La Iglesia
Basílica de Santa María del Mar
Lecturas
Primera lectura
Cantares 8, 6-7
Lectura del libro del Cantar de los Cantares.
Grábame como sello en tu corazón, grábame como sello en tu brazo, porque es fuerte el amor como la muerte, es cruel la pasión como el abismo; sus dardos son dardos de fuego, llamaradas divinas.
Las aguas caudalosas no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Quien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, sería sumamente despreciable.
Leída por Javier Marcet
Salmo responsorial
Sal 144, 8-9. 10 y 15. 17-18 (R.: 9a)
R.: El Señor es bueno con todos.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. (R.:El Señor es bueno con todos.)
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo. (R.:El Señor es bueno con todos.)
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. (R.:El Señor es bueno con todos.)
Leídos por Guillermo Marcet
Segunda lectura
1 Corintios 12, 31 – 13, 8ª
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
Hermanos:
Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.
Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.
Si tuviera el don de la profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.
Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasa nunca.
Leída por Ester Puñet
Evangelio
Juan 15, 9-12
Lectura del Evangelio según San Juan
Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os amo tal y como el padre me ama. Manteneos en el amor que os tengo. Si observáis sus mandamientos, os mantendréis en el amor que os tengo, como yo observo los mandamientos de mi Padre y me mantengo en el amor que me tiene
Os digo todo esto para que tengáis la alegría que yo tengo, una alegría llena. Mi mandamiento es que os améis los unos a los otros tal y como yo os he amado.»
Homilía
Queridos Carla y Nacho (si me permites).
Por fin ha llegado el momento que con tanta ilusión habéis deseado y preparado desde hace tiempo. Y habéis llegado hasta aquí, acompañados de la gente que más os quiere, familiares y amigos, en este día tan grande para vosotros, el más importante de vuestra vida hasta hoy.
Pero os quiero hacer caer en la cuenta de algo importante: si hoy venís ante el altar, es porque alguien os ha llamado previamente. Sí. Ese alguien es Dios mismo. Y vosotros, de una manera totalmente libre y voluntaria, habéis respondido que sí a esta vocación. Sí, sí, vocación, habéis oído bien, porque vocación no tenemos sólo los curas o las monjas o los diáconos, sino todo cristiano bautizado. Y el matrimonio cristiano es una vocación porque es, por excelencia, un “misterio” de amor.
Y me diréis, ¿y qué es eso de la vocación del amor? Pues haber descubierto, llenos de asombro, que hemos sido amados por Dios antes de nada. Él se nos adelanta siempre. Y de una manera absoluta, sin condiciones ni límites. ¿Pero cómo es ese amor de Dios? Es el amor del Padre, manifestado por Cristo, como nos ha expresado San Juan en su evangelio; y se trata de un amor que tiene estas cuatro características fundamentales:
Es un amor creador. Fuimos creados en un acto de amor. Esa es la primera llamada, la VIDA. Sin ella todo lo demás es nada. Es, por tanto, un amor fecundo, dinámico, abierto... como todo lo vivo, que vive y hace vivir, generando crecimiento a su alrededor.
Es un amor fiel, en el sentido de que permanece, no es “para un tiempo” hasta ver qué pasa, porque es un amor basado en la verdad; por eso, la segunda llamada es la FIDELIDAD, que tenemos que vivir en la lucha de cada día.
Es un amor único, personal, libre y liberador, original, pues para cada uno tiene Dios un camino nuevo. La tercera llamada es la RESPONSABILIDAD personal. Es decir, a dar respuesta concreta y libre a lo que Dios me da y me pide.
Y, por último es un amor misericordioso, que perdona, que tiene detalles de ternura, que no es sentimentalismo sino voluntad de querer amar sin reservas. Escuchamos aquí la llamada de Jesús a amar como Él nos amó, hasta el final; la llamada a la ENTREGA total, sin condiciones.
El matrimonio cristiano, como os he dicho, es Misterio, sacramento o signo visible de ese amor invisible de Dios, que entre un varón y una mujer se llama amor conyugal; que no es lo mismo que cualquier otra cosa que hoy se confunde con “amor” (creo ya me entendéis...)
Los esposos cristianos son misioneros; y me diréis, pero ¿misioneros de qué? Pues del AMOR del Padre, “como el Padre me amó”... La misión, también vuestra a partir de ahora, es la de representar la paternidad divina en un mundo que la está dando de lado aceleradamente, que no acepta la distinción sexual, que ha rechazado la figura del padre, y con él, a la vida realmente humana. Ahora bien, toda misión empieza por un “don”. ¿Cuál es, en este sacramento? Vosotros mismos: El Padre “entrega” al varón concreto a la mujer concreta y viceversa. Cuando expreséis en el consentimiento: “¿te recibo como esposa ...? ¿te recibo como esposo ...?”, Dios os está diciendo: ¿Aceptas la misión que te unirá con...? La respuesta afirmativa de ambos expresa la existencia de una voluntad superior que os llama, potencia y garantiza esa misión.
Y la misión es para toda la vida juntos. Hoy es sólo el comienzo, no os asuste la tarea. Keep calm! God will be with you forever and ever! Dios ya os ha dado el mínimo para empezar. El resto se os irá regalando conforme recorráis el camino y pidáis y recibáis, como hacemos en el Padrenuestro, el pan nuestro para cada día. Tened paciencia y sentido de la espera, que mantenerse tan radiantes como hoy no es fácil. Es una misión para valientes, casi héroes hoy. Crear una familia, un hogar cristiano que será célula de la sociedad, sagrario de la vida, iglesia doméstica... ¡Uau! ¡Menuda misión!
I aquesta missió, benvolguts Carla i Natxo, us ho torno a dir, es fonamenta en l’amor que us durà a la felicitat de saber-vos estimats per Déu, perquè si no és així, la missió no val per res. Sant Pau, amb el seu estil particular, ens ho deia: "Ja podria jo parlar les llengües dels homes i dels àngels... ja podria tenir una fe com per a moure muntanyes... Si no tinc amor, no soc res". Hi ha persones (tots les coneixem) que es creuen que són feliços perquè res els falta, han triomfat en la vida, es poden relacionar amb tothom i anar per tot arreu perquè parlen idiomes. Hi ha també persones que ocupen un lloc de decisió en les empreses o en l'Administració i tenen a molta gent a les seves ordres, disposats a satisfer els seus mínims desitjos. Però si no estimen, no poden ser feliços. Són desgraciats, encara que aparentin el contrari.
També hi ha parelles que s'havien casat totalment enamorades. Almenys ho semblava externament. Què els ha passat? Senzillament: que han deixat escapar l'amor de la seva vida. Segurament que un dia, molt enamorats, es van dir que s'estimaven; després, potser, ho dirien de manera rutinària, fins que un dia es van oblidar d'això o es van cansar.
Tothom creu que sap estimar. Però això que anomenen amor és amor autèntic o és només una caricatura? La diferència entre una foto autèntica i una caricatura és que la foto dona una Imatge perfecta i completa, mentre que la caricatura és l'exageració dels aspectes grotescos, que recorda alguna cosa d'ella, però és una imatge deformada. I l'amor que ens venen habitualment no és una imatge fidel de l'amor, és només una caricatura. Llavors, què és l'amor? què s'ha de fer per a estimar? Sant Pau, en aquest paràgraf que hem llegit i que té més de 1900 anys, però que encara és totalment vàlid per al nostre temps i per a vosaltres dos, ens el descriu: "L'amor és comprensiu, l'amor és servicial i no té enveja; l'amor no presumeix ni és superb, no és mal educat ni egoista, no s'irrita, no porta comptes del mal, no s'alegra de la injustícia, sinó que gaudeix amb la veritat. Disculpa sense límits, creu sense límits, espera sense límits, aguanta sense límits" Què vol dir ser comprensiu, no portar comptes del mal, no irritar-se? Que us heu d'aguantar perquè no queda un altre remei, perquè heu signat uns papers que deixaran constància que sou espòs i esposa? Doncs ara Carla, hauràs d’aguantar-me, perquè has signat uns papers! Doncs ara, Natxo, hauràs d’aguantar-me perquè has signat uns papers!. Sant Pau no vol dir això. De cap de les maneres. Sant Pau vol dir que us heu de respectar i estimar tal com sou, com a persones diferents, amb el vostre caràcter propi, amb els vostres respectius defectes i qualitats, és a dir, amb la vostra diferent personalitat.
Seguramente que durante el noviazgo habréis discutido muchas veces, que hay muchos aspectos con los cuales no estabais de acuerdo. Pues bien, tengo que daros una mala noticia: esto el matrimonio no lo arregla; seguiréis discutiendo y no estaréis de acuerdo donde no lo estabais. Pero tenéis que respetar vuestros puntos de vista. Que esta divergencia os enriquezca. Que veáis las cosas no sólo desde el punto de vista de cada uno sino también como las ve el otro. Así tendréis una visión más completa y más objetiva de cada punto. Disculpar sin límites, creer sin límites, esperar sin límites, aguantar sin límites, significa esto: teneros confianza total, deciros las cosas. Que lleguéis a conoceros tanto que seáis capaces de adivinaros los pensamientos y sentimientos para poderos hacer felices el uno al otro. Y esto lo tenéis que hacer hoy, que sin duda será fácil y hermoso hacerlo, pero también mañana y la próxima semana y dentro de diez años y de cincuenta y siempre. Porque el amor que sentís, es un amor que Dios ha ido grabando en vuestro corazón, desde el día en que os conocisteis, llegando a este día en el que os quedará grabado definitivamente interiormente, como un sello en vuestro corazón, por el sacramento y exteriormente en vuestro brazo (bueno, en realidad en vuestro dedo anular con los anillos), y deberéis irlo cuidando y renovándolo día a día, con pequeños detalles del uno al otro. Si lo hacéis os aseguro que seréis felices, porque el amor no pasará nunca de vosotros ni de vuestra vida.
Ahora vosotros, queridos Carla y Nacho, tenéis la palabra.
Mn. Pere Manonelles
Padrinos
Gabriel Rodríguez Castro (izq.) y Nath Lilienfeld Moreno (der.)
Testigos
Marta Mena Ribas
Jennifer Alejandrina Carbonell Ellgutter
Manuel Hernández Urquijo
Alicia Mañas
Alba Mena Olivella
Blanca Marcet Señor
Nina Marcet Señor
Andrea Marcet Señor
Irene Marcet Bonel
Marta Bereau Mitjavila
Señora de los anillos
Blanca Rodrígurez Marcet
Historia
Durante sus casi siete siglos de historia, los muros de Santa María del Mar han sido testigo de algunos de los episodios históricos más importantes de Barcelona y nos muestran, a través de su esplendor gótico, la prosperidad que la ciudad vivió en tiempos pasados.
Barcelona en el siglo XIV, una ciudad en expansión
Santa María del Mar se empezó a construir en el año 1329, una época en que la ciudad de Barcelona se convirtió en una de las principales potencias del Mediterráneo gracias a la expansión marítima de la Corona de Aragón. Mientras en el vecino barrio de la Catedral se encontraba el centro eclesiástico y político, en el barrio de la Ribera -llamado así por su proximidad al mar- se concentraba buena parte de la población vinculada a la actividad portuaria: desde marineros y pescadores, pasando por los mercaderes que se habían enriquecido gracias al comercio marítimo, hasta los gremios más diversos que aún hoy podemos evocar a través de los nombres de las calles del entorno del templo.
Una gran iglesia para el barrio de la Ribera
Esta prosperidad atrajo nuevos habitantes que convirtieron el barrio de la Ribera en uno de los más dinámicos y densamente poblados de Barcelona. En poco tiempo la antigua iglesia parroquial, una modesta construcción románica llamada Santa María de las Arenas, se había quedado pequeña y gracias al apoyo de las autoridades eclesiásticas se decidió sustituirla por una más grande. El nuevo templo debía representar el esplendor comercial del momento y acoger las continuas donaciones y fundaciones de altares que la piedad propia de la época reclamaba. El proyecto de la construcción de Santa María del Mar ya era una realidad y sería encabezado por los maestros de obra Berenguer de Montagut y Ramon Despuig.
La construcción de un símbolo
Santa María del Mar fue construida en sólo 54 años, un tiempo récord teniendo en cuenta que habitualmente este tipo de edificios solían necesitar más de 100 años para finalizarse. La rapidez en su construcción y la belleza de su arquitectura gótica pone de manifiesto el esfuerzo colectivo y la determinación que la hicieron posible. El rey Pedro III el Ceremonioso y otros prohombres del barrio impulsaron las obras aportando grandes donaciones, mientras que gremios y obreros como bastaixos, carpinteros o vidrieros contribuyeron con su mano de obra a erigir uno de los símbolos de Barcelona.
El incendio de 1936, un antes y un después
Durante sus casi setecientos años de historia Santa María del Mar ha sufrido numerosos episodios que la han puesto en peligro. Una de las destrucciones más importantes tuvo lugar al inicio de la guerra civil española, cuando la basílica ardió después de que un grupo de anarquistas provocara un incendio. Parte del altar barroco, algunos de los vitrales, numerosos elementos del mobiliario y una parte importante de los archivos desaparecieron bajo las llamas. Desde entonces y hasta el día de hoy, se efectúan continuamente intervenciones de recuperación y conservación para que el patrimonio excepcional de Santa María del Mar siga maravillando a las generaciones futuras.
Santa María del Mar es uno de los edificios más emblemáticos y visitados de Barcelona. Su austeridad y simplicidad frente a la exuberancia de los templos góticos del Norte de Europa ofrecen un estilo alternativo en la Europa medieval
Un espacio diáfano
El interior de Santa María del Mar sorprende por su inmensidad, especialmente al visitante que entra por primera vez. Tres naves, con treinta y tres capillas, ubicadas prácticamente a la misma altura estructuran un espacio que sólo se ve obstaculizado visualmente por los característicos pilares octogonales tan propios del gótico barcelonés. Gracias a la planta basilical podemos visualizar el templo completo desde cualquier ángulo, lo que contribuye a potenciar la percepción de un espacio unitario y diáfano totalmente imponente.
Un sistema constructivo propio
Hasta hace poco tiempo se consideraba que, partiendo del gótico francés, se empleaban las mismas soluciones constructivas por tramos a todas las demás iglesias góticas, empezando por la parte de la cabecera hasta cubrir el edificio con bóvedas de crucería. En el interior se mantenía la iglesia románica, de pequeñas dimensiones, lo que permitía mantener las obligaciones litúrgicas mientras se hacía el nuevo edificio. Los últimos estudios realizados en Santa María del Mar y otras iglesias góticas cercanas nos indican otros procesos, por lo que podemos empezar a hablar de un sistema constructivo propio de la ciudad de Barcelona.
La piedra de Montjuïc y los bastaixos
Santa María del Mar fue construida con piedra de la montaña de Montjuïc, la cantera por excelencia de Barcelona. Gran parte de los edificios más destacados de la ciudad, desde la época romana hasta mediados del siglo XX, provienen de ahí. Los encargados de transportar la piedra de forma desinteresada para construir la iglesia fueron los bastaixos, un gremio dedicado a cargar y descargar todo tipo de mercancías de los barcos de alto calado que no podían llegar hasta la playa. La novela de Ildefonso Falcones 'La Catedral del Mar' ha popularizado la figura de los bastaixos dándoles una dimensión casi épica. Encontrarás numerosas referencias al gremio repartidas por el templo, una muestra del respeto y admiración que recibieron por parte de los vecinos del barrio de la Ribera!
La cripta, donde todo comenzó
En los años 60, poco antes de empezar a construir la actual cripta de Santa María del Mar, se hicieron unas excavaciones arqueológicas bajo el altar que documentaron la existencia de una necrópolis paleocristiana. Se llegaron a contabilizar alrededor de un centenar de enterramientos comprendidos entre los siglos IV y VI que indicarían que desde aquel momento el espacio que hoy ocupa la basílica de Santa María del Mar ya era un foco cultual.
Las cubiertas, un mirador 360º que ayuda a la preservación del templo
Las últimas intervenciones han hecho posible el acceso al público a las cubiertas de Santa Maria del Mar. Tres niveles de alzado permiten descubrir espacios hasta ahora inaccesibles de la construcción y observar de primera mano elementos tan emblemáticos como el rosetón principal, las vidrieras, las torres, las gárgolas o la parte superior de la nave central sobre las bóvedas de crucería. A más de treinta y tres metros de altura podemos disfrutar de unas vistas espectaculares sobre la ciudad de Barcelona a la vez que contribuimos a la preservación del edificio gracias al donativo de entrada.
Vitrales, esculturas, imágenes devocionales... Santa María del Mar está llena de obras artísticas que contribuyen, con su belleza y valor patrimonial, a hacer de la visita al templo una experiencia excepcional.
El espacio museístico de las tribunas
Elevadas tras el altar mayor de Santa María del Mar se encuentran las tribunas, recientemente abiertas al público tras una restauración que ha permitido recuperar su esplendor. Aparte de las vistas privilegiadas que nos ofrece sobre el interior del templo, se pueden observar restos pictóricos de gran valor y se exponen importantes obras de arte. Destacan los estípites del antiguo retablo barroco desaparecido tras el incendio de la Guerra Civil y los vitrales que representan la Ascensión de Cristo y el Lavatorio de los Apóstoles, uno de los últimos fragmentos de época fundacional de la basílica y uno de los mejores conjuntos de arte del vitral de Barcelona.
Los vitrales y el rosetón principal
La gran mayoría de los vitrales de Santa María del Mar desaparecieron bajo las llamas del incendio de 1936, pero el del Juicio Final (1474) o el del Pentecostés y la Santa Cena (1711) han sobrevivido hasta la actualidad. Destaca también el rosetón principal, dedicado a la Coronación de María y uno de los iconos del templo, que tuvo que ser recostruido después de que un terremoto hundiera el original en 1428. Desde las cubiertas todavía se aprecian las grietas que dejó el terremoto.
Las claves de bóveda
Las espectaculares claves de bóveda de la nave central, vinculadas en la mayor parte a episodios de la vida de la Virgen, completan la iconografía del rosetón principal y confieren al templo un toque de color muy especial. Aunque se repintaron después de los efectos devastadores del incendio de la Guerra Civil, aquí y en otros espacios del templo se han encontrado restos de policromía que podrían indicar que la iglesia estuvo decorada a nivel pictórico durante su construcción. ¡Todo un espectáculo para los sentidos!
La Capilla de San Ignacio de Loyola
La reciente reforma de la Capilla de San Ignacio de Loyola en Santa María del Mar ofrece un espacio de contemplación en el mismo lugar donde San Ignacio, durante su estancia más larga en Barcelona (entre 1524 y 1526), pedía limosna para luego repartirla entre los más necesitados. En la capilla se encuentra la escultura de San Ignacio, obra de Lau Feliu Maspons, un pequeño altar y dos imágenes devocionales de la Cruz de Tort de Manresa y la Madre de Dios de Arantzazu relacionadas con la experiencia espiritual del santo.
El órgano
El órgano de Santa María del Mar fue construido originariamente para el Convento de los Trinitarios de Vic. El estilo del mueble y su decoración corresponden a la segunda mitad del siglo XVIII, si bien hasta el día de hoy no se ha conseguido encontrar ningún dato sobre la fecha de su construcción y el nombre de su autor. Tras una compleja restauración en los años 80, el órgano fue instalado en la basílica como sustituto del que desapareció en el incendio de la Guerra Civil. Sin duda, nos encontramos ante un ejemplar de gran valor dado que hoy en día son muy pocos los órganos antiguos que se conservan en España.