Queridos lectores:
Como iniciar esta carta sin antes expresar nuestra angustia por las diferentes circunstancias que rodearon nuestra vida estudiantil, más aun por transitar nuestro último año.
Soñábamos con un día a día desde aquel 2016 donde comenzó esta pequeña aventura, llegar a nuestro último año como estudiantes, siendo algo que era muy lejano ; hoy en día cuando miramos atrás nos damos cuenta que la vida paso volando, y quizás debíamos haber apreciado más esos pequeños y hermosos momentos compartidos, en aula . Entonces lo desconocido se apodero de nuestro miedo, incertidumbre humana e institucional.
Pasaron siete meses de clases virtuales, con docentes y estudiantes presentes, distantes y ausentes, situaciones familiares vividas y en algunos caso difíciles debido a la Pandemia del COVID 19, que nos afectó a todos y por diferentes situaciones que bajo una crítica genérica a las instituciones por parte de los medios, siempre nos encontrábamos con la primicia “LAS CLASES VIRTUALES NO AYUDAN”.
Estuvimos distanciados tanto compañeros como profesores, sin poder disfrutar del gran año que soñábamos, solamente nos quedó toques de tristeza, llanto y hasta decepciones. Donde el único recuerdo que nos quedara, son cuatro paredes, una computadora y muchos mensajes de whatsapp, que sin mas no poder, era nuestra única forma de estar conectados.
La pregunta es ¿De qué nos sirvió todo lo vivido en este año?
Los invitamos a reflexionar y repensar, si valió la pena tanto esfuerzo y tanta dedicación en los años anteriores para llegar aquí, donde nos vimos presionados por la típica frase “MAÑANA VENCE EL TRABAJO”, y lo único que importaba era presentar y no comprender lo que estábamos haciendo.
Para finalizar esta carta, nos gustaría dar agradecimientos a aquellos que formaron parte de nuestra vida como estudiantes de secundario, profesores, directivos, personal de ordenanza, y demás. Que a pesar de las circunstancias nos siguen apoyando y dándonos ánimos para seguir.
Nos despedimos atentamente: los estudiantes