TEXTOS 

SELECCIONADOS

ECUMENISMO Y RENOVACIÓN CARISMÁTICA.

ORIENTACIONES TEOLÓGICAS Y PASTORALES


Dos movimientos del Espíritu Santo

L. J. Cardenal Suenens 


Todo cristiano tiene el deber de escuchar atentamente "lo que el Espíritu dice a las Iglesias".

En cada época, el Espíritu habla a los suyos con invitaciones y acentos diferentes, que todos tienden a

hacernos vivir el Evangelio "en Espíritu y verdad".

Demasiado absorbidos por los acontecimientos del día, resulta difícil oír los murmullos del Espíritu, porque Él 

nos habla en voz baja y es preciso prestar mucha atención para escucharle. Naturalmente nosotros no

sintonizamos con su longitud de onda.

En la hora actual, percibimos algo así como un doble llamamiento, una doble corriente de gracias. Son otras 

tantas interpelaciones del Espíritu:

- La corriente ecuménica recuerda a los cristianos de cualquier obediencia que la Iglesia debe ser una, tanto 

para ser fiel a su mismo ser: "Sed uno como mi Padre y yo somos uno"; como para ser creída: "Para que

el mundo sepa que Tú me has enviado" (Jn 17,21).

- En forma paralela otra corriente, más reciente, atraviesa las Iglesias: la corriente carismática. Ella recuerda a 

los cristianos que el Espíritu es el soplo vital de su Iglesia, que su presencia activa y poderosa

está siempre operante en la medida en que nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra audacia le permitan obrar.

Creemos que la Renovación Carismática está llamada a realizar una vocación ecuménica, pero asimismo creemos que el ecumenismo encontrará en aquélla una gracia de profundización espiritual y, en caso de necesidad, un complemento o un correctivo.

Sentimos que el Espíritu Santo nos invita a comprender el vínculo profundo que une las dos corrientes, como si fueran dos brazos de un mismo río que nacen de una misma fuente, y riegan las mismas riberas, para dirigirse hacia el mismo mar.”



Cardenal L. J. Suenens  

DOCUMENTO DE MALINAS 2

Renovación Carismática Católica y ecumenismo

La llamada a la unidad cristiana hecha por el Concilio Vaticano II con un compromiso tan apasionado está encontrando un eco aún mayor en los corazones de los creyentes”. Con estas palabras en mayo de 1995, el Papa Juan Pablo II introdujo su encíclica sobre la unidad cristiana,.... Ut Unum Sint. Uno de los signos alentadores de los tiempos es que los cristianos en todas partes están reconociendo que ya existe entre nosotros una unidad básica en Cristo. Aquellos que comparten un bautismo común son verdaderamente hermanos y hermanas en Cristo.

En Ut Unum Sint, el Papa también deja claro que comprende que el compromiso irrevocable de la Iglesia al viaje ecuménico (3) presenta un reto profundo al fiel católico (82). Nos exhorta a entrar en un diálogo ante Dios en el que cada individuo reconoce sus propias  faltas, confiesa sus pecados y se coloca en manos de Jesucristo. Para muchos de nosotros éste será el punto de partida importante para nuestro viaje ecuménico, pero el Papa también nos alienta a orar con otros cristianos (21- 27), a entrar en diálogo (28-38), y a comprometernos en la cooperación práctica a todos los niveles (40).

 

Durante muchos años ICCRS se ha comprometido a estos principios, y ha establecido buenas relaciones ecuménicas con otros cristianos. Para algunos de nosotros, las amistades ecuménicas eran parte muy  importante de nuestra primera experiencia en la Renovación Carismática. De modo que ¿cómo podemos todos  nosotros en la RCC asegurarnos que esta obre continúe, y jugar nuestro papel en ayudar a enfrentarnos a los retos ecuménicos que nos plantean?

 

Las contribuciones ecuménicas al principio de la RCC están bien documentadas. La Iglesia siempre ha apreciado que por nuestra experiencia compartida de la obra del Espíritu Santo y nuestro compromiso a la Palabra de Dios, nosotros en la RCC estamos en una posición especial por lo que se refiere a entender y construir relaciones con otros cristianos.

Muchos grupos católicos fueron ayudados en sus primeros días por cristianos de otras tradiciones, mientras que ellos a su vez fueron retados a volver a examinar sus actitudes hacia la Iglesia Católica cuando vieron al Espíritu Santo obrando tan claramente entre nosotros.

 

Los grupos ecuménicos de oración son todavía comunes en muchos países, y un número de comunidades han permanecido comprometidos a sus raíces ecuménicas. Todos reconocemos que todavía nos separan convicciones importantes, pero sabemos que nos unen verdades más profundas. Al irnos conociendo unos a otros nos damos cuenta de que estamos en lo mismo, y esto a menudo nos conduce a buscar caminos para mostrar nuestra unidad, confiados en que el Espíritu nos está dirigiendo y que nunca nos pedirá hacer lo imposible.

 

Sobre este fondo ICCRS sigue desarrollando amistades ecuménicas con cristianos de otras iglesias y comunidades eclesiales: ortodoxos, protestantes,  pentecostales, y no confesionales. Hacemos esto invitándoles a nuestras asambleas y acontecimientos, asistiendo a y contribuyendo en encuentros ecuménicos, y  manteniendo un contacto estrecho con el Consejo Pontificio para la Unidad Cristiana. La mayoría de nosotros nunca estará implicado en diálogos ecuménicos

oficiales que estudian las cuestiones vitales de doctrina y autoridad, y por eso creo que la contribución más importante que podemos hacer como individuos es establecer amistades fuertes basadas en el amor y el respeto mutuos.

 

Estas son mis sugerencias personales para algunos principios en los que podemos construir nuestra labor  por la unidad. Aceptarnos unos a otros como hermanos en Cristo. Ser fieles a lo que somos y a lo que creemos como católicos. Reconocer nuestra parte en las divisiones, y buscar la reconciliación. Establecer y proteger las amistades personales. Amarnos y escucharnos unos a otros, orar juntos y cooperar lo más posible.

 

Cuando llegan las dificultades, recuerden que Jesús quiere la unidad, y es una obra del Espíritu Santo en la  que todos estamos llamados a colaborar.

De modo que aumentemos nuestro compromiso a establecer amistades ecuménicas.

Oremos como si todo dependiera de Dios, y trabajemos como si todo dependiera de nosotros. ¿Por qué? No sólo porque la unidad es un compromiso importante de la Iglesia Católica, sino también porque queremos que una nueva llama de celo evangélico y colaboración desinteresada se extienda por todas nuestras iglesias y comunidades eclesiales, liberando así el poder de las palabras proféticas de Cristo “para que el mundo crea que Tú me has enviado” (Jn 17, 21).

                       

Escrito por Charles Whitehead - Fuente Boletín ICCRS

ICCRS, con el reconocimiento del Vaticano, por el Consejo Pontificio para los Laicos el 14 de Septiembre 1993, estableció su oficina en Roma y funciona como un centro de información y comunicación sirviendo a la Renovación Católica Carismática mundial, asi como también siendo un enlace entre la Renovación y el Vaticano.

ICCRS anima la solidez pastoral y teológica de varios grupos que pertenecen a la Renovación Carismática Católica, surgiendo de una experiencia personal de Pentecostés, conocido como el Bautismo en el Espíritu Santo. Hay alrededor de 100 millones de católicos que han vivido ésta experiencia y a quienes ICCRS se ha puesto como meta en los últimos 20 años.


El Espíritu Santo es nuestra guía en el camino a la unidad. 

“La unidad de los cristianos, se logra caminando y rezando juntos, y con obras de caridad”, subrayó el Papa Francisco, al recibir a los miembros de la Comisión Internacional para el Diálogo entre la Iglesia Católica y los Discípulos de Cristo.

El Espíritu Santo es “memoria y guía, que abre nuevos e imprevistos senderos donde creíamos que el camino estaba cerrado o cortado”, añadió.

Los Discípulos de Cristo es un movimiento protestante por la unidad de los cristianos con sede en Estados Unidos y Canadá. El diálogo está abierto desde 1977.

La armonía va más allá de un "acuerdo negociado"

El Espíritu “es el verdadero protagonista de la misión” y el Papa Francisco destacó que, con los ojos de la fe, se puede ver su presencia, “incluso más allá de los confines de nuestras comunidades” y “si somos dóciles al Espíritu”. Él sabrá dirigir los caminos de la concordia:

“El Espíritu es armonía: no lo olvidemos. Él permite 'divisiones': pensemos en la mañana de Pentecostés cuando hubo una gran 'división' de diferentes carismas... arreglo, no: la armonía va más allá, y ese es el camino del Espíritu”, dijo el Papa.

“Que nunca temamos seguir los caminos de la concordia que el Espíritu nos indica”, concluyó el Santo Padre, recordando el histórico encuentro entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras de Constantinopla en Jerusalén, en 1964.

"En el camino de la comunión eclesial, y en el diálogo con otras Iglesias y comunidades cristianas, algo que siempre me hizo pensar es lo que dijo, un tanto jovialmente, el patriarca Atenágoras a Pablo VI: pongamos a los teólogos en una isla y salgamos a caminar juntos. La unidad de los cristianos se realiza caminando juntos. Ciertamente, los teólogos son necesarios: necesitan estudiar, hablar, discutir; pero, mientras tanto, sigamos adelante, orando juntos y con obras de caridad. Para mí, este es el camino que no defrauda.”       Fuente Aica

DIMENSIÓN CARISMATICA DEL ECUMENISMO 

Emiliano Tiburcio Moreno

Profesor del ISTIC, sede de Gran Canaria

Desde una perspectiva de fe, el ecumenismo se presenta como un Don del Espíritu Santo a toda la humanidad. Su nacimiento tiene índole carismática tal como se presenta en el encuentro de Edimburgo en el año de 1910.

En está cuidad, el Espíritu Santo sorprendió a todas las Iglesias allí reunidas, mediante la voz de uno de los delegados allí presentes, quien en medio de la asamblea grito con potente voz: "vosotros nos habéis mandado misione­ ros que nos han dado a conocer a Cristo, por lo que estamos agradecidos. Pero al mismo tiempo nos habéis traído vuestras distinciones y divisiones. Unos predican el metodismo, otros el luteranismo, el congregacionalismo o el episcopalismo. Nosotros os suplicamos que nos prediquéis el Evangelio y dejéis a Cristo suscitar, en el seno de nuestros pueblos, por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia conforme a sus exigencias y conforme, también, al genio de nuestra raza, que será la Iglesia de Cristo en Japón, la Iglesia de Cristo en China, la Iglesia de Cristo en India, liberadas de todos los -ismos-, con que vosotros cargáis la predicación del Evangelio entre nosotros"

Grito semejante se escucho en la asamblea del consejo de las Iglesias, celebrada en Nueva Delhi, cuando un indio lamentándose dijo las siguientes palabras: "nuestras Iglesias son jóvenes y se aman. ¡No las envenenéis con vuestras desdichas históricas occidentales de separación!".

La dimensión carismática, dirige la elección de Juan XXIII, como sucesor en el papado de Pio XII, y ese don se hace más palpable en la convocatoria de Juan XXIII del Concilio Vaticano II, donde uno de los principales objetivos que se marcó el Papa es: "Promover la restauración de la unidad de todos los cristianos”.

Carismático, en toda profundidad, es el objetivo al que tiende el ecumenismo. La unión en plenitud de todas las Iglesias cristianas por obra del Espíritu Santo.

¿Qué es ECUMENISMO?

Etimológicamente, proviene del griego οἰκουμένη (oikoumene) y designa la tierra habitada o el mundo conocido. 

Este término se utiliza para indicar la relación recíproca entre cristianos de diferentes iglesias, denominaciones y tradiciones. 

Esta acepción -compartida por las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias y la Iglesia Católica- se refiere entonces al camino hacia la plena y visible unidad entre los cristianos, a los cuales los une la fe en Cristo y su Evangelio, todos bautizados en Dios Uno y Trino. 

En cambio, el diálogo entre creyentes de diferentes religiones se denomina diálogo interreligioso.

¿Por qué es necesario el ecumenismo?

Tras un milenio desde la ruptura entre las iglesias de Oriente y Occidente, así como las heridas de 500 años de división entre las iglesias de la reforma protestante y la iglesia católica, dejaron una huella de profundo dolor, minando la confianza recíproca, profundizada y actualizada por diversos actos de agravios y prejuicios. La división de los cristianos es un “escándalo” en la unidad del Cuerpo de Cristo.   

El camino de unidad entre los cristianos es una urgencia para los  tiempos actuales que  exigen coherencia evangélica. 

La oración de Jesús al Padre que pide horas antes de su muerte: “Padre, que todos sean uno como Tú y yo somos Uno” (Juan 17,19), puede guiar la  comprensión del alcance de esta oración por la unidad,y ayudará a los cristianos y cristianas de distintas tradiciones a caminar con confianza en el conocimiento y estima recíproca, con valentía y sin temor, en el respeto por cada identidad. 

La plena unidad es una gracia de Dios. No se puede alcanzar sólo con fuerzas humanas y precisa que interiormente cada uno se postre en adoración al Niño Redentor, en oración y disposición a una metanoia (conversión) en Cristo, para ser juntos testigos de esperanza de la Buena Nueva  Cristo del Evangelio.      fuente:ikumeni.org

El Espíritu Santo, alma del movimiento ecuménico.

El Movimiento ecuménico, por tanto, no pertenece a una iglesia en particular, sino que se compone de cristianas y cristianos de muchas Iglesias y comunidades eclesiales. El Espíritu Santo  impulsa y llama a restablecer la unidad: «en todas partes del mundo han sido tocadas por esta gracia» (Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio 1). 

El ecumenismo tiene como fin hacer visible la unidad que ya existe en Cristo. Su fundamento es el amor mutuo: “ámense los unos a los otros como Yo los he amado” (Juan 13,34). El dolor por la desunidad aún vigente, impulsa a los cristianos a caminar, como los discípulos de Emaús, hacia la plena unidad. 

El diálogo ecuménico es una invitación a todo el pueblo de Dios, a las y los bautizados; por tanto, no está circunscripto sólo a los expertos y/o teólogos. E implica el reconocimiento y el encuentro  como hermanos y hermanas en la fe en Cristo y en la misericordia de su amor, valorizando lo que los y las une: “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todo, lo penetra todo y está en todo.” (Efesios, 4, 5-6) 

Esta afirmación no niega las diferencias todavía existentes, que se reconocen, se identifican y sobre las que se continúa trabajando en una mayor comprensión recíproca. fuente:ikumeni.org

Modalidades de unidad 

A lo largo de estos más de 100 años, se han evidenciado muchos modos de plasmar el compromiso ecuménico. De un modo sistemático, se enuncian algunos aspectos relevantes, que no son excluyentes sino complementarios, y que pueden orientar la acción ecuménica y el compromiso pastoral. 

REMEMORANDO Y ACTUALIZANDO  LOS ENCUENTROS FRATERNOS DE C.R.E.C.E.S.

 Por Hilda Hurmuz y Ana Guerrero

En esta página queremos recoger para nuestro gozo en el Espíritu Santo, el regalo del cielo que todos conocemos como “Los Encuentros Fraternos de C.R.E.C.E.S.” (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo). Vamos a mencionarlos para actualizarlos en nuestra memoria, pero antes, una breve historia...

En la década del sesenta, fuimos sorprendidos en Argentina por un hecho que estaba fuera de toda agenda o expectativa humana:  El derramamiento del Espíritu sobre católicos y evangélicos. Esto fue generando un gran movimiento de renovación carismática y una espiritualidad común.  Muchos quedaban bien sorprendidos al saber que el mismo fenómeno estaba sucediendo en muchas otras partes del mundo.

¿En qué consistía?  En: “una experiencia personal con el Espíritu Santo transformando las vidas, con oraciones espontáneas, alabanzas, adoración, hablar nuevas lenguas, profecías, cánticos espirituales, amor por la Palabra de Dios, y sobre todo, un nuevo compromiso de vida cristiana”.

En 1977, se celebró en Kansas City (Estados Unidos), un encuentro carismático interconfesional e internacional con unos 45.000 participantes al cual asistió el Cardenal Raniero Cantalamessa.  Fue una manifestación de la unidad espiritual que Dios había comenzado a producir en su Iglesia por medio del Espíritu Santo.

C.R.E.C.E.S. nació de un anhelo que el Espíritu Santo de Dios puso en el corazón de un grupo de hermanos católicos y evangélicos que tenían la común experiencia carismática del Bautismo en el Espíritu Santo: una experiencia similar a la que leemos en el Libros de los Hechos de los Apóstoles, y que comparten cristianos en todo el mundo sean evangelicos, ortodoxos o católicos.

Estos hermanos, sin saberlo, oraban por su lado para que el Señor suscitara una forma de iniciar un “camino común” hacia el cumplimiento del ruego de Jesús al Padre, la noche en que iba a ser entregado: “Padre, que todos sean uno para que el mundo crea que Tú me has enviado”.

La visita de Matteo Calisi a Buenos Aires, en julio de 2003, fue el momento elegido por Dios para el encuentro, el reconocerse como hermanos e hijos del mismo Padre común y comenzar a caminar Juntos. Matteo Calisi, es el fundador y Presidente de la Comunidad de Jesús y era en ese momento el Presidente de la Fraternidad Católica de Comunidades Carismáticas de Alianza.  Un tiempo antes, Matteo y el Pastor Jorge Himitian de Comunidad Cristiana, se habían encontrado en Italia y había nacido entre ellos una amistad fraterna, animada por el mismo sueño de la “Unidad del Cuerpo de Cristo”.

Hubo en Buenos Aires, en el año 2004, un primer encuentro de preparación, que fue un almuerzo en la sede de la Pastoral Social de Buenos Aires, donde cuatro Pastores evangélicos y cuatro laicos católicos, comenzaron a encontrarse una vez por mes a orar y discernir la voluntad de Dios para este “Camino de reconciliación y Unidad”.

En ese encuentro, a partir de una experiencia común de Cristo Resucitado mediante el Espíritu Santo, CRECES escribió también una “Declaración Común” donde expresaba su fe en Cristo Resucitado, con una confesión y pedido de perdón, expresando cuál es su Esperanza, su Compromiso y Propuesta.  Esta Declaración Común fue expresada también en posteriores encuentros.

Los siguientes encuentros de CRECES, tuvieron lugar en el Luna Park de Buenos Aires.

A partir de esos encuentros se forjo una amistad entre los pastores, los laicos católicos y el Cardenal Bergoglio. De hecho, los pastores y el Cardenal se encontraban periódicamente para dialogar y orar juntos. Esta amistad entre pastores y quien hoy es el Papa, prevalece.

Mientras tanto el Consejo Ejecutivo de CRECES venía profundizando la oración común y fortaleciendo la comunión, tratando de conocer las diferencias de cada vertiente y por qué lo cree de esa manera.

Queremos dejar en claro que la visión principal de CRECES, no es discutir de Teología ni producir Documentos, sino es la “Oración y e Ecumenismo relacional”.  Orar a Dios, que es nuestro mismo Padre y nos descubre hermanos, compartir la vida, la misión y caminar hacia el sueño de Jesús: “Que todos sean Uno”.

También se venía teniendo encuentros mensuales de oración de alabanza, adoración e intercesión para que se haga realidad la oración de Jesús al Padre por medio del Espíritu Santo, con buena asistencia de creyentes en Jesús.

El 10 de octubre del 2016, se llevó a cabo, otro encuentro. Esta vez organizado por la RCC en el Luna Park, compartiendo un segmento, con nuestros hermanos evangélicos. .....

Además, queremos referirnos aquí, a otras actividades que consideramos dignas de ser mencionadas:

Hemos orado conjuntamente, católicos y pentecostales en la Plaza de Mayo.

Hemos estado predicando y regalando Biblias juntos, en las calles de Mataderos, en el Mes de la Biblia.

Se han realizado por zoom “Encuentros virtuales Internacionales en Navidad y Pentecostés, con valiosos testimonios de muchos participantes, lo cual sirvió de inspiración, para iniciativas locales similares.

Intercambio de Predicadores entre ambas iglesias…

En los encuentros del Luna Park, se realizaron “Ofrendas Conjuntas” para el Hospital de Niños, Hospital de Oncología Raffo, Hospital Borda, Fundación para los Niños de la Guerra de Kim Phuc, para la obra del Padre Pepe Di Paola.