Uso del tiempo

Hoy en día se han visto grandes cambios en el estereotipo de la familia tradicional mexicana, no obstante, la distribución del tiempo de las personas es diferente dependiendo el género, por ejemplo el tiempo dedicado al trabajo no remunerado, donde el 42% es contribución de mujeres, mientras que los hombres lo hacen con el 12.8%

Daniela Nevárez Jiménez
9 de noviembre de 2018

En México, INEGI proporciona información estadística sobre la forma en que las personas distribuyen su tiempo en diversas actividades; tales como, estudiar, comer, descansar, divertirse, entre otras más específicas como el tiempo que se dedican a hacer labores domésticas, al apoyo y cuidado de los hijos e hijas, de personas con enfermedades o con discapacidades y otros/as miembros del hogar, dejando de lado el hecho de si se recibe o no una remuneración por ello. Dicha información se obtiene de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) que se ha levantado en los años 2002, 2009 y 2014 a mujeres y hombres mayores de 12 años pertenecientes a áreas rurales, urbanas e indígenas.

De acuerdo con datos INEGI algunos de los resultados más relevantes de la última encuesta es que del total de horas dedicadas al trabajo, tanto remunerado como no remunerado y de producción de bienes para uso exclusivo del hogar, los hombres contribuyen en 41.5% y las mujeres 58.5%, además, al tomar en cuenta tan solo el trabajo no remunerado de los hogares, las mujeres triplican el número registrado por el género masculino con 42% y 12.8% respectivamente, en el trabajo remunerado la cifra es de 27.4% de los hombres y 14.8% de las mujeres y en el caso de la población que habla alguna lengua indígena, la cifra es cuatro veces mayor para mujeres que para hombres, el tiempo total de horas se mantiene aproximadamente con las mismas cifras para ambos sexos, siendo de 40.1% para varones y 59.9% de mujeres.

La misma institución informa, que en cuanto al trabajo no remunerado de cuidado a integrantes del hogar, en promedio los hombres dedican un total de 12.4 horas, por otro lado, las mujeres dedican poco más del doble con 28.8 horas a la semana. Estas actividades se dividen en el cuidado a integrantes del hogar de 60 años y más; cuidado de 15 a 59 años, de 0 a 15 años, de 0 a 5 años y a integrantes con enfermedades crónicas, temporal o discapacidad. Para todos los casos, las mujeres dedican más tiempo que los hombres, en casi todas dedican casi el doble, con excepción del cuidado a integrantes con 60 o más años, donde se dedican 14.9 horas semanales los hombres y 17.7 horas semanales las mujeres

Otro tipo de trabajo no remunerado que considera la encuesta es el correspondiente al trabajo doméstico, de forma global, las mujeres dedican 29.8 horas promedio a la semana, mientras que los hombres tan solo dedican 9.7. El trabajo doméstico incluye la preparación y servicio de alimentos, la limpieza de la vivienda, la limpieza y cuidado de ropa y calzado, compras, instalación, mantenimiento y reparaciones menores de la vivienda, pagos y trámites y gestión y administración. Mismos que se contemplan en la siguiente gráfica.

Fuente: Datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (2016)

Además, respecto a los cuidados personales, en los que se incluye el dormir, comer, aseo y arreglo, cuidados a la salud, por último, rezar, meditar y descansar, el comportamiento entre hombres y mujeres es muy parecido, ambos le dedican mayor tiempo a dormir, con un total de 54 horas semanales de las mujeres y 53.1 horas de los hombres, y el menor tiempo es dedicado a rezar, medita y descansar con un promedio de horas semanales de 3.6 y 3.1 para hombres y mujeres respectivamente.

Este tipo de encuestas sirven para contar con información relevante estadística de género, que permita colaborar en el diseño de políticas públicas para la mejora de las condiciones de mujeres, tanto económicamente activas, como las que no están ocupadas. Permite hacer visible la importancia de la producción doméstica, así como, su contribución económica. El análisis del uso de tiempo en trabajo no remunerado, permite notar un obstáculo al crecimiento económico individual de las mujeres, da explicación a que muchas mujeres se inserten en el mercado laboral con trabajos precarios y brinda un ejemplo en la falda de equidad que aún se vive.

Foto: http://machistaenrehabilitacion.com/