La honestidad orienta todas las acciones y estrategias de nuestra actividad, es armonizar las palabras con los hechos, es tener identidad y coherencia para estar orgulloso de sí mismo y como parte de la institución.
Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y lo que se hace.
El respeto es el valor fundamental para lograr una armoniosa interacción social. El respeto a la diversidad de ideas y opiniones, es un valor supremo en las sociedades que aspiran a ser justas y a garantizar una sana convivencia.
Surge de nuestra unidad por la fe en Jesucristo, expresada a su vez en nuestra armonía como equipo de trabajo; la unidad da sustento, fuerza y valor para hacer que lo imposible se haga posible y así la disposición de mantenernos solidarios con otros grupos de personas procedentes de las diversas denominaciones eclesiales en todo el país, que se identifiquen con los principios que nos rigen.