Brecha de empleo en México:¿Una opción para la caravana migrante?

Ante las palabras de Andrés Manuel López Obrador sobre ofrecer empleo a los migrantes centroamericanos, se ha generado gran incertidumbre entre la sociedad mexicana ya que como un país en vías de desarrollo que cuenta con grandes problemas tanto políticos, económicos y sociales, literalmente no sabemos hacia a dónde nos dirigimos, lo que nos lleva a preguntarnos ¿es completamente viable ofrecer visas de empleo a migrantes?,

Aportación especial de:

Alumnos de economía en la FES Acatlán, Samantha Paola Herrera Domínguez , Rodrigo Ulises De la cruz Sánchez, Gustavo Ortega Ramirez y Jennifer Gpe Rojas Lopez

27 de noviembre del 2018

México siempre ha sido un país por el que la población migrante de América Latina prefiere sólo tomar de asilo temporal en su trayecto hacia los Estados Unidos, pero con las recientes amenazas del presidente de dicho país, Donald Trump, es posible que gran parte de la caravana migrante, proveniente de Centroamérica, no pueda pasar a los Estados Unidos, dejándoles como única opción, la búsqueda de empleo en nuestro país. De ser así ¿Se tendría la capacidad de absorber fuerza de trabajo externa?

“En México a partir del día primero de diciembre vamos a ofrecer empleo, trabajo, a migrantes centroamericanos, ese es un plan que tenemos, quien quiera trabajar en nuestro país va a tener apoyo, va a tener una visa de trabajo, estamos viendo eso, no atender el asunto solo con deportaciones, o con medidas de fuerza” Fueron las palabras que expresó el presidente electo de México el pasado 17 de octubre, en conferencia de prensa en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Sin duda son palabras alentadoras y de apoyo para nuestros vecinos del sur, sin embargo, es necesario saber si México tiene la capacidad suficiente para absorber la mano de obra centroamericana.

Si bien, en últimos años se ha registrado una tasa, promedio, de desempleo del 4%, de acuerdo a las encuestas realizadas por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), no significa que nos estamos acercando a una situación de pleno empleo, para discernir esto es preciso señalar que de acuerdo a la definición de la INEGI de las personas desocupadas, ésta sólo contempla a personas de la población económicamente activa (PEA) que trabaja menos de una hora a la semana, sin tomar en cuenta a otros segmentos de la población como los que tienen empleos de media jornada laboral o parcial, y también contamos con la parte de la población económicamente inactiva que tiene deseos de trabajar, por sus condiciones socioeconómicas, pero no consigue trabajo, formando así parte de la población total desempleada en el país.

De esta forma podemos visualizar que la tasa de desempleo real no es tan baja como lo mencionan las encuestas, pues de las personas desempleadas de la PEA tenemos que sumarle a todo aquel ciudadano que tenga deseos de trabajar y forme parte de la población económicamente inactiva, aumentando el desempleo, de acuerdo con INEGI en el primer trimestre del año, de 1.7 millones de personas a 11.1 millones de personas, de acuerdo con un artículo de Forbes México, cifra más consistente de acuerdo a la realidad que viven millones de Mexicanos.

Para México, en las circunstancias actuales, la gran disyuntiva es si realmente el país tiene o no la capacidad para absorber a la gran masa de fuerza de trabajo tanto nacional como extranjera, ya que como se ha observado desde los años ochenta ante el fracaso del desarrollo estabilizador, la economía no ha hecho más que quedarse estancada pues con la implantación del modelo neoliberal sólo se ha concentrado en no rebasar las metas de inflación. Entonces, con una economía plagada de deudas, tanto internacionales como nacionales, donde sólo una pequeña parte de la población logra obtener bienestar, qué pasa entonces con las grandes masas de extranjeros en situación precaria que pasan por nuestro país con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

De tal forma y ante las palabras de López Obrador sobre ofrecer empleo a los migrantes centroamericanos, se ha generado gran incertidumbre entre la sociedad mexicana ya que como un país en vías de desarrollo que cuenta con grandes problemas tanto políticos, económicos y sociales, literalmente no sabemos hacia a dónde nos dirigimos, lo que nos lleva a preguntarnos ¿es completamente viable ofrecer visas de empleo a migrantes?, según Raúl Delgado (2018) "La iniciativa del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, de crear empleos al sur del país, no sólo para los mexicanos sino también para los migrantes centroamericanos, es una propuesta compleja pero completamente viable" podemos cuestionar el por qué el presidente electo propone esta política como solución a la problemática existente pero la verdad es que se está inspirando en las políticas que el ex-presidente Roosevelt llevó a cabo durante la Gran Depresión como forma de reactivar la economía norteamericana, sin embargo en el caso mexicano lo que propone Obrador es un programa pensado principalmente tanto para jóvenes migrantes como para jóvenes mexicanos, de esta manera Tomás Pérez nos muestra los principales objetivos que persigue este programa:

"1. Integrar a los jóvenes a las actividades académicas o laborales; 2. Alejarlos del desempleo y conductas antisociales; 3. Preparar la reserva de trabajadores capacitados para las actividades productivas que se esperan por el próximo crecimiento económico... Esos jóvenes serán aprendices en empresas pequeñas, medianas o grandes, cercanas a sus casas, tanto del sector privado como del sector público. " (2018)

De esta forma si lo vemos en un sentido optimista podemos notar que realmente parece viable este programa social, pues, como la historia y la experiencia internacional nos ha demostrado el crecimiento puede provenir de una economía de aprendizaje, o bien, de programas de aprendizaje que inculquen a los jóvenes los conocimientos necesarios para hacerlos mano de obra capacitada.

Aunque, por otro lado, se carece de la infraestructura suficiente para satisfacer una oferta de trabajo inesperada en el país, que como al inicio del artículo se mencionó, ni siquiera nuestra propia fuerza de trabajo se encuentra empleada, y parte de la que está ocupada, no lo está en sentido formal, asi pues, el hecho de que la caravana migrante sea rechazada en los Estados Unidos, podría generar desajustes estructurales en la economía mexicana.