El enfoque de sistemas aporta una gran luz a la comprensión de la empresa en cuanto que organización formal constituida por un conjunto de variables mutuamente dependientes.
Las teorías de la organización tradicionales (Taylor, Fayol, Weber, etc.) utilizaban un enfoque de sistema cerrado altamente estructurado. Las teorías más recientes han avanzado hacia un enfoque de sistema abierto para entender las organizaciones como sistemas sociales.
Las raíces históricas del pensamiento de sistemas relacionado con la organización se remontan a los escritos de la época de la administración clásica. En Mary Parker Follett, por ejemplo, podemos encontrar muchos análisis propios de un enfoque de sistemas: consideró los aspectos psicológicos de las relaciones laborales, presentó la organización como un sistema social, y describió la tarea de gobierno como un proceso.
Chester Barnard en The Functions of the Executive se adelantó al considerar la empresa como un sistema cooperativo. Desde un punto de vista completamente diferente, Herbert Simon y sus colaboradores consideraban la organización como un sistema complejo de procesos de toma de decisiones. Simon ha estado siempre preocupado por encontrar una nueva disciplina para integrar las teorías de la organización y cree haberla hallado en la Teoría General de Sistemas.
El enfoque de sistemas ha sido adoptado y utilizado ampliamente en la economía de la empresa, así como por los psicólogos sociales en el estudio de las organizaciones. Hay numerosos ejemplos de su utilización en operaciones, como en la tendencia a la automatización en la que se prevé un sistema auto-divisible con entradas, salidas y un mecanismo de control. Ha sido utilizado como base organizativa de distintos programas espaciales y militares en los que resultaba imposible tratar las partes del sistema como entidades separadas. Se emplea también en muchos otros tipos de proyectos que requieren la integración de multitud de agentes y actividades: transporte, control de la contaminación y del tráfico urbano, etc.
La referencia a otras disciplinas científicas puede ayudar a entender qué está ocurriendo en el campo de la teoría de las organizaciones. Con el desarrollo de nuevos esquemas conceptuales, que presentan un punto de vista diferente, se han operado grandes cambios en todos los campos de la ciencia. La Teoría de Sistemas representa un nuevo paradigma para el entendimiento de las organizaciones y su dirección, un punto de arranque para pensarlas bajo la perspectiva de sistemas abiertos en interacción con su medio ambiente. Eso también facilita la comprensión de las interrelaciones entre los principales componentes de una organización: sus objetivos, tecnología, estructura y relaciones psicosociales.
Sin duda, la contribución fundamental de la Teoría de Sistemas al estudio de la empresa es el enfoque de sistema abierto, que subraya la mutua influencia entre la empresa y su entorno, y supera la perspectiva de sistema cerrado que subyacía en las escuelas clásicas, centradas en la formulación de normas, métodos y principios de eficiencia interna al margen del entorno y sus influencias.
Algunas de las consecuencias para la empresa que se derivan de esta nueva perspectiva son:
1- Poner mayor atención en el diseño de la estructura. Las partes requieren determinados insumos procedentes del resto del sistema: información, dinero, componentes semi-elaborados, etc.
2- Planificar la reposición de los elementos, dado que los miembros de una empresa se renuevan y las máquinas sufren desgaste y necesitan ser sustituidas.
3- Mirar más allá de los límites de la organización -al entorno- para entender lo que ocurre en su interior.
4- Dar prioridad a la coordinación del sistema informativo.
5- Perspectiva global. No basta analizar cada parte de la empresa por separado, ni efectuar una planificación por áreas para luego sumar los resultados, ni proyectar una estrategia de cambio descoordinada. Todo influye en todo, de modo que se requiere visión global, generalista.
6- Para la organización de las distintas funciones es necesario un sistema de control y de toma de decisiones que ha de coordinarse con una planificación flexible, abierta a los cambios sugeridos por la retroalimentación.
El concepto de sistema abierto recuerda la necesidad de la adaptación de los distintos componentes del sistema entre sí y al entorno. Así, la empresa no podrá sobrevivir mientras no logre responder eficazmente a los cambios continuos que se producen en el exterior, de manera que se mantenga orientada hacia sus objetivos. De este modo se produce una progresiva especialización y diferenciación de las partes adaptándose a las características de sus entornos específicos.
Los conceptos de sistemas nos ofrecen un macro-paradigma para el estudio de las organizaciones, pero prevén un nivel relativamente alto de generalización. Los puntos de vista de contingencia, estudiados en un capítulo posterior, tienden a ser más concretos y a poner de manifiesto esquemas más específicos de las interrelaciones entre los subsistemas. Esta tendencia hacia un entendimiento más explícito de relaciones entre las variables es esencial si se quiere que la teoría facilite y mejore la práctica administrativa.
Los conceptos de sistemas están encaminados a proveer un modelo amplio para entender todas las organizaciones. Los puntos de vista de contingencia reconocen que el medio ambiente y los subsistemas internos de cada organización son de alguna manera únicos y sirven de base para administrar organizaciones específicas. El análisis de contingencia representa un punto intermedio entre la aseveración de que hay principios universales de administración y la convicción de que cada organización es única y ha de ser examinada separadamente.