El origen de nuestra escuela
La Escuela de Comercio N° 7 “Manuel Belgrano” se fundó el 6 de junio de 1926. Su creación fue el fruto de una iniciativa colectiva, de personas sensibles de la
comunidad del pueblo de Belgrano que tuvieron la intención y la intuición necesarias para adelantarse a los hechos que vendrían.
Un grupo de profesores tuvo como objetivo brindar a la populosa parroquia de Belgrano, de los barrios adyacentes y de los pueblos suburbanos de la zona norte, una institución de enseñanza femenina absolutamente gratuita y de carácter práctico. Para eso se reunieron los profesores Ernesto P. Gerding, Zulema Martí, Rosa López de Belsito, Elena Sordelli, Margarit a Daly y varios otros, vecinos vinculados al barrio de Belgrano. Rastreando las historias personales pudimos conocer, por ejemplo, que uno de los profesores, Esteban Parma, Perito Calígrafo, era muy joven y estudiaba para Contador. Así deben haber convergido varios profesores y profesionales para colaborar con esta iniciativa.
La escuela funcionaba como “incorporada” al sistema oficial y fue sostenida durante varios años por los propios profesores quienes aportaban una cuota de sus
propios ingresos para cubrir los gastos del funcionamiento escolar y garantizar la gratuidad de la enseñanza, según consta en un documento de 1936 del que poseemos una copia: “Escuela Comercial de Mujeres “Manuel Belgrano” Memoria de su Primer Decenio”.
Eran los años previos a la crisis de 1929. La economía mundial y local ya mostraba signos de debilitamiento, aumentaba la desocupación, crecía la necesidad trabajar en la población femenina, hasta entonces más dedicada a las actividades del hogar.
La Argentina, era un país productor de productos primarios para exportación y receptora de bienes industriales a través de la importación. En ese rol había desarrollado un área de actividades comerciales, administrativas y bancarias que proveía de puestos de trabajo a muchos jóvenes oficinistas. Esa oferta laboral fue la inspiradora de la creación de las escuelas comerciales, primero para varones y luego para mujeres. Pero acercándonos al final de la década de 1920, el modelo de intercambio comercial creado desde fines de la década de 1880 empezaba a dar signos de debilitamiento.
La sensibilidad de ese grupo de profesores captó el momento histórico y les permitió crear, en este pueblo de Belgrano, una escuela para mujeres de nivel socioeconómico humilde. La escuela comercial era la opción más económica y con salida laboral garantizada que se podía ofrecer en ese momento. Existía el magisterio como salida laboral femenina, pero cursar el magisterio implicaba invertir en materiales que no todas las familias podían afrontar.
Cuando estalló la crisis de 1929, con duras consecuencias para nuestro país en toda la década de 1930, la escuela ya contaba con la fortaleza suficiente para seguir dando formación contable y administrativa a cientos de jóvenes. Desde 1927 la escuela funcionó en el horario de 17 a 20 horas, a contra turno, en
la Escuela Casto Munita, de la calle Cuba 2051, escuela primaria dependiente del Consejo Nacional de Educación. En mayo de 1943 fue oficializada como “Escuela Nacional de Comercio N°7” y siguió funcionando en el turno vespertino, de 17 a 20 horas. Hacia fines de la década de 1940 la escuela se mudó al edificio actual, ubicado en la calle Monroe 3061, un edificio escolar expropiado en abril de 1945 por el entonces Ministerio de Justicia e Instrucción Pública a la escuela alemana Humboldt Schule, Colegio Humboldt antes la Deutsch-Argentinische Volks-Schule Belgrano, Escuela Popular Germano-Argentina Belgrano, creada en 1908.
En esta nueva localización, con edificio propio, dejó de ser una escuela vespertina y comenzó a funcionar en sus dos turnos, mañana y tarde, con una cantidad
de divisiones por curso que fue creciendo a través de los años ya que el título de Perito Mercantil que otorgaba era valorado por la calidad de la escuela y las oportunidades laborales que ofrecía.
El objetivo de brindar una salida laboral fue cumplido por la escuela durante décadas, ya que la Argentina superó la crisis y se convirtió en un país con un desarrollo industrial que necesitó de jóvenes, mujeres y varones, con formación contable para sus empresas. Y allí estuvo presente el Comercial N°7 “Manuel Belgrano” con orgullo y calidad.
Diana Solis
Museo Com7 exhum10