El origen de la comunicación no violenta se sitúa a principios en la década de los años setenta del siglo pasado, cuando el psicólogo Marshall Rosenberg la desarrolló junto a un procedimiento básico para los procesos de mediación y de resolución positiva de conflictos. Hoy en día es ampliamente utilizada en todo el mundo a la hora de establecer un trabajo en adquisición de habilidades sociales, pero también como un procedimiento imprescindible en los procesos de mediación.
Para poder establecer esta comunicación no violenta, Rosenberg definió cuatro pasos principales que también se han demostrado clave en el aprendizaje de la gestión emocional para una psicología positiva y dentro de las habilidades sociales.