Rev. Miki Nakura
¿Qué es la meditación Seiza y cómo puede ayudarte?
La meditación Seiza es una práctica tradicional japonesa que se enfoca en el control de la mente y la respiración. Originalmente, implica sentarse de rodillas con los glúteos sobre los talones, una postura que se utiliza en muchas artes marciales y que ayuda a alinear el cuerpo, promoviendo un estado de calma y concentración.
Sin embargo, para que esta técnica sea accesible para todos, ofrecemos una adaptación para realizarla en una silla, permitiéndote practicarla en cualquier momento y lugar.
El corazón de Seiza, también conocida como Zazen en el budismo, es el control de la mente a través de la respiración lenta y consciente. El objetivo es almacenar energía en el abdomen, lo que permite:
Gestionar pensamientos y emociones: Al concentrarte en tu respiración, puedes disipar los pensamientos negativos o que te distraen, reemplazándolos por emociones más serenas y positivas.
Fortalecer tu ser interior: La práctica constante te ayuda a convertirte en una persona más firme e imperturbable, menos susceptible a ser controlada por los altibajos de tus emociones.
Cultivar una personalidad serena: Con el tiempo, adquirirás una calma natural que se manifestará en todas tus actividades diarias, ya sea que estés sentado, caminando o trabajando.
Lo más importante es la constancia. La meditación Seiza es un método práctico que debe integrarse en tu rutina diaria. No se trata de una práctica religiosa, sino de un camino fundamental para el bienestar de cualquier ser humano, que te ayuda a encontrar la felicidad y la paz interior.
Un método sencillo de sentarse y respirar establecido por Torajiro Okada
Busca una que sea firme y cómoda. No importa si tiene espaldar o no. Es ideal que tus rodillas queden alineadas o un poco más abajo que tus caderas. Puedes usar una silla con altura ajustable. Prefiere una silla sin apoyabrazos y evita las que tienen ruedas o se mueven, ya que podrías perder estabilidad.
Siéntate en el tercio delantero de la silla, con los pies bien apoyados en el suelo. Mantén las rodillas separadas: aproximadamente dos puños de distancia para los hombres y uno para las mujeres. Esta base estable te ayudará a comenzar con la postura correcta para la meditación Seiza.
Endereza tu espalda baja y mantén una postura erguida. Imagina que tu columna es una línea recta, firme pero sin tensión. Ya sea que estés sentado, de pie o caminando, procura siempre conservar esta postura positiva. Evita recostarte en el respaldo o encorvarte; tu objetivo es sentirte cómodo, presente y alineado en cualquier situación.
Coloca tus manos suavemente sobre el regazo. Sostén el pulgar de una mano con la otra, dejando las palmas hacia abajo y descansando cómodamente bajo el abdomen. Relaja los brazos y acércalos al cuerpo, manteniendo los codos recogidos sin tensión. Permite que tus manos y brazos encuentren su lugar natural, generando una sensación de calma y estabilidad.
Estira suavemente el cuello, llevando la cabeza hacia arriba y brevemente hacia adelante. Alinea tus orejas con los hombros y toca con el cuello la parte posterior del collar de tu camisa. Inclina ligeramente la columna vertebral, relajando el plexo solar. Luego, cierra los ojos suavemente, baja y retrae un poco la barbilla. Mantén tanto los ojos como la boca cerrados de forma natural y relajada.
Inhala y exhala solo por la nariz, de manera ligera y completamente silenciosa. Comienza exhalando por completo, permitiendo que la inhalación llegue de forma natural, sin esfuerzo. Al exhalar, hazlo lentamente, prolongando el tiempo lo máximo posible. Repite este ciclo, dejando que el aire llene tu abdomen bajo y vientre, sin involucrar el pecho. Nunca retengas la respiración, mantén el flujo constante y relajado.
Mientras exhalas, dirige suavemente tu energía hacia un punto justo detrás y aproximadamente dos pulgares debajo del ombligo. Este lugar, conocido como tanden en Japón o hipogastrio en anatomía occidental, es el centro de tu cuerpo. Durante cada exhalación, enfoca toda tu atención y energía en esta área. Libera la tensión mental de tu cabeza y canaliza esa energía hacia el abdomen bajo. Imagina que tu respiración nace desde ese punto, creando un centro de calma y estabilidad. Si tu enfoque se desvía hacia la cabeza, simplemente vuelve al abdomen bajo. Con la práctica, mente y cuerpo se alinearán en este centro de energía.
Puede ser que durante la práctica, el enfoque vuelva a tu cabeza, así que regresa constantemente el enfoque al tanden, el abdomen bajo. Eventualmente la mente y el cuerpo residirán en Tanden como uno mismo.
Para obtener los beneficios de Seiza, la constancia es clave. Te recomendamos practicar todos los días. Empieza con sesiones de 10 a 20 minutos y, con el tiempo, aumenta hasta 30 minutos por sesión. El mejor momento para practicar es al despertar y antes de dormir, idealmente 30 minutos después de levantarte y 30 minutos antes de acostarte.
Si bien la práctica puede ser individual, es muy recomendable aprender con un instructor capacitado que te guiará en la postura y la respiración adecuadas.
Recuerda que la verdadera esencia de Seiza no termina cuando te levantas. El objetivo es llevar esa serenidad a todas tus actividades diarias. Vive desde un estado de calma, siendo a la vez una persona activa, y esa será la clave para una felicidad genuina. Aborda cada sesión con la humildad de un principiante; Seiza es un camino de aprendizaje continuo y una valiosa herramienta para toda la vida.
Como ayuda adicional, puedes seguir las indicaciones del siguiente vídeo: