En México, la disponibilidad de agua está limitada.

La existencia de reservas y el consumo de agua por habitante avanzan en sentidos opuestos.

Imagen tomada de: UNAM global
Alejandra Del Ángel Hdz.
30 de octubre de 2018

El agua es un recurso clave para la actividad de los ecosistemas y el suministro de servicios ambientales. México administra aproximadamente el 0.1% del total de agua dulce disponible en el mundo, por lo que un porcentaje sustancial del país está etiquetado como zona semidesértica.

El país recibe al año cerca de 1,489 millones de metros cúbicos (m3) de agua en forma de precipitación. De este total el 73% se evapotraspira y se reintegra a la atmósfera, 22% escurre por los ríos o arroyos y 6% se infiltra al subsuelo de forma natural y se acumula de nuevo en los acuíferos.

La disponibilidad.

Ante el crecimiento de la población y su concentración en zonas urbanas, la disponibilidad de agua renovable por habitante se ha visto disminuida a nivel nacional. En 1950 la disponibilidad de agua por habitante rondaba los 18 mil metro cúbicos al año, mientras que para 2015 ésta se redujo a 3,962 m3 y, se estima que en 12 años más la disponibilidad descienda hasta 3,430 m3 por habitante al año.

Aumento en el consumo y desperdicio

Además de la elevación de acuíferos sobreexplotados y el deterioro de los cuerpos de agua, otro suceso importante es el aumento en el consumo de agua por habitante, pues en 1955 cada mexicano utilizaba alrededor de 40 litros diarios y para 2012 la cifra incrementó a 280 litros por persona al día.

Con el fin de frenar la disminución en la disponibilidad del agua es necesario reducir la demanda a través de una mejora en la eficiencia de los sistemas que distribuyen el agua en las ciudades. Y de manera paralela se requiere incrementar la recolección de agua de lluvia, así como el reúso de agua residual tratada.

Asimismo, de acuerdo a estimaciones de la Comisión Nacional de Agua (Conagua), la Ciudad de México y su área Metropolitana, son la zona que más agua desperdicia, pues las numerosas fugas en la red hidráulica ocasionan un desperdicio de casi el 38%.

Recorte de agua

Debido a obras de mantenimiento y reparación que Conagua realizará a partir del 31 de octubre y hasta el 3 de noviembre, la Ciudad de México y el Estado de México se verán afectados por el desabasto de agua. Por lo que las recomendaciones generales emitidas por la institución responsable son: almacenar y ahorrar durante los días de recorte de agua.

Ante dicha contingencia y la necesidad de medidas precautorias, se ha registrado un incremento en los precios de productos para el almacenamiento de agua. En esta ocasión el desabasto de agua durará no más de 4 días de acuerdo a lo previsto, pero ¿qué pasará cuando la disponibilidad de agua se reduzca aún más?... Evidentemente los costos sobre este recurso y las herramientas para su almacenaje presentarán constantes incrementos. Además de acuerdo a datos del Centro Virtual de Información del Agua, en 2017, cerca de 9 millones de mexicanos no contaban con agua potable.

Desde hace 5 años, la UNAM dio inició al Proyecto Jugo de Nube, que recolecta agua de lluvia y a través de un sistema de filtrado asegura una calidad de agua para el consumo humano y abastece dos bebederos dentro de la Universidad, donde se consumen cerca de 1,400 litros por semana.

En el contexto actual, proyectos de este carácter se vuelven imprescindibles.