Un método que nos puede ayudar a comprobar si hemos sido víctimas de un robo de datos es revisar la bandeja de correo electrónico. Si encontramos mensajes de desconocidos en donde se detalla nuestra dirección de email, significa que un ciberdelincuente ha obtenido nuestro correo y lo ha publicado o vendido.
Otro método que podemos utilizar para comprobar si están obteniendo tu información privada, es abrir la sesión y cambiar la contraseña. Si al cerrar sesión aparece una notificación de que hay otra sesión en curso, tendremos otra pista.
Plataformas como Google o Firefox, no solo son nuestra puerta de entrada a la red, sino también la de los propios hackers. Si modificamos los navegadores de manera que con cada cierre de sesión, se eliminen el historial, la caché, las cookies o las contraseñas introducidas antes, limitaremos la posibilidad de que puedan acceder a la información.
Puedes introducir tu email en Breach Alarm (Alarma de filtración) que ofrece un seguimiento de cuentas de correo electrónico con el que puedes recibir una alerta en tiempo real si tu email se está viendo afectado por cualquier tipo de ataque.