Pastoral

Inspirados por Jesús de Nazaret

Dos mil años de historia nos separan de la risa del moreno de Nazaret, aquel que vivió confiado en el amor del Padre y en el regalo de la vida compartida y entregada.

Queremos sentirnos inspirados por Jesús a construir el Reino que Él proclamó, donde podamos tejer junto al pueblo redes de justicia que nos sostengan y nos permitan hilvanar la utopía de nuestros sueños.

Desde esta mirada, los adultos-educadores de nuestro colegio, nos identificamos con este compromiso y, siguiendo a nuestro padre fundador, José Gras, asumimos la misión de educar e inspirar a otros en el quehacer cotidiano, entendiendo que "multiplicar el bien" es una tarea que se expresa todo el tiempo en nuestros modos de vincularnos y habitar los espacios.

En ese sentido, apostando por la libertad del otro, animamos a nuestros chicos y jóvenes a responder convencidos al llamado que los invita a descubrir y desplegar todo la Vida que hay en ellos.

Encuentros con Cristo: Una invitación a crecer en relación, como quiere Jesús

Entendiéndonos seres llamados a vivir en relación y sabiéndonos plenos en el encuentro, queremos vivir nuestra fe coherentemente con ello. Para profundizar en nuestros vínculos, cada año hacemos la invitación a descubrir en una experiencia de "discipulado" el Misterio de la vida en abundancia que nos revela Jesús. 

Creemos que los 13-14 años de los alumnos del primer año del secundario es una edad propicia para preguntarnos por nuestro vínculo con la Naturaleza y descubrir, igual que el pueblo de Jesús, que toda la creación es "algo bueno" y que merece ser cuidada.

El siguiente paso al que invitamos a los alumnos de 2do. Año es darse la posibilidad de encontrarse Consigo mismo. En un mundo hiperconectado, seguimos creyendo en lo valioso que es "mirarse para adentro", reconociéndonos en nuestras luces y sombras la mejor creación de Dios.

Tercer año, tiempo bisagra del secundario, nos parece el momento adecuado para dar los primeros pasos hacia el encuentro con el Otro: el que me invita a conocerlo, el que me necesita, el que me propone tender puentes entre su mundo y el mío. 

Profundizando ese encuentro y después de conocernos, queremos asumir el compromiso misionero al que nos invita Jesús con aquellos que más nos necesitan. Por eso en cuarto año la propuesta es, respondiendo desde la libertad pero también desde la responsabilidad y los saberes adquiridos, ir de misión solidaria a la comunidad elegida. Queremos trabajar codo a codo y de corazón a corazón, junto a ellos.

Finalmente, cerrando el recorrido, quinto año se presenta como el tiempo propicio para contemplar la historia y descubrirse parte de un proyecto más grande, que nos trasciende: el proyecto de Dios.