Brecha en salarios y de pensiones entre mujeres y hombres

Las brechas salariales existentes y las desigualdades históricas en el mercado de trabajo se traducen en menores beneficios y menores saldos acumulados, lo cual a la postre, provoca una menor pensión para las mujeres.

Alfredo Ocampo
12 de marzo de 2018

En febrero, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) publicó La Equidad de Género en pensiones: desafíos y posibles soluciones un documento de trabajo en el cual se analiza la equidad de género en cuanto a pensiones, en dicho trabajo se señalan algunos de los determinantes de las menores pensiones a mujeres. Entre los factores que la CONSAR identificó, están: una mayor esperanza de vida, acotadas trayectorias salariales y una baja densidad de cotización. En cuanto a los niveles salariales se hace importante una homogeneización entre hombres y mujeres pues estos inciden en el monto que los individuos pueden aportar y acumular.

Se resaltan una serie de desventajas a la cuales se enfrentan las mujeres a la hora de obtener una pensión en comparación con la que reciben los hombres. Salarios más bajos, tal como lo muestra la gráfica, así como una intermitencia en la participación dentro del mercado laboral dando como resultado un menor saldo previsional al final de la vida laboral. Otro factor que juega en contra es que la esperanza de vida de las mujeres, en general, es mayor a la de los hombres.


En otro estudio Vejez y pensiones en México, realizado por la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (AMAFORE) se afirma que existe una relación directa entre las condiciones de contratación laboral y los sistemas de pensiones, es decir, las brechas salariales existentes y las desigualdades históricas en el mercado de trabajo se traducen en menores beneficios y menores saldos acumulados, en las cuentas de las mujeres, lo cual a la postre, provoca una menor pensión.

A pesar de que las brechas salariales se han acortado con el paso del tiempo, aún siguen siendo sustancialmente menores los ingresos salariales de las mujeres respecto a los hombres. En México, por ejemplo, en el trabajo Evolución de la brecha salarial de género en México se concluye que si bien se ha reducido la brecha salarial desde 1990 (6%) el problema se agudiza en mujeres con bajos niveles de educación, en donde también han habido lentos avances, dicho tema es abordado más a fondo en La integración de las mujeres en el sistema educativo.

En este sentido, se proponen algunas estrategias a fin de borrar la brecha entre géneros, tal como el apoyo por maternidad, una compensación por esperanza de vida y un plan no contributivo.