PRINCIPALES UNIDADES ESTRUCTURALES QUE CONSTITUYEN LOS CONTINENTES:
Escudos y macizos antiguos
Plataformas y cuencas de sedimentación
Las cadenas y cordilleras de plegamiento
Son amplias áreas compuestas por formaciones rocosas del Precámbrico que fueron plegadas, fracturadas o inclinadas en el pasado, y cuya topografía original ha sido nivelada por la erosión. Están formadas principalmente por rocas ígneas y metamórficas. Las formas topográficas actuales son diversas debido a la interacción entre la erosión y la tectónica. En general, se caracterizan por una morfología plana, resultado de la eliminación de antiguos relieves, conocida como superficie de erosión o de aplanamiento, en la que ocasionalmente sobresalen los Montes Islas.
Cuando ocurre un nuevo levantamiento tectónico en una superficie de erosión, puede reactivarse el proceso de erosión, dando lugar a un relieve apalachiano. Este tipo de relieve se caracteriza por la presencia de crestas paralelas de igual altura, formadas por los estratos plegados más resistentes.
Una falla es una fractura en las rocas que viene acompañada de un desplazamiento relativo de los bloques. Los bloques pueden moverse de forma vertical, horizontal o inclinada.
La superficie a lo largo de la cual ocurre el desplazamiento se llama plano de falla. Los movimientos verticales pueden causar que las masas rocosas se eleven o se hundan, y los bloques afectados se conocen como dovelas.
El desnivel inicial creado por estos movimientos se llama escarpe original de falla, pero cuando la erosión lo ha modificado, se llama escarpe de línea de falla. Si un bloque o dovela queda hundido entre dos bloques más altos, se llama fosa o graben. Si un bloque se eleva entre dos bloques hundidos, se denomina horst.
Relieve Apalachense
Plano de falla
Son regiones deprimidas donde se acumulan diferentes tipos de rocas sedimentarias. Estas rocas han experimentado pocos cambios desde su disposición original y se encuentran depositadas en capas horizontales en el centro, mientras que están suavemente inclinadas hacia los bordes, formando una estructura monoclinal.
El proceso de sedimentación genera una estratificación horizontal de los materiales en áreas continentales o mares poco profundos. La evolución del relieve está determinada por el grosor y la resistencia que cada serie de sedimentos ofrece frente a la erosión.
Las mesas son amplias áreas planas caracterizadas por una estructura de capas horizontales alternadas. Sus bordes están delineados por escarpes formados por la acción de la erosión.
Los cerros testigos son formaciones aisladas que resultan de la erosión progresiva, indicando la extensión de lo que fue una superficie horizontal. Los antecerros son una forma de relieve más erosionada.
La cuesta está formada por un frente, que es un escarpe originado por la ruptura de la capa resistente, y un dorso, que es el lado inclinado de la capa dura. La red fluvial desempeña un papel crucial en la evolución del relieve monoclinal. Los ríos principales siguen la dirección del buzamiento de las capas sedimentarias, mientras que sus afluentes fluyen de manera paralela a los frentes de cuesta. Los subafluentes pueden surgir y desplazarse tanto a lo largo del frente como en un solo dorso. Todo esto da lugar a una característica red de drenaje en forma de enrejado.
Las montañas se forman como resultado de las fuerzas internas de la Tierra, y las rocas reaccionan a estas fuerzas doblándose o fracturándose, dependiendo de su plasticidad. La forma más sencilla es el plegamiento, que implica una serie de ondulaciones siempre que exista un nivel de despegue. Según las características de las capas afectadas, así como la intensidad y dirección del empuje, pueden desarrollarse diferentes tipos de pliegues.
Las charnelas son las zonas más curvadas, y las superficies que las unen se denominan flancos. Los anticlinales son pliegues que se caracterizan por tener un núcleo compuesto por rocas más antiguas. En contraste, los sinclinales se distinguen por tener un núcleo formado por rocas más recientes.
El estilo jurásico hace referencia a un relieve con pliegues uniformes. La erosión causada por el agua de lluvia puede crear una ruz, que es un pequeño barranco en el flanco del anticlinal. Cuando las secuencias no son consistentes, pueden destacarse líneas de capas resistentes en forma de triángulo, conocidas como chevron. Los anticlinales suelen ser cortados de manera transversal a la dirección del plegamiento por estrechos valles fluviales, llamados hoz, foz o cluse.
La erosión en la charnela del anticlinal puede formar un valle longitudinal al eje del pliegue, llamado combe. Un sinclinal colgado se crea debido a la erosión en los anticlinales adyacentes, que son moldeados en combes o valles anticlinales.
Cuando la fuerza de la orogenia es muy intensa, los anticlinales pueden ser inclinados y desplazados a grandes distancias, formando un relieve de mantos de corrimiento conocido como estilo alpino. La erosión en estos mantos puede dejar parcialmente expuesto el terreno subyacente, creando ventanas tectónicas o un klippe, que es un relieve residual que evidencia el antiguo manto. Cuando el relieve creado por la tectónica se desgasta completamente, se forman penillanuras.