Avalos Zamorano, Anahí Martínez Gómez, Ariana Guadalupe Mendoza Reyes , Brenda Pozos Roldan y Karla Paulina Roa Cañedo.
14 de noviembre del 2018

En primera estancia hay que definir si México está ya listo para implementar un proyecto de tal colosal estructura, tomando en cuenta los antecedentes durante el gobierno de Enrique Peña Nieto el aeropuerto de México se mostraba como uno de los proyectos de infraestructura más grandes que se ha propuesto dada la enorme demanda prevista a largo plazo, anteriormente ya se había propuesto este proyecto (1990 y 2001), aunque en el 2002 fue cancelado debido a inconformidades ejidatarias. Ante este problema para poder satisfacer la demanda de pasajeros se optó por construir la terminal 2 (AICM), aunque esto solo sería una solución a corto plazo ya que a tan solo 6 años la terminal 2 volvió a saturarse. Ahora bien, ¿Qué etapas importantes para consolidar este proyecto se está saltando México? para contestar esta cuestión, se debe tener en cuenta, en primer lugar, la compleja metodología que está detrás de “la evaluación de un proyecto”, que sirve como base para conocer si en efecto será un proyecto de calidad, eficaz (con el objetivo de tener el menor costo posible) y con eficiencia (conocer cuántas personas serán beneficiadas con el proyecto). Si bien, los proyectos deben cumplir por resolver una necesidad del ser humano. Un aspecto, al cual se debe prestar la atención necesaria, es a la localización, es decir, tomar en cuenta que tipo de suelo, si es apto para su debida construcción, así como hacer conciencia que hay en los alrededores (es decir, que infraestructura conecta con el proyecto planeado) que podrían beneficien al proyecto sin perjudicar a los habitantes.

Las nuevas alternativas que se presentaron a mediados del 2014 fueron lanzar el proyecto en un terreno del lago de Texcoco, con un costo inicial de 169,000 millones de pesos, se tiene esperado que al iniciar operaciones reciba a 50 millones de pasajeros al año y en su máxima operación la cantidad sería de 120 millones. Los principales aspectos negativos de este proyecto son el costo inicial del proyecto de 169 000 millones de pesos pasará a 300 mil millones de pesos, además, los ciudadanos no estaban de acuerdo con el terreno propuesto. Así mismo, prestando la atención necesaria a la zona en la cual se ubicaría este proyecto de gran infraestructura. De acuerdo con Forbes México, las comunidades de Texcoco, Atenco, Acuexcomac, Tezoyuca, tienen un suelo rojo debido al material pétreo (tezontle), lo que fomenta a la explotación de los cerros, ocasionando factores negativos para los ciudadanos que residen en esas zonas. El suelo no es adecuado ya que presenta una estructura inestable, con grietas que pueden ocasionar inundaciones y hundimientos.

Además de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su segundo informe de avances sobre el Desarrollo del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México publicado el 27 de octubre, hace énfasis en que el proyecto de Texcoco enfrenta riesgos importantes, que repercuten en el ámbito de la calidad del servicio, de tal forma que genera un concepto negativo a nivel internacional.

Parece ser que el gobierno de México no está contemplando los factores importantes que se deben analizar para llevar a cabo, un buen proyecto, lo que está dando paso a que la economía mexicana, presenta escenarios en donde estamos dando una mala perspectiva, hacia las empresas extranjeras que invierten en México, ya que pueden llegar a pensar que somos unos pésimos administradores de su dinero. Ante tal, panorama estamos inmersos a que los ciudadanos mexicanos tengan que pagar altos niveles de impuestos y que se puedan tomar medidas de reducir el gasto público.

Por lo tanto, en el 2018, Andrés Manuel López Obrador, buscó una nueva alternativa para ubicar el aeropuerto, por lo que cancela la construcción en Texcoco sin importar que la obra tuviera el 32% de avance y esto causará una pérdida del gasto de 107 millones 442 mil 209 pesos según datos del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) que es una empresa con una mayor aportación estatal y es la responsable de construir, administrar, operar y explotar el “Nuevo Aeropuerto Internacional de México” (NAIM), de acuerdo con un título concesional otorgado por el Gobierno Federal y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de enero de 2015.

Hasta el momento AMLO logró cambiar de terreno, el nuevo aeropuerto a Santa Lucía en Zumpango. De acuerdo con el universal el futuro presidente, propone un proyecto alterno con el objetivo de construir dos pistas que sean utilizadas para vuelos internacionales, en una zona de 300 hectáreas, que conectaría con autopistas cercanas por lo que habrá dos terminales aéreas en comparación con el aeropuerto de Texcoco solo se contemplaban vuelos nacionales. Todo esto provocó controversias políticas, económicas, ecológicas y sociales, ya que haciendo estudios de viabilidad se obtuvo que Texcoco tiene más beneficios a mediano plazo que perjudicaciones a comparación de Santa Lucía.

Sitios propuestos: