Gasolina sin precio fijo

La Reforma Energética fue una propuesta presentada por el Presidente Enrique Peña Nieto en agosto de 2013 y aprobada por el Congreso de la Unión en diciembre del mismo año. Nace como la oportunidad de aprovechamiento racional y sustentable de los recursos energéticos en México con una apertura de mercado, garantizando que las compañías que ofrecen hidrocarburos y electricidad no serán privatizadas. Los principales objetivos son atraer mayor inversión para la modernización y el fortalecimiento del sector energético, así como garantizar un mayor abastecimiento a menores precios y mejor calidad, de una manera eficiente y confiable.

Antes de esta Reforma, los Artículos 27 y 28 Constitucionales obligaban a Pemex, como empresa nacional a absorber todas las actividades en la industria petrolera (exploración y extracción), aun con limitaciones financieras, operativas y tecnológicas. Reconociendo estos obstáculos y el agotamiento del petróleo de fácil acceso, se establece la posibilidad de otorgar contratos a empresas privadas con el objetivo de que la Nación no asuma todos los riesgos de inversión y permitir aumentar la oferta nacional de combustibles con un suministro a precios competitivos.

En diciembre de 2016, bajo estos acuerdos, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) en coordinación con la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) publican el cronograma de flexibilización de los precios de la gasolina y el diésel para 2017, es decir, las fechas a partir de las cuales los precios (de la gasolina y el diésel) ya no tienen regulación por parte del gobierno y únicamente reaccionaran a los movimientos del mercado (oferta y demanda). Cabe destacar que esta es una situación que se adelantó ya que en los acuerdos de la Ley de Ingresos de la Federación se establecía su inicio en enero de 2018.