Isaac Newton es uno de los mayores científicos de toda la Historia, posiblemente el físico matemático que dejó el legado más valioso e influyente, al extender las leyes terrestres de la mecánica a todo el cosmos, lo que implicaba que la naturaleza está regida por unas leyes universales. Fue el científico que cerró con un gran broche de oro la llamada Revolución Científica, en la que nuevas ideas y conocimientos, transformaron las visiones antiguas y medievales sobre la naturaleza y sentaron las bases de la ciencia moderna .

El Universo trata sobre Materia y Energía, sobre Estrellas y Galaxias, y sobre Cosmología. Este trabajo de carácter divulgativo, cuyo propósito es conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente, celebración que se hace el 5 de Junio cada año, y para la ocasión en tiempos de una pandemia con consecuencias insospechadas, tiene como finalidad entregar información sobre la naturaleza del espacio y del tiempo, y sobre los misterios de la materia misma, con el propósito de que nos preguntemos ¿qué podemos hacer por el Medio ambiente y por el planeta en relación a las múltiples problemáticas que ponen en peligro la vida en la Tierra. Si hace unos 70 mil años, tuvimos una revolución cognitiva gracias a la cual aprendimos a vivir en sociedad, y logramos ir entendiendo mejor el universo, aunque logramos medir con exactitud los movimientos de los astros, e intuir la estructura del sistema solar, igualmente pudimos advertir que, por cada pregunta con respuesta, surgían varias más que tardaban mucho más tiempo en tener solución. Hoy al explorar el mundo desde la escala microscópica hasta sus confines, también en esta crisis sin precedentes en lo corrido del siglo podríamos pensar un poco en la dimensión ambiental de este modelo de desarrollo en el que lamentablemente, además de deshumanizar la economía hemos instrumentalizado la naturaleza sin contemplación alguna, y sin mirar las consecuencias que ello trae para la vida misma en todas sus facetas.

La revolución en el transporte expresada en ferrocarriles y barcos de vapor, se inicia en el país con el ferrocarril de Panamá, el primero en Colombia y cuya construcción se remonta a 1828, y con la navegación a vapor por el Magdalena, autorizada en 1823, aunque su regularización sólo se presentará en la década de 1880, y que tarda hasta la década de 1930 para lograr algunos méritos, cuando los ferrocarriles empalmen las zonas de montaña con un medio fluvial en el Magdalena, que emplee naves de tamaño más adecuado y dotadas de mejores desarrollos tecnológicos. Así se generará un flujo de carga hacia y desde los mares, desde las zonas manufactureras, centros poblados de relevancia y zonas agrícolas exportadoras.

Si hubo algún desarrollo, entre todas las culturas precolombinas de Colombia se destaca la cultura muisca, dado que sólo en el Altiplano Cundiboyacense se desarrolló un mercado. Gracias a la expedición Botánica de Mutis, a partir de 1805, América cuenta ya con un Observatorio Astronómico fijo, el primer observatorio al frente del cual ejerce como Astrónomo Francisco José de Caldas. Por allí pasará Julio Garavito Armero, el más notable de nuestros astrónomos.

En un modelo de desarrollo donde la dinámica de crecimiento económico que acarrea el capitalismo, se da a costa de los derechos bioculturales de un territorio, la catástrofe ambiental inspirada en un enfoque antropocéntrico que se expresa en la generalización de la pobreza y la cultura del despilfarro, cuando amparados en la ciencia y la tecnología nos convertirnos en amos y poseedores de la naturaleza, se hace imperativo repensar el concepto de crecimiento para considerar sus límites y metas, para decrecer, redistribuir y salvar el planeta.