En este mundo yogui es muy conocida una herramienta (prop para los que usan anglicismos) que nos ayuda a hacer unos arcos increíbles.
Cuenta la leyenda que un buen día un señor llamado Dharma Mitra estaba pajareando por ahí y se encontró un objeto en desuso entre las cosas de su casa. Resulta que este objeto de desecho se convirtió en uno de los props más populares en los últimos tiempos. Dharma Mitra, usando su creatividad y conocimiento del cuerpo, encontró que la rueda le ayudaba a llegar a posturas de extensión de columna de una forma más rápida, y yo agregaría, segura. Arcos, camellos, nataranjasanas, palomas, y posturas sumamente complicadas como kapotasana, pueden ser logradas cuando la usamos.
Cuando lo digo así, uno podría pensar que todo es muy fácil, pero no. Mi experiencia con el Wheel ha sido muy placentera la mayoría de las veces, puesto que tengo una predisposición en la columna para abrir, pero muchos de mis alumnos sufren cuando la usan.
No quiero asustar a nadie. ¡De verdad! Pero hay que decir que cuando uno se coloca por primera vez encima de este artefacto la sensación es dolorosa, porque los músculos de la espalda y la columna trabajan como si nos estuviera pasando un camión por encima. Eso al principio… después, todo es placentero. No sé si porque somos masoquistas o porque los músculos se relajan y empieza a extenderse nuestra columna adaptándose a la forma de la rueda. Se supone que pasa lo segundo, pero a veces pienso que domina lo primero.
En fin. Muchos otros maestros han explorado el uso del wheel, buscando otras maneras de ayudar a nuestra práctica de yoga. Entre ellos, quiero platicarles de una maestra llamada Brigitte Schepers, mexicana por cierto. Ella encontró que la rueda puede ayudarnos también con otro tipo de asanas: bakasanas, pinchas, guerreros, utkatasana, etcétera.
En algún momento de la vida tuve la oportunidad de asistirla en algunos talleres y certificaciones, y pude ver cómo con su creatividad y experiencia hizo que esta herramienta se convirtiera en un aliado para alinear, fortalecer, extender todo el cuerpo y no solo la columna.
Gracias a los talleres de Brigitte, los alumnos de mi espacio, que han experimentado un sirsasana con la ayuda del wheel, se sienten más seguros y pueden llegar a la postura más rápido y con más conciencia de los músculos implicados para alcanzarla. ¡Es magia! (Para mí, todo lo que pasa en el yoga es mágico).
Todo implica esfuerzo, es cierto. Y como dirían algunos, no debería ser trampa asistirnos con herramientas que nos ayuden a llegar a la meta, siempre que no se convierta en muleta. Lograr una postura requiere de paciencia, esfuerzo, dedicación y disciplina. Si usamos un objeto de desecho que nos encontremos por ahí para ayudarnos en el camino, por qué no usarlo. Yo he usado botellas, tubos de hierro, fommy, palos de bambú (esta es otra inspiración llegada de Brigitte). Todo se vale.
Linda vida queridos.
Shanti Om